Este fin de semana se realizará un homenaje en recuerdo de la memoria del Cardenal Raúl Silva Henríquez, donde una serie de presentaciones artísticas y paneles de conversación entregarán testimonios sobre su persona y labor.

 

El día sábado 30 de septiembre en el Centro Cultural de la Estación Mapocho tendrá lugar un variado programa que constará de una exposición audiovisual y la proyección de películas sobre la vida y obra del Cardenal.

 

La reunión tiene por nombre “Alma de Chile: Ceremonia en reconocimiento del Cardenal Raúl Silva Henríquez”. La organización corre por cuenta de un grupo de personas las que se interesaron por rescatar el valioso aporte moral y humanitario que realizó al país.

 

Con este homenaje se pretende traer al Chile de hoy su mensaje humanista y su ejemplo de hombre íntegro que abogó por el respeto de la dignidad humana, el valor del diálogo, la democracia y la unidad del país.

 

 

Conversamos con Claudio Rammsy, Director Ejecutivo de la ceremonia, para saber cuál es su mirada sobre el legado del Cardenal y de la importante de la reunión.

 

“La motivación de la ceremonia surge de un grupo de personas, los que cuestionando nuestra situación actual determinamos que era sumamente relevante rescatar la figura histórica del sacerdote. Aquella que se hizo notar con fuerza durante los primeros años de la década de los 70 y mucho más durante la dictadura”, indica Rammsy.

 

Sobre la validez de traer su memoria Rammsy está seguro que “el de él era un mensaje ético. Se trató de una gran figura que sin duda condenaría cómo se desenvuelve actualmente el país. La falta de ética, la política y el empresariado y, sobre todo, los medios de comunicación”, describe.

 

Al recordar la importancia de la figura del sacerdote, Rammsy dice que tuvo la posibilidad de coincidir en una ceremonia religiosa “donde me impresionó su mensaje y su voz. Fue un mensaje dado un 18 de septiembre. Es tal su importancia que vemos cómo ha trascendido los sectores políticos siendo un influjo para muchos representantes de la derecha chilena. A pesar de no haber sido querido por todos, es respetado por su mensaje, por sus actos y por su voluntad. Pienso que es un héroe que se debe rescatar”, concluye.

 

 

Para el abogado Ramón Briones, se trata de “una de las personas más notables de nuestro país, junto al padre Alberto Hurtado. Ellos han jugado, están jugando y jugarán un rol preponderante en la construcción de un ethos de una Iglesia comprometida con la vida, lo social y los derechos humanos”, comenta el abogado.

 

No duda en definirlo como alguien demasiado importante para la historia del país así como “para el futuro; está presente para una generación que ya somos mayores, pero los más jóvenes lo desconocen. Aunque su legado continúa. Lo considero un santo, salvó vidas y ayudó al país”, dice Briones.

 

Colocándolo con una relevancia tal, que incluso se atreve a decir que “salvó a las FF.AA., porque se arriesgaban a un descalabro mayor. Si lo imagino en nuestros días, estoy seguro que haría lo mismo, defendiendo a los pobres y a los jóvenes. Luchando contra la desigualdad, contra la economía tan deshumanizada y criticando la poca colaboración de los que más tienen. Y seguramente haría que la Iglesia actuará mucho más”, finalizó Briones.