Por María Cristina Prudant
Nolberto Díaz es vicepresidente de la CUT en representación de los trabajadores de la Empresa Nacional de Petróleo (Enap). Cercano a los sectores progresistas de la DC. Por sobre todas las cosas se considera un dirigente sindical, aunque algunos dicen que es demasiado díscolo. “Nunca, jamás, ni con Daniel Fernández ni con Enrique Dávila, ni con Rodrigo Azócar ni con Ricardo Cruzat, he generado relaciones de amistad, jamás he entablado amistad con los gerentes de Enap.
Eso es sabido y conocido, como es sabido que no visité la gerencia general, en 14 años de dirigente contadas veces he estado allí, no más de cuatro, ni con el actual, ni con los anteriores, ni con ninguno. Mi rol es defender a los trabajadores de Enap y, en ese rol, no puedo jugar a ser defensor de los trabajadores y, al mismo tiempo, “amigo” o “cercano” de los gerentes de turno.
Fue un gran opositor a la dictadura en su natal Punta Arenas. “Estuve una veintena de veces preso y querellado junto a Ruiz de Giorgio y Carlos Mladinic, el 84, con 16 años de edad”.
¿Por qué la CUT toma la decisión de distanciarse de la Mesa de Unidad Social?
No hay ningún distanciamiento con la Mesa de Unidad Social. Ha habido algunas diferencias como marcar el voto.
¿Y por qué se habla de que ustedes se alejan de la Mesa y se acercan ahora más a los partidos?
Si es sobre eso la entrevista yo no voy a hablar porque eso es un invento de La Tercera. Hemos tenido diferencias menores y La Tercera explota eso. Es algo sobre lo cual yo no voy a opinar. No voy a caer en la trampa de La Tercera.
¿Cuál es la opinión de ustedes de los trabajadores en general en el país. Hay bastantes despidos. ¿Cuál es el panorama laboral en estos momentos?
Es evidente que el panorama laboral es muy malo. Todos los gobiernos, pero sobre todo este, siempre tratan de disfrazar las cifras en materia de desempleo. No es novedad que quieran decir siempre que hay menos desempleo y que han creado muchos empleos, eso lo hacen todos los gobiernos, pero en este caso es evidente que en Chile hay mucha gente que ha perdido sus puestos de trabajo. Es evidente, que mucha gente no ha tenido liquidez para celebrar bien las fiestas de fin de año, para tomar vacaciones o para pagar sus deudas.
La situación laboral en Chile es muy grave porque los trabajadores chilenos están muy endeudados porque nosotros hemos sido víctimas, también, de un modelo económico usurero, que cobra intereses que son impresentables con platas que ha surgido de los propios trabajadores. Los fondos de pensiones de los trabajadores chilenos han sido al final, un mercado de capitales que ha permitido financiar a las 4 o 6 familias más ricas de este país, que después con esa misma plata nos prestan a otros intereses más altos en Ripley, Falabella, Cencosud en todas estas empresas que termina endeudando a los trabajadores chilenos.
¿Ustedes tienen información sobre una nueva metodología para medir el desempleo?
Lo desconocemos porque este gobierno, particularmente ha sido muy esquivo para conversar y dialogar. Nosotros (la CUT) rara vez conversamos con el gobierno, recién después de 100 días del estallido social hemos tenido un par de reuniones con la ministra del Trabajo, para explorar junto con otros las posibilidades de algunos acuerdos, pero ha sido un trabajo muy lento, muy tardío para un gobierno que ya está punto de cumplir la mitad de su período. El 11 de marzo se cumplen dos años de este gobierno y le quedan dos más. Creo que estamos un poco atrasados en el diálogo y los acuerdos.
¿Y cuáles son los principales acuerdos que a ustedes les interesan?
Creo que es evidente que lo que los trabajadores chilenos necesitan es que el 26 de abril se apruebe la decisión de una nueva Constitución y podamos tener una convención constitucional que abra un camino para la nueva Constitución. Creo que la medida urgente, más importante en este minuto, son aquellas vinculadas a la protección del empleo, la situación de un salario mínimo en Chile de 500 mil pesos para arriba para todos los trabajadores chilenos. Es impresentable que nosotros después de 30 años de retornar a la democracia, tengamos un salario mínimo que esté en 301.000 mil pesos.
La semana recién pasada se ha publicado en España el acuerdo entre empresarios, gobierno y centrales sindicales para fijar el salario mínimo en 950 euros, que a plata al día de hoy en Chile equivalen a 817.000 mil pesos. Es decir, nosotros tenemos un tercio del salario mínimo que existe en España. Alguien dirá que no somos como España, no, pero tampoco Chile es un país pobre. A nosotros nos han vendido durante 200 años diciendo que estamos lejos, que estamos aislados y que somos pobres. Es cierto que estamos lejos, es cierto que Chile, a veces, es un país aislado por el desierto y la cordillera, pero lo que es una garrafal mentira es que Chile es un país pobre.
Chile con 4.500 kilómetros de costa directa, 88 mil kilómetros de costa a través de los fiordos y archipiélagos. Solo con pesca en Chile a nadie debería faltarle el pan, pescado, ni el empleo, ni un salario digno. Si a eso yo le sumo la gran minería, las reservas de agua dulce, las reservas de energía solar, las reservas de litio y las reservas para plantación para frutos y verduras, Chile, evidentemente es un país muy rico que está muy mal repartido.
Se está desarrollando la campaña entre empresarios para elegir próximo presidente de la CPC y uno de los candidatos dijo que “los empresarios podemos hacer muchas más cosas que la Constitución”. ¿Qué le parece?
