La nominación de Raúl Mera como integrante de la Corte Suprema ocupando la plaza vacante dejada por el retiro de Hugo Dolmetsch no ha pasado desapercibida en los círculos judiciales y de las organizaciones de derechos humanos de nuestro país.
La quina presentada por el propio Tribunal Superior al Presidente Piñera incluyó también a los magistrados Sergio Mora, Mario Carroza, Jessica González y María Soledad Melo, pero el Ejecutivo optó por el ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso como su carta para enviar al Senado.
Pero, ¿por qué es tan cuestionado Raúl Mera?
Principalmente se trata del rol que jugó el juez en la absolución de cuatro carabineros: Julio Costa y Mauricio Bezmalinovic, oficiales y Juan Ernesto Rivera y Walter Soto suboficiales, acusados del crimen de los ex frentistas Raúl Pellegrin Friedmann y Cecilia Magni Camino, cuyos cuerpos aparecieron en el río Tinguiririca en octubre de 1988 con evidentes signos de tortura, en el caso conocido como “Los Queñes”.
Lorena Pizarro, dirigenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos (AFDD) fue enfática al señalar que la nominación del ministro Mera es una muestra de la desigualdad e injusticia contra la que la inmensa mayoría de los chilenos se ha manifestado después de la revuelta del 18 de octubre.
“Si fuera la persona indicada no levantaría el revuelo que ha generado. Cuando las personas son las idóneas para desempeñar cargos de tanta responsabilidad, sus nominaciones reciben el aplauso mayoritario. En este caso hay críticas transversales respecto de su función como responsable de resoluciones judiciales, como por ejemplo en el caso ‘Los Queñes’, en el que ni siquiera tuvo la intención de acoger los recursos, simplemente rechazó toda posibilidad de investigación. No es la persona indicada y una vez más nos enfrentamos a lo fatal que ha sido el gobierno de extrema derecha de Sebastián Piñera, que ha profundizado la desigualdad y la injusticia en Chile. La presencia del ministro Mera en la Corte Suprema será un mayor aporte aquello contra la que la inmensa mayoría de los chilenos se ha manifestado, después de la revuelta del 18 de octubre. Es una aberración”.
Pero los cuestionamientos a Mera no solo alcanzan a las causas de derechos humanos en dictadura, ya que también cumplió un rol muy criticado el año pasado durante los episodios de contaminación en Quintero y Puchuncaví, al rechazar los recursos de protección presentados por varios de los integrantes de la comunidad que reside en la llamada zona de sacrificio. A la visión restrictiva sobre los derechos humanos que ha evidenciado en sus fallos el ministro Mera, se refirió el profesor Claudio Nash, académico de la cátedra de DD.HH de la Universidad de Chile, al analizar esta posible nueva integración en la Corte Suprema.
“Raúl Mera tiene una visión que es restrictiva en temas centrales en materia de derechos humanos. A la Corte Suprema le ha tomado años de ir construyendo un avance sustantivo en materias del deber de justicia frente a violaciones graves de derechos humanos, en temas de carácter medioambiental, en materias de género. Es decir, precisamente donde hemos visto avances en la Suprema, se propone a un juez que tiene visiones restrictivas”.
Consultado sobre la carta enviada por la admnistración Piñera al Senado titulada “Cinco actuaciones y sentencias suyas en causas de Derechos Humanos” con la que se pretende fundamentar la nominación de Raúl Mera a la Suprema, el experto en Derechos Humanos señaló que es entendible que el Ejecutivo busque defender su postura, pero que este tipo de nombramientos deben ser analizados integralmente y no sobre la lógica de actuaciones aisladas.