Con la presencia de autoridades del Estado y de representantes de organismos internacionales y de la sociedad civil, la abogada Fabiola Letelier recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2018, de manos de la directora del INDH, Consuelo Contreras.
El galardón fue entregado por su trayectoria en la promoción y defensa de los derechos humanos en Chile. Especialmente, por su trabajo en la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura.
“La historia me obligó a vivir como una luchadora social y hoy puedo decir que estoy contenta con mi vida aunque haya sido dura”, fue parte de las palabras que Letelier pronunció al recibir el premio otorgado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), en una ceremonia realizada en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Durante la ceremonia, Fabiola Letelier leyó un emotivo discurso, acompañada en el escenario por su nieta, en el que recordó duros pasajes de la dictadura, hizo énfasis en el valor de las mujeres en el Chile democrático y recordó la figura de su hermano, Orlando Letelier, asesinado en Estados Unidos por agentes de la dictadura.
“Tus recuerdos y tus palabras me impulsaron a mantenerme firme. Yo no podía fallar a su memoria”, rememoró emocionada la Premio Nacional de Derechos Humanos 2018.
Por su parte la directora del INDH, Consuelo Contreras, expresó al iniciar su discurso un “gracias, Fabiola”, agregando en el instante “gracias por tu lucha sin tregua por la verdad y la justicia, te enfrentaste a los principales poderes que una dictadura puede tener, su policía secreta, responsables de graves violaciones a derechos humanos, tales como asesinatos, secuestros y torturas. Para ello se requiere mucha fuerza, valentía y compromiso”.
“Fabiola pertenece a una estirpe de mujeres valientes y luchadoras, que a través de la historia han contribuido a hacer de Chile un mejor país. Ahora ella entrega su legado a otras, a las niñas y mujeres que hoy luchan y reivindican sus derechos en sus casas, en la calle, en las escuelas, en los trabajos, en las universidades, en sus relaciones de pareja, un ejemplo de vida que la hace merecedora de este Premio”, sostuvo Consuelo Contreras.
Su historia
Fabiola Letelier nació en Temuco, Región de La Araucanía, el 17 de julio de 1929. Cursó sus estudios en el Colegio Santa Cruz y en el Liceo N° 1 Javiera Carrera, para continuar su formación profesional como abogada de la Universidad de Chile, titulándose en 1963.
Desde sus inicios profesionales encarnó sus convicciones en múltiples actividades, siendo parte de la Comisión Interamericana de Mujeres -perteneciente a la Organización de Estados Americanos-, y secretaria ejecutiva para la delegación chilena ante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en el Tercer Mundo, realizada en Chile en 1972.
Tras el golpe de Estado y comienzo de la dictadura, integró el Comité para la Cooperación por la Paz y, posteriormente, la Vicaría de la Solidaridad entre 1976 y 1980. Más tarde, cofundó el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo -CODEPU-, siendo su directora jurídica hasta 1988. Todo, para prestar apoyo jurídico y acompañamiento a cientos de personas víctimas de la dictadura.
Pese a la dura situación familiar producto del asesinato de su hermano, Orlando Letelier, en 1976, esta defensora de los derechos humanos no declinó en su afán de justicia. El caso se mantuvo durante 17 años, hasta que en 1995 la justicia condenó a Manuel Contreras, ex jefe de la DINA, sentando un precedente en materia de verdad y justicia en Chile y Latinoamérica.
Fabiola Letelier fue parte además de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos y de la Asociación Americana de Juristas. Aportó también en la creación de la Corte Penal Internacional, y colaboró en el proceso que daría lugar a la detención del dictador Augusto Pinochet.
Pese a las dificultades que ella y su familia enfrentaron durante la dictadura, el trabajo de Fabiola Letelier se mantuvo siempre orientado a la promoción y defensa de los derechos vulnerados entre aquellas personas más necesitadas de apoyo legal y humano, siendo no solo una profesional de primer nivel, sino también una mujer llena de sentido de justicia.