Cuatro días después de sus polémicas declaraciones, en las que aseguró que "en la Última Cena no había ninguna mujer en la mesa y eso lo tenemos que respetar, el nuevo obispo auxiliar del Arzobispado de Santiago, Carlos Irarrázaval, finalmente ofreció disculpas.
A través de un comunicado, el sacerdote admitió que usó "expresiones que han provocado molestia e incluso dolor en muchas personas". "Especialmente al referirme al rol de las mujeres en la vida de la Iglesia, como también al aludir a la crisis por la que atravesamos", especificó. "Quisiera pedir muy sinceramente perdón por el sufrimiento y desconcierto que mis declaraciones pudieron causar", aseguró.
"Estoy comprometido con el Señor en trabajar por la comunión de la Iglesia, sabiendo que sinodalmente todos somos constructores —mujeres y hombres— con la riqueza de nuestras diferencias, para una Iglesia más acogedora e inclusiva". El pasado fin de semana, el obispo dijo a El Mercurio que "revolver un arroz recalentado no sirve de nada" en referencia al momento que atraviesa la Iglesia Católica, lo que se sumó a sus dichos posteriores sobre la mujer en la institución en una entrevista en CNN.