Foto Portada.- Ministro de Salud, jaime Mañalich y ministro de Justicia Hernán Larraín.
Una semana pasó desde que el ministro de Salud, Jaime Mañalich, criticara el “túnel sanitario” instalado por el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, asegurando que la medida causaba “grandes dudas”.
“Creo que hay muchas iniciativas y a mí lo único que me preocupa es estar seguro que ninguna de esas medidas produce daño. En primer lugar, el túnel de Las Condes sabemos que no produce daños, pero hay enormes dudas de su beneficio”, comentó a Radio Cooperativa.
Sin embargo sólo algunos días después de emitir esas palabras, el titular de Salud, junto a su par de Justicia, Hernán Larraín, anunció que se aplicará este instrumento de desinfección en la cárcel de Puente Alto, ante los casos de coronavirus COVID-19 que se han identificado durante las últimas semanas.
De acuerdo a la información oficial, al interior la cárcel de Puente Alto se han registrado 43 funcionarios y 22 internos contagiados con la enfermedad.
En la instancia, donde se dieron a conocer una serie de medidas especiales para el penal por esta situación, también estaban presentes el subsecretario de Justicia, Sebastián Valenzuela; la subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Recabarren, y el director de Gendarmería, Christian Alveal.
Mañalich junto al resto de las autoridades recorrieron la zona de toma de muestras a los reos, donde estaba habilitado un móvil de Salud con personal. Después se dirigieron al sector de la enfermería, donde se hizo entrega de algunos insumos para el personal médico (mascarillas, guantes, alcohol gel). Y finalmente, los ministros y subsecretarios se dirigieron al gimnasio para conversar con un grupo de internos y gendarmes. El recorrido terminó con la habilitación del “túnel sanitario”.
Al respecto, Larraín, señaló que “estamos haciendo un esfuerzo especial en la cárcel de Puente Alto, muy comprometido por parte del Gobierno, tomando medidas sanitarias concretas, que se aplican diariamente, con personal que se está capacitando, y con iniciativas en el ámbito de las personas, descongestionando lo que más podamos, para reducir la población penal, y a quienes permanecen dentro, dándoles todo el respaldo para que se sientan cuidados”.
Mientras que Mañalich señaló que “todo el personal y todos los internos se han vacunado por la influenza; hemos traído una cuota extraordinaria de insumos, como mascarillas, guantes y protectores, y ahora una vez promulgada la Ley de Indulto Conmutativo, la reducción de la población penal estimamos que será en un orden del 10% o un 15% para así favorecer el aislamiento y disminuir la posibilidad de contagio”.