Los empresarios han tenido durante 50 años una posición muy cómoda. Una posición de oposición a todos los cambios sociales. Los empresarios son grandes responsables de la crisis que vivimos. El empresariado chileno corrompió la política primero, respaldando la dictadura, validando el Plan Laboral y el modelo económico y luego en transición comprándose a la clase política y al parlamento, violando la soberanía popular, interviniendo en la política en el Senado y en la Cámara de Diputados con el financiamiento ilegal de quien salían electos.
Y no suficiente con eso, ya electos, siguió financiando a algunos para pautear sus votaciones en la ley de pesca y la ley de royalty.
No se explica, que habiendo tenido mayoría la centroizquierda durante 30 años no se haya tocado a las AFP, no se hayan tocado las isapres y recién en el último gobierno de Bachelet se haya intentado seriamente llevar a la educación pública gratuita y de calidad. Si hay alguien que ha pasado colado en esta crisis y es un gran responsable de lo que ha pasado, junto con el gobierno, es el empresariado chileno.
Ellos son responsables de la colusión de las farmacias, de la colusión en el pan, de la colusión en el precio de las lavadoras, en el precio del transporte, en el precio del papel higiénico. El propio presidente de la Sofofa es miembro de la familia Matte, que fue castigada 10 años por los tribunales de justicia por haber engañado a los consumidores y haberse puesto de acuerdo en el precio.
Los empresarios chilenos no tienen autoridad moral para opinar sobre el estallido social porque son los grandes responsables y han pasado piola.
Con el estallido social han vuelto a violarse con derechos humanos en nuestro país en plena democracia. ¿Qué opina al respecto?
A mí me parece que es muy grave lo que ha pasado en materia de derechos humanos. Creo que la actuación del gobierno y de carabineros ha sido francamente lamentable. No puede ser que la gente porque sale a protestar quede ciega como es el caso de Gustavo Gatica y Fabiola Canpillay. No es posible que haya gente que tenga estallidos en uno de sus globos oculares, es decir que han perdido un ojo. Es impresentable que hayan habido más de 5.000 mil detenidos muchos de ellos con apremios ilegítimos, con abusos, con tortura. Me parece que es repugnante la actitud que ha tenido el gobierno en materia de derechos humanos.
Cuatro informes internacionales de organismos serios han señalado que en Chile el Estado viola los derechos humanos, pero tan repugnante cómo es eso, es la votación del Senado de la República que ha terminado salvando al intendente metropolitano. Es una vergüenza, la ausencia del senador Insulza, el pareo de algunos senadores como la senadora Rincón, o las abstenciones de la senadora Goic y Pizarro. Y también de Felipe Harboe y de Quinteros.
La actuación de estos seis senadores lo único que hacen es profundizar la crisis de credibilidad que tiene una institución tan desprestigiada como es hoy día el Senado de la República. Por ese Senado pasó la ley de royalty, la ley de pesca y montón de leyes al gusto de los empresarios y no responden. Ellos reclaman que están siendo funados en muchos lugares. La molestia de la gente tiene su fundamento en la lamentable actuación que han tenido los parlamentarios en esta crisis. El Senado y la Cámara de Diputados han sido inútiles en parar la represión y las violaciones a los derechos humanos como han sido inútiles e incapaces, en 30 años, de modificar el modelo económico, como han sido inútiles e incapaces para tocar las AFP en estos 30 años.
“Hay que adelantar las elecciones presidenciales y del parlamento”
¿Usted está de acuerdo en que debería renunciar el general Rozas?
A mí me parece que debiera renunciar el general Rozas y en Chile deberían haber elecciones generales anticipadas, tanto de Parlamento como de Presidente de la República. Ningún país se destruye porque sus gobiernos terminan antes.
En América Latina todos los países han hecho asambleas constituyentes y han hecho una nueva Constitución, Chile es la única excepción. En el resto de los países, en algunas ocasiones, los Presidentes han terminado antes o han convocado a elecciones. ¿Puede un país seguir siendo gobernado por un Presidente que tiene un 6% de respaldo, a mí me parece que eso no es muy posible. ¿Podemos seguir siendo gobernados por un Presidente que no puede salir a ningún lugar, ni comuna, ni ciudad porque es rechazado por la ciudadanía. A mí me parece que estamos en una situación muy compleja, pero el problema no es el Presidente, el problema también ha sido, en este caso, la clase política y el Parlamento que han sido inútiles e incapaces de poder darle una salida a esta crisis. Cuando lo quisieron hacer lo hicieron sin consultar a todos, ni a los movilizados, las organizaciones sociales. Un acuerdo de paz encabezado por quienes lo firmaron ese día me parece que, si no tuvo sustento en la población, fue porque la gente no le creía a quienes firmaron el acuerdo.
¿Ustedes esperan también que en marzo haya un rebrote del estallido social?
Lo que pasa que en estos más de cien días no se ha ganado nada. No se ha avanzado en nada, lo único que se ha logrado es que hay un plebiscito el 26 de abril, pero el salario mínimo sigue en 300 mil pesos, las pensiones siguen siendo miserables y podrían haber tanto proyectos de ley o acuerdos o decisiones administrativas para subir el salario mínimo en un proyecto de ley que garantice a todos 500 mil pesos o podrían haber modificado la tabla con la cual se calcula la mortalidad para las personas que están jubiladas y en vez de tenerlas hasta los 110 años, dejarlas calculadas hasta los 80 y el resto con seguros, pero nada de eso se ha hecho.
El gobierno en materia de agenda social es puro discurso, es puro chamullo, pero no hay nada concreto. En cien días no hemos ganado nada. Por tanto, lo más probable es que marzo sea movilizado desde el lunes, movilizado por las mujeres el 8 y 9, movilizado el 11 de marzo cuando se cumplen dos años de este fatídico gobierno y sin lugar a dudas, los sindicatos convocarán a una huelga general de no mediar que las cosas avancen de mejor manera.