El medio judicial nuevamente se vio sorprendido cuando la ministra de la Corte de Apelaciones, Rommy Rutherford, tras larguísimos interrogatorios, envió a prisión preventiva al ex comandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba. Sin embargo, no es la primera vez que un uniformado pasa a detención tras ser investigado por la ministra. Cabe recordar que procesó y detuvo a quien era el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general (R) John Griffiths. Esto, en el marco de la arista llamada “agencias de viaje”, en que se indaga eventuales fraudes al Fisco producto de transacciones bajo la figura de las comisiones de servicio.
De acuerdo a un artículo del diario La Terceras, elaborado por el periodista Sebastián Vedoya, Rutherford, soltera y madre de dos hijos, desde 2014 es integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago. Su presencia no pasa inadvertida en el Palacio de Tribunales: su frondosa cabellera rubia y sus coloridos atuendos destacan entre los tonos grises que suelen reinar en la sede jurídica. Además, otra característica que se le reconoce es que gusta de la vida saludable.
Los funcionarios del poder judicial la reconocen como una mujer amable, pero de carácter. Dicen que es un relojito: todos los días ingresa a su oficina a las 7:30 y se retira a las cinco. Sus más cercanos detallen que otras de sus rutinas es el gimnasio, donde diariamente, como le cuenta a sus amigos, dedica una hora para “sacarse el estrés del día”.
Otra de sus facetas es su permanente interés por perfeccionarse en la investigación de delitos. Rutherford se tituló de abogada en la Universidad Gabriela Mistral y luego realizó sus especializaciones en la Universidad Católica. Actualmente está en el proceso de terminar su doctorado, para lo cual se encuentra trabajando con la profesora Elena D’Alessandro de la Universidad de Turín, en Italia. Para obtener este grado está desarrollando una investigación titulada: “La proscripción del abuso del derecho como límite al ejercicio del derecho de acción en el marco de la normativa