Este sábado falleció Patricio Manns, músico y escritor chileno, cuyo nombre figuró, en más de una oportunidad, entre las candidaturas al Premio Nacional de Literatura.
Durante los últimos años, el compositor experimentó momentos complejos, siendo hospitalizado en distintas ocasiones a raíz de las complicaciones que desencadenaba su diabetes. En 2020, el artista vivió el periodo más crítico cuando su compañera desde 1979, Alejandra Lastra, falleció producto de un cáncer de colon, mientras que él era sometido a una cirugía de urgencia.
Patricio Manns nació en agosto de 1947 en la comuna de Nacimiento en la Región del Biobío y, de manera temprana, se vio interesado por las artes: a los 14 años publicó sus primeros poemas en el diario El Colono de Traiguén. Luego, a los 18 años daría a conocer su primera canción: Bandido, melodía que fue presentada en 1959 en el Festival Folclórico de Cosquín en Argentina y que sería reconocida con el primer lugar del certamen.
Para Manns esta inclinación respecto de las artes fue natural, sobre todo porque en su hogar se vivía un ambiente fuertemente vinculado a la cultura, ya que su padre era pianista de jazz y su madre, concertista de piano.
“Mi infancia y mi adolescencia fueron realmente formadoras. Crecí en un hogar donde había una biblioteca importante. Esa biblioteca me formó. Vivíamos en la codillera de Nahuelbuta, arriba, en los cerros cerca de Tirúa. Mis padres, aparte de ser músicos, eran profesores y cada uno tenía un piano”, relataría el compositor en una entrevista inédita con Radio Universidad de Chile.
Durante su juventud, Manns también desarrolló diversos oficios: fue camionero, dependiente de farmacia y periodista en el diario La Patria de Concepción. Recién, a mediados de los años 60, se instaló en Santiago para trabajar en Radio Balmaceda.
En ese contexto, en 1966, dio a conocer su primer disco: Entre mar y cordillera, cuya primera canción sería Arriba en la cordillera. Esta producción le permitiría instalarse, lentamente, en el círculo del neofolclor, sumándose a la “Peña de los Parra” y tomando contacto con artistas como Violeta Parra, Ángel Parra, Rolando Alarcón y Víctor Jara. Más tarde, el compositor enriquecería su repertorio con canciones como El cautivo de Til Til y La exiliada del sur, siendo reconocido como una voz fundamental de la Nueva Canción Chilena.
Durante los ‘70, Manns se incorporó activamente al proceso revolucionario de la Unidad Popular y trabajó de manera próxima a Salvador Allende. Por ello, luego del golpe de Estado, debió exiliarse en Europa. Desde allí inició un trabajo junto al grupo Inti Illimani, colaborando en canciones como Vuelvo y Sambalandó. También, en París, retomó su labor como escritor. De este periodo destacan novelas como Actas del alto Bío-Bío (1985) y Violeta Parra: la guitarra indócil (1986).
Una vez de regreso en Chile en los ‘90, Manns realizó dos conciertos que serían recordados como masivos: uno en el Teatro Teletón y otro en el ex Estadio Chile. Por estos años también participó en nuevos proyectos con Inti Illimani, lo que quedó registrada en el disco Amar de Nuevo (1998). Sus últimos años los pasó en el balneario de Concón y en compañía de su familia. Junto a la editorial Catalonia, el artistas también republicó una selección de su obra literaria.