Oh I'm just counting

Muere coronel (r) Gerardo Aravena Longa autor de masacre de Cuesta Barriga, donde fueron asesinadas y ejecutadas 6 personas en dictadura. Estaba preso en Punta Peuco

En esta jornada, se conoció la muerte del coronel en retiro de Carabineros, Gerardo Aravena Longa, en la foto, quien se encontraba recluido en la cárcel de Punta Peuco por delitos de lesa humanidad durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Gerardo Aravena Longa murió el pasado 31 de enero en el Hospital de Carabineros (HOSCAR).

Fusilamientos en Cuesta Barriga:
El expolicía fue condenado por los fusilamientos ocurridos en la Cuesta Barriga en 1973 y la ejecución de un sobreviviente en 1974.

Según recopilaciones de prensa de Memoria Viva, Aravena en esa fecha se desempeñaba como teniente del cuartel policial de la zona de Curacaví.

La sentencia fue por los homicidios de Jorge Toro Toro, Justo Mendoza Yáñez, Jorge Yáñez, Segundo Gárate Torres, ocurridos el 16 de septiembre de 1973, y de José Barrera Barrera, del 14 de marzo de 1974.

Como ocurrieron los asesinatos de los 5 trabajadores: Los fusilaron por la espalda

El exteniente Aravena fue encausado como autor de los homicidios de tres personas ejecutadas en Cuesta Barriga y por los secuestros de José Barrera Barrera y Segundo Gárate Torres. El primero era camionero, dirigente sindical y simpatizante del Partido Socialista; el segundo, militante de la Izquierda Cristiana.

A pesar de haberse producido en épocas distantes, los homicidios y los secuestros están estrechamente vinculados entre sí. Los hechos dan cuenta de la premeditación con que actuaron los agentes represivos del régimen militar.

La trágica historia fue reconstruida por el ministro Calvo luego que la causa llegó a sus manos, tras la reorganización que hizo la Corte Suprema de los procesos que instruía el ministro Juan Guzmán Tapia. Según los antecedentes incluidos en el proceso, José Barrera fue detenido en su domicilio por carabineros y militares que actuaron encapuchados la noche del 14 de marzo de 1974, y desde allí fue sacado con destino desconocido.

Esto ocurrió seis meses después de que Barrera sufriera una primera detención, de la cual salió con vida sólo porque sus aprehensores no se percataron que la ráfaga que habían disparado en su contra no le había provocado la muerte.

Sucedió que el 14 de septiembre de 1973, una patrulla de Carabineros al mando del entonces teniente Aravena Longa lo sacó de su casa y lo trasladó hasta la tenencia, donde se encontraban también detenidas otras seis personas: Jorge Toro Toro, Jorge Yáñez, Justo Mendoza Santibáñez, Segundo Gárate Torres, Jaime Cabrera y Enrique Venegas Santibáñez.

Barrera y los demás detenidos fueron sacados de la tenencia la noche del 16 de septiembre de 1973, subidos a dos vehículos y conducidos hasta Cuesta Barriga. Los hicieron subir hasta los restos de una casa, y en lo que era la cocina los pusieron de espaldas a la pared mientras eran iluminados segadoramente en la cara con linternas. Se pusieron frente a ellos cinco carabineros dirigidos por el teniente Aravena Longa, quien dio la orden de disparar.

Los detenidos cayeron con las ráfagas de metralleta, pero tres quedaron vivos: Gárate, Venegas y Barrera. El primero de ellos, en estado agónico, se quejó y los aprehensores lo remataron con más disparos.

Transcurrido algún tiempo, Venegas y Barrera se percataron que sólo habían sido heridos en las piernas, y lograron escapar luego de ser abandonados por sus agresores, quienes los creyeron muertos. Se dirigieron por los cerros hacia el sector de Rinconada en Maipú, y tras varios días de caminata lograron contactarse con sus familias.

José Barrera se trasladó entonces a Huasco, a la casa de unos familiares, junto a su cónyuge e hijos. Allí consiguió trabajo e incluso usó su nombre sin tener dificultades. Tras seis meses, decidió regresar a su hogar y su hermano, Víctor, habló con Rebeca Valdebenito, la secretaria del entonces gobernante militar Augusto Pinochet. La mujer entregó a Víctor Barrera una carta para que se contactara con el coronel de Ejército Francisco Saavedra, en el ministerio de Defensa.. Este, a su vez, contactó a Víctor Barrera con el auditor de guerra subrogante, comandante de la FACH Luis Marín, quien lo llevó a Talagante para conversar el caso con un mayor de Carabineros. La conclusión fue que Juan Barrera debía presentarse para formalizar su reclamo.

Barrera viajó a Santiago para resolver su situación y vivir sin temores. Llegó con su familia a la capital el 10 de marzo de 1974 y tres días después se presentó ante Carabineros. Un mayor de apellido Hernández, quien era el contacto, se comunicó telefónicamente con el teniente Aravena Longa a Curacaví. Tras ello, le manifestó a la víctima que no había cargos en su contra y que estuviera tranquilo.

Llegó a su casa cerca de las 20:30 horas de esa noche. Al día siguiente iría a la tenencia local, pero a las dos de la mañana del 14 de marzo de 1974 irrumpió nuevamente en su casa un contingente de carabineros y militares, todos encapuchados y fuertemente armados, los que sin exhibir orden de detención lo subieron a un furgón y se lo llevaron en dirección a la unidad policial.

La familia de Barrera realizó numerosas gestiones. Como en muchos otros casos de detenidos desaparecidos, autoridades de la época les aseguraron que la situación no afectaría la integridad corporal de la víctima, pero desde esa fecha que no se ha vuelto a tener noticias de él.

De los cinco ejecutados en la Cuesta Barriga el 16 de septiembre de 1973, no se encontró el cuerpo ni se certificó la muerte de Nicolás Gárate, quien, al igual que Barrera, permanece en calidad de detenido desaparecido.