La Unidad de Fomento (UF), medida monetaria cambiante de existencia no física que se utiliza en Chile para ajustar las transacciones comerciales, contables y bancarias de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC), romperá una importante barrera este jueves al superar, por primera vez en la historia, los 30.000 pesos.
Empujada por la fuerte y sorpresiva variación de 0,8 por ciento del IPC en julio, la UF escalará hasta los 30.001,4 pesos este 9 de septiembre.
Ayer miércoles la unidad cotizó en 29.996,70 pesos, según la información del Servicio de Impuestos Internos (SII).
En lo que va del año, la UF registra un incremento de 935,02 pesos.
Actualmente el uso de la UF se ha extendido a todo tipo de préstamos bancarios o financieros de privados o particulares, inversiones (depósitos a plazo u otros instrumentos reajustables), contratos y en algunos casos honorarios. Por ello es predominante a la hora de determinar los costos de construcción, valores de la viviendas y de cualquier crédito hipotecario sea privado o del Estado. Los valores se pagan o cobran en pesos chilenos y su valor varía diariamente.
"El problema es que los salarios no suben tan rápido como aumentan los precios o el IPC, entonces, lo más probable es que las personas estén viendo que su sueldo no se ha movido y que, sin embargo, las cosas que consumen se han vuelto más caras. Es decir, el poder adquisitivo ha ido disminuyendo", explicó el economista Esteban Carrasco, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián.
"Ese es el riesgo que tiene una presión inflacionaria, porque en la medida que esto se acelera, el valor del dinero es cada vez menor. O sea, con el mismo sueldo nos alcanza para menos cosas. Eso es altamente preocupante y, por supuesto, frustrante", agregó el ex subsecretario de Economía y Empresas de Menor Tamaño (2020).
Inflación y su círculo vicioso
La UF tardó 13 años en pasar de los 20.000 a los 30.000 pesos. Anteriormente, había demorado 15 años en crecer desde los 10.000 (en 1993) hasta los 20.000 pesos (en 2008).
En los últimos 10 años, ha escalado de 21.981,92 (el 9 de septiembre de 2011) a 30.004,41, lo que representa un avance de 36,5 por ciento.
Con el alza de 0,4 por ciento del IPC en agosto, la inflación 2021 ya se sitúa en 3,2 por ciento, mientras que el índice salta a 4,8 por ciento en los últimos 12 meses, su mayor nivel desde enero de 2016.
"Es una cifra preocupante. Cuando hablamos de inflaciones muy altas ocurre que la gente se preocupa y apenas le pagan el sueldo sale a comprar para que le alcance la mayor cantidad de cosas posible. Eso genera un círculo vicioso, ya que al estimular la compra, suben los precios y con ello la inflación, generando un fenómeno que es difícil de controlar", explicó Carrasco.
Por eso, el Banco Central -cuya labor es mantener la inflación controlada- elevó la semana pasada la tasa de interés en 0,75 puntos para que alcanzara el 1,5 por ciento, tratando de frenar el consumo.
La alta liquidez que hoy existe en el mercado -gracias a las ayudas del Gobierno y los retiros anticipados de ahorros previsionales- "ha permitido que la gente quiera comprar más cosas, pero la disponibilidad aún no ha sido capaz de ajustarse a esta mayor demanda, presionando los precios al alza", precisó el académico.
¿Qué se espera para los próximos meses? Según el especialista, el mercado prevé que si la inflación se escapara o se descontrolara, el Banco Central podría tomar una nueva decisión en torno a volver a subir la Tasa de Política Monetaria (TPM). Pero "esto no debería ser durante este año. Si la inflación continúa alta, durante el primer trimestre o mediados del próximo año podría venir una nueva alza importante", añadió.