Decenas de policías federales y de la Gendarmería Nacional de Argentina, junto con miembros de la Policía de Investigaciones (PDI) , realizaron este jueves 17 allanamientos en Mendoza en búsqueda de los integrantes de una organización criminal dedicada a llevar armas de diferentes calibres a Chile. También se hicieron seis operativos en Buenos Aires.
Según reportó el diario El Sol de Mendoza, por orden del Juzgado Federal Nº3, los efectivos ingresaron a los domicilios en búsqueda de armas de fuego, documentación, estupefacientes y la detención de los sospechosos, quienes vienen siendo identificados desde hace más de tres años, cuando se inició la indagatoria.
La información a la que accedió El Sol señala que, de acuerdo con las pruebas que se fueron incorporando en el expediente, algunas de las barriadas donde se desplegaron las medidas eran consideradas peligrosas y necesitaban de la presencia de grupos de choque policial.
La investigación se inició en el 2021. Gracias a trabajos de la Unidad de Inteligencia Criminal de la Policía Federal de Mendoza, se obtuvieron datos con pruebas de seguimiento y análisis de teléfonos celulares sobre un grupo de camioneros chilenos que trasladaban escondidas en las cabinas diversos armamentos para luego revenderlos en Chile.
Los camioneros chilenos adquirían el armamento a bajo costo en asentamientos del Gran Mendoza y de Buenos Aires para luego comercializarlo a través de sus contactos en Chile a diferentes organizaciones criminales. De esta forma, potenciaban a un menor costo otras actividades delictivas como el narcotráfico.
La investigación avanzó hacia Chile y los investigadores policiales y judiciales federales comenzaron a intercambiar información con ese país y se conformó un equipo de trabajo integrando por la Fiscalía Federal, la Policía Federal de Mendoza, la Gendarmería y la PDI, con el objetivo de individualizar a los miembros de la banda que cometía el tráfico ilegal trasnacional y capturarlos.
Una vez realizados los trabajos de calle y confirmando las hipótesis con la incorporación de pruebas y el modus operandi, se profundizó la pesquisa y se ordenaron escuchas telefónicas con los sospechosos de trasladar los cargamentos y quienes serían los proveedores de las armas. Se fue armando un organigrama de la estructura delictiva y confirmaron que existía un par de hombres como máximos responsables en Mendoza.