La televisión chilena, determinada por las ventas, busca de forma poco precisa el éxito televisivo, el que se convierte en comercial.

 

Toma algunos rostros con escasa trascendencia y éxito constatado, basta hacer reír a algunos para sacar chapa de fijo, y los posiciona como “rostros” de estelares y de horario prime.

 

Sin embargo, solo algunos pueden sostener con su imagen un programa de televisión; nadie asegura sintonía y los fracasos son incontables.

 

Es más, los productores de televisión tienen una premisa ya hecha canon: si algo sirve en otro país, bien vale exportarlo. Sin meditar el aspecto cultural o idiosincrático, la idea de rating seduce.

 

Veamos algunos ejemplos.

 

 

“Sin Mochila”, programa humorístico y de variedades de Canal 13, del primer semestre del 2000. Después de un par de emisiones fue abruptamente sacado de pantalla. “Video Match Chileno”, en 1998 Canal 13 copió el exitoso programa argentino de Marcelo Tinelli. Muy pocos lo recuerdan con buenos ojos.

 

“De Etiqueta”, estelar conducido por Raquel Argandoña en 1993. Alcanzó a estar al aire sólo una temporada. “Nuestra hora”, espacio de mediodía transmitido por unas semanas por Canal 13 y conducido por Juan Carlos “Pollo” Valdivia.

 

“El Hormiguero”, de Canal 13, copia de un programa español, tenía a Tonka Tomicic y a Sergio Lagos en la conducción. Transmitido en horario prime, se estrenó el 3 de enero de 2010, y duró solo un mes. “Lip Sync Chile”, fue un programa de TVN, estrenado el 6 de julio de 2015, y que duró un mes. Copia de un programa estadounidense: tenía a Karen Doggenweiler y a María Paz Jorquiera en la conducción.

 

Recientemente, Diana Bolocco se estrenó en solitario conduciendo el estelar de Canal13 “Diana”. Sin embargo, con bajo rating y comentarios negativos en redes sociales, amenaza con ser la nueva víctima de la televisión chilena.

 

 

Para Cristián Leporati, publicista y académico de la Universidad Diego Portales, el problema tiene que ver con el formato de la televisión chilena “la que cada vez más se aleja de las formas modernas de comunicación de la sociedad actual”.

 

Se da, según el profesional, “que actualmente son las personas las que construyen material en los medios de comunicación, no tanto como se hacía antes con un grupo de destacados iluminados”, situación que lamentablemente se ha perpetuado.

 

“Sin embargo es algo que no les ha llegado a los productores. Hoy la gente tiene plataformas, redes sociales, Internet y diversas formas de conseguir información, siendo unos telespectadores mucho más cultos. Actualmente falta más participación real de la teleaudiencia. La televisión chilena fracasa porque le habla más a los viejos antes que a los jóvenes y a la diversidad”, dice en análisis del programa estelar de Diana Bolocco.

 

 

Por su parte, el productor de eventos y cercano al mundo televisivo, William Geisse, es crítico frente rating, “pues detrás de un programa hay mucho sacrificio, mucha gente que trabaja, y que todo se viene abajo por una medición que a mí no me da seguridad ni confianza”.

 

“Me resulta injusto, pues es un sistema de medir del que todos desconocemos”, asegura Geisse, dejando claro que “los que piden más cultura y programas educativos, son los primeros interesados en la vida de los famosos y en la farándula”.

 

“Queda claro que Internet y que las diversas plataformas le han hecho difícil el trabajo a la televisión, y no hay nada asegurado, mucho más con los programas que se traen de afuera. Sobre el programa de Diana, me pareció atractivo, por los invitados y por la animadora, pero la gente es bastante especial. Démosle tiempo y no juzguemos antes”, dijo el productor.