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Encuentran muerto -al parecer por suicidio- al único procesado por el asesinato de Alice Meyer, mediático crimen ocurrido hace 35 años

La PDI investiga el suicidio de Mario Santander, el empresario que fue procesado y estuvo encargado reo por el homicidio de la bella joven Alice Meyer Abel, (foto) hija del dueño del restaurant “Munchen”, un caso que en 1985 remeció al país en esos duros años de dictadura.

El cuerpo de Mario Santander fue encontrado ayer en la mañana en su hogar de La Dehesa en Lo Barnechea, la misma comuna en que se desarrollaron los hechos de 1985, aunque mucho más rural en esos tiempos. El hallazgo lo hicieron sus familiares cuando ya estaba fallecido en su habitación. Se descartó la intervención de terceros.

La Brigada de Homicidios, el médico asesor y peritos de Lacrim concurrieron al domicilio de Santander, donde al interior de un dormitorio y sobre una cama se encontraba la víctima.

«Tras el análisis del sitio de suceso y de la lesión con arma de fuego que la víctima mantenía en su cabeza se logró acreditar que ésta tenía un origen autoinferido, además, la víctima aún mantenía el arma utilizada en sus manos», indicó.

También señaló que se logró incautar diversas evidencias que serán remitidas al Laboratorio de Criminalística para su peritaje, con la finalidad de acreditar el posible móvil del suicidio.

El caso se remonta al martes 17 de diciembre de 1985, cuando en un solitario sector rural de Lo Barnechea, fue descubierto en un canal de regadío el cadáver de Alice Meyer Abel, una joven de 24 años de ascendencia alemana, hija del dueño del restaurant “Munchen”, ubicado en el sector alto de Santiago.

Los peritajes establecieron que la joven, cuyas ropas interiores estaban desgarradas, había fallecido por un fuerte golpe en el cráneo. Las pesquisas apuntaron a un robo con violación, pero la víctima fue encontrada con casi todos sus objetos de valor, incluida la moto en la que se movilizaba.

Los interrogatorios a testigos establecieron que la joven fue vista con vida por última vez junto a un hombre fornido y de bigotes, descripción que entonces coincidía con Santander. Sin embargo, el 26 de diciembre fue encontrado un segundo cadáver en los mismos cerros de Lo Barnechea. Se trataba de Delfín Díaz, un joven drogadicto que se ahorcó en un árbol y que portaba un reloj de la víctima.

La Brigada de Homicidios de la época aseguró que el caso estaba resuelto, que Díaz era el supuesto asesino de Alice Meyer y que se había suicidado al no poder soportar el cargo de conciencia por haber matado a la joven.

Sin embargo, el juez Fernando Soto instruyó nuevas diligencias, las que llevaron a la detención de Santander, quien además era conocido de la familia de la víctima y fue reconocido en la rueda de testigos.

El empresario fue procesado por homicidio en 1986 y llevado hasta la ex Penitenciaria, donde pasó 19 meses en prisión por su presunta responsabilidad.

Luego su defensa acusó al magistrado Soto de prevaricación, lo que implicó que el caso pasara a manos de la ministra en visita Raquel Camposano.

Ella, a su vez, concedió la libertad a Santander tras el pago de una fianza de $100 mil. Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Santiago revocó la decisión y Santander volvió a la cárcel hasta, que fue liberado definitivamente y el crimen de Meyer se cerró sin culpables.

En 2014 el caso fue reabierto por el ministro en visita Mario Carroza, sin poder llegar a nuevos responsables y la investigación fue nuevamente cerrada.