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Exclusivo: terna por la que se designó al fiscal Toledo es ilegal. Sepa porqué

Por Mario López M.

La que ha sido una de las noticias de la semana suma una nueva arista, esta vez no dice relación con el cuestionamiento al rol del exfiscal Luis Toledo en el caso Caval o las extrañas movidas que lo llevaron a ser el favorito del ahora exsubsecretario Mahmud Aleuy, llegando incluso a echar para atrás el nombramiento de otro integrante de la terna en el apetecido cargo de Notario de San Fernando.

La terna que se conformó por la Corte de Apelaciones de Rancagua, adolece de un vicio de nulidad al haberse trasgredido lo dispuesto en el artículo 287 letra b del Código Orgánico de Tribunales, pues se formó sin los dos funcionarios de carrera (notarios, conservadores o archiveros) y uno externo. Por error la terna definitiva solo contempló a un notario, lo que invalida su conformación y el nombramiento de Luis Toledo.

La historia

Luis Toledo es conocido por ser el exfiscal regional de O’Higgins que lideró en un principio las investigaciones en el caso Caval. Durante su gestión en la causa formalizó a todo el entorno de la UDI que participó en el bullado desaguisado y a la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet. También al síndico de quiebras Herman Chadwick, como el principal responsable de los ilícitos. Se negó a formalizar al hijo de la Primera Mandataria por no haber pruebas que lo involucraran con el caso.

Posteriormente Toledo fue designado por el Fiscal Nacional Jorge Abbott a cargo de la Unidad de Drogas de la Fiscalía. Emiliano Arias y los otros fiscales que le sucedieron a cargo de Caval, tampoco formalizaron a Sebastián Dávalos por la arista principal, en la cual fue sobreseído, sino que por otra arista que se derivó de Caval: la presunta estafa a un empresario de la zona, por unos informes de seguridad en que Dávalos habría facilitado boletas ideológicamente falsas. Incluso se investiga si él realizó alguno de los informes en los que se denuncia hubo copypaste.

Pero la historia de Toledo tendría un giro espectacular. Apareció postulando a Notario de San Fernando en una terna que terminó teniendo muchos giros, todos favorables a él, bueno, hasta ahora.

La cuestionada designación

Toledo fue designado como nuevo notario para la plaza de San Fernando y el decreto supremo respectivo ya fue ingresado a la Contraloría General de la República, la que tendrá (o debiera tener) la última palabra sobre el tema que ya lleva casi un año de tramitación.

En efecto, en mayo de 2017 se determinaron los nombres que integrarían la terna para elegir al que se transformaría en un nuevo notario de la capital de Colchagua. En aquella oportunidad la Corte de Apelaciones de Rancagua envió al Ministerio de Justicia los nombres de Felipe San Martín, notario de Cochrane; Isabel Chadwick, también Notario que cumple función en San Vicente de Tagua-Tagua; y Luis Toledo, jefe de la Unidad contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Peligrosas del Ministerio Público.

La terna así estaba bien conformada pues de acuerdo al Código Orgánico de Tribunales en su artículo 287 letra b, en ella solo podía estar un abogado externo a la categoría y San Martín y Chadwick eran de la categoría y el externo era Toledo. Otros 80 postulantes, varios de ellos dentro de la categoría habían quedado al margen. En el curso de la postulación San Martín dejó la terna al ser designado en otra notaria del país. Así las cosas el 3 de octubre del 2017 la Corte de Apelaciones de Rancagua realizó una nueva votación para elegir al tercer integrante: tras un doble empate entre Alberto Ortega y Cecilia de las Mercedes Gálvez, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 282 del Código Orgánico de Tribunales, el voto del presidente (s) Emilio Elgueta, dirimió en favor de Alberto Ortega.

Más tarde se sabría que en una primera instancia el Ministerio de Justicia elegiría justamente a Ortega como el futuro Notario de San Fernando, lo que se truncó por una extraña llamada –que fuentes bien informadas aseguran hizo el exsubsecretario Mahmud Aleuy, que terminó con el retiro del decreto y el envío de uno nuevo, esta vez con el nombre de Luis Toledo como el futuro notario. Incluso el propio ministro Jaime Campos reconoció el cambio del decreto a última hora sin dejar para nada claro las razones de ello.

El cuestionado Toledo

Sus propios pares han cuestionado duramente a Luis Toledo, entre ellos el propio Emiliano Arias, quien afirmó que “si yo estoy pensando en mi futuro como abogado en un gran bufete, por ejemplo, también pierdo independencia, y empiezo a pensar que 'voy a tomar decisiones que no afecten ese tipo de intereses'. Eso es impensado para un fiscal”, agregando que “revela la importancia de la independencia de un fiscal”.

La Asociación de Fiscales por su parte, se fue en picada en contra de Toledo: “el nombramiento de Luis Toledo como notario ha tendido, razonablemente, un manto de dudas sobre la independencia con que adoptó las decisiones en el caso Caval. El descrédito que ello importa para el Ministerio Público es irreparable e inadmisible”, dijeron.

Toledo por su parte señaló que “el poder Ejecutivo es libre para decidir por cualquiera de las personas en que recae el nombramiento, en eso no tengo nada que ver, no tengo motivo para bajar la candidatura (…) aquellos que cuestionan o quieren hacer una relación con casos que quieren vincular (como Caval), aquel caso no lo he visto hace más de dos años”.

El grave error

El punto que no reparó en su oportunidad la Corte de Apelaciones y más tarde tampoco el ministro de Justicia Jaime Campos, es que la terna quedó con un solo integrante de la categoría y no dos, como ordena la ley, la notario Isabel Chadwick, por cuanto el nuevo integrante recién designado era el Defensor Regional de O’Higgins que no pertenecía a la categoría, al igual que Toledo.

La terna quedó mal constituida pues entre los otros 80 postulantes sí hay otros integrantes de la categoría. Grave error que anula absolutamente la terna y consecuentemente todo lo obrado conforme a ello, entre esto, el nombramiento de Toledo. Así debiera resolverlo el Contralor General de la República.

Sin duda que el nombramiento de Toledo ha sido producto de una falta de tino o prudencia generalizado, por decirlo suave. También es cierto que, como el mismo ministro Campos aseguró, cuál hubiera sido el designado la polémica se habría desatado igual. Sin embargo la Corte de Apelaciones de Rancagua cometió un grave error al integrar la segunda terna no dando cumplimiento a la ley, mismo error que cometería el propio ministro Campos que no reparó en el vicio. Sume a eso los cambios de decretos a última hora que hacen más incomprensible –e innecesario- el costo político pagado.

El Contralor General de la República debiera reparar el decreto por su ilegalidad al conformarse la terna.