Oh I'm just counting

Editorial: Los castillos de naipes se derrumbaron

Los castillos de naipes “se derrumbaron”, lo reconoció el ministro Mañalich cuando el país empezó a conocer que los casos de contagiados superan los 105.000, que los casos activos son más del 60%, que más del 80% de ellos se concentran en la Región Metropolitana, las muertes superan las 1.100 personas, la meseta nunca existió, que la curva de contagiados peligrosamente sigue subiendo y ahora se conoce la caída del IMACEC de abril del -14,1%.

Este fracaso de la política sanitaria y económica para enfrentar el covid19 no es responsabilidad de los ciudadanos o de la anomia social como señalan los columnistas del mundo conservador; es responsabilidad del Gobierno que con su actitud de “winner” y triunfalista tomo decisiones equivocadas como decretar “la nueva normalidad” a fines de abril con lo cual relajó las medidas de confinamiento físico, desoyó los consejos de expertos e instituciones serias como Espacio Público que alertó sobre la expansión de los contagios en las comunas populares y la urgencia de dictar confinamientos más estrictos en la Región Metropolitana lo que se hizo tardíamente.

La arrogancia ministerial de Sichel y Ward (cuando eran ministros de sus carteras) hace tres semanas cuando dio un portazo a la propuesta de la oposición en el Senado para mejorar el bono de $65.000 y llevarlo a un bono parejo de $80.000 per cápita para las familias del 40% más vulnerable y que vía veto presidencial impuso un diseño insuficiente y lento, después el Gobierno anuncia un programa de 2,5 millones de cajas de alimentos que sólo se han distribuido 157.000 equivale al 7% de la cobertura anunciada con lo cual este programa terminará de implementarse el mes de agosto. El bono decreciente de $65.000 sólo se ha entregado al 12% de las 2,0 millones de familias comprometidas y el gobierno anuncia que en 15 días más podrá empezar a pagar al resto de la cobertura.

En resumen: aumentan los contagios, especialmente en la Región Metropolitana, el apoyo económico a las familias en las comunas populares no llega –sólo el 10% recibe el bono y las cajas de alimentos-, la estrategia del goteo agudizó la crisis económica; a lo cual deben sumarse un desempleo en el gran Santiago del 15,6% explicado por una fuerte paralización de la actividad económica tanto en el sector industrial como en el comercio que se refleja en la caída del IMACEC de abril en -14,1%.

Chile –como lo plantean los economistas que asesoraron al Colegio Médico y a los Rectores de la U de Chile y UC- tiene posibilidades de financiar un plan de emergencia para la crisis como para la post crisis, puede gastar hasta un 5% del PIB con los ahorros fiscales del Fondo de Estabilización Económica y Social y con un mayor endeudamiento, pero lamentablemente el Ministro de Hacienda –hasta ahora- ha optado por el camino de “recortar el presupuesto” y no expandir el gasto fiscal en un plan de 18 meses que combine el apoyo urgente y la etapa de la recuperación.

Entonces la responsabilidad política es del Gobierno que no ha querido dialogar, ni escuchar a la Mesa Social que constituyó, ni escuchar las recomendaciones de los expertos que han insistido con medidas sanitarias más drásticas. Es de sus ministros que se vanagloriaron el 13 de mayo pasado con su veto presidencial que impuso el bono Ingreso Familiar de Emergencia IFE decreciente e insuficiente; es esa estrategia la que fracasó en desmedro de millones de familias.

Hoy se requieren cambios, en especial es urgente que Ministro de Hacienda asuma el consenso transversal de que “podemos y debemos” gastar más para pasar de apoyos decrecientes en las leyes 21.227 y 21.230 (seguro de cesantía e IFE) a subsidios parejos que se amplíen también hacia una clase media empobrecida y que sean por más meses; que en el reglamento del FOGAPE se elimine “el deducible” para que los créditos con garantía estatal fluyan hacia las pequeñas empresas –sólo se han dado créditos a 60.000 empresas de 510.000 empresas bancarizadas y elegibles-.

Ampliar los apoyos a las personas y a las pequeñas empresas ayudará a superar la crisis actual ante el derrumbe de los castillos de naipe sanitarios y económicos que el Gobierno triunfalista instaló.

Es urgente concordar un Plan de emergencia ante la crisis.