El Presidente Gabriel Boric, termina por estos días una gira por Europa que estuvo marcada por distintos actos y gestos en conmemoración a los 50 años del golpe de Estado, y se refirió al expresidente Salvador Allende.
En una entrevista con BBC Mundo, el Presidente chileno se refirió en particular a la figura del expresidente Allende, derrocado en el golpe cívico-militar del 11 de septiembre de 1973, y pese a que dijo que no le gustaban las “idolatrías”, lo ensalzó como “un demócrata” y “un conciliador”.
“Tengo un profundo respeto por la figura de Salvador Allende. No solamente por su figura en su hora última, la de su último discurso, sino por su trayectoria política”, expresó Boric.
“Un demócrata desde el minuto uno, ministro de salubridad, militante del Partido Socialista, siempre luchó por las causas sociales justas en Chile y en América Latina. Un gran conciliador y buscador de acuerdos que en los momentos más duros siempre optó por la democracia”, añadió.
“A mí no me gustan las idolatrías. Allende, como toda persona compleja, tiene luces y sombras. Él nunca pretendió ser un santo, pero políticamente, desde mi punto de vista, su trayectoria es impecable. Y lo respeto muchísimo”, complementó.
El jueves, el mandatario fue recibido por la alcaldesa de París, quien le entregó una placa de la Plaza Salvador Allende que tiene la ciudad. En el acto, Boric agradeció y destacó la figura internacional del expresidente Allende y lo diferenció de “su vil sucesor”, por los homenajes que se le hacen en el resto del mundo.
En los últimos días, la oposición ha criticado al Gobierno de Boric por los gastos y los gestos que ha hecho el Presidente en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, como los reconocimientos que se le hizo el exjuez Baltasar Garzón y al músico Joan Manuel Serrat.
El jefe de Estado dijo creer que no era el único llamado a liderar esta conmemoración e insistió en que todos los sectores políticos deben jugar un rol.
“Hay otros actores de la sociedad que tienen un rol importante que jugar: desde la discusión académica, la sociedad civil, hasta quienes fueron cómplices pasivos o activos de la dictadura militar. Es un tema complejo que claramente todavía genera divisiones en Chile”, dijo a la BBC.
“Yo esperaría que al menos seamos capaces de ponernos de acuerdo en dos cosas, que me parece un consenso básico: que los problemas de la democracia tenemos que resolverlos con más democracia y no con menos, y que por lo tanto un golpe de Estado es inaceptable. Y que nada, ninguna diferencia entre nosotros, justifica que se violen los derechos humanos”, añadió.
“Esos dos consensos básicos a mí me parecerían un avance significativo y espero que podamos lograrlo, independiente de la redacción que logremos, con la gran mayoría del espectro político”, complementó.