El Centro Penitenciario Colina II es reconocido como el penal más violento del país. Una gran proporción de los reclusos cumple altas condenas por delitos graves, y pertenecen a distintas bandas delictuales. En este escenario, el Módulo 2 del penal constituye su espacio “más peligroso”, reconocido históricamente por albergar reos con alto compromiso delictual. Ahí permanecen internos condenados por comercio ilegal de armas, homicidio, asociación ilícita y tráfico de drogas.
Según advierten desde Gendarmería, muchos de los reclusos que se encontraban en el también denominado “Módulo Beta” mantenían redes internas de tráfico de drogas y eventuales coordinaciones delictuales con el exterior. De los 825 decomisos de estupefacientes realizados en el penal durante 2018, una gran parte corresponde a alijos relacionados con operaciones ilícitas coordinadas desde este espacio.
Gendarmería realizó un operativo especial para desalojar y luego reubicar a 112 de sus ocupantes. Los internos fueron trasladados a la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), la ex Penitenciaría y los penales de La Serena, Puente Alto y Colina I. En el operativo fueron requisados 436 gramos de cannabis sativa, 269 gramos de pasta base, 82 gramos de cocaína, 52 celulares, 44 chips telefónicos, tres discos duros, una antena 4G y 34 armas blancas.
Además, en el interior del módulo fueron hallados electrodomésticos que incluían refrigeradores, conservadoras de alimentos, encimeras, televisores y máquinas de ejercicio, entre otras comodidades.
Según el director nacional de Gendarmería, coronel Christian Alveal, el Módulo 2 será remodelado para habilitarlo como un nuevo Centro de Educación y Trabajo, donde se impartirán talleres de oficios y capacitaciones.
“El cierre del Módulo Beta permitirá que las cárceles sean espacios de reinserción social y para eso hay que erradicar toda la violencia y la droga. En eso estamos trabajando, para que este módulo se transforme en un espacio para reforzar el trabajo de reinserción”, enfatizó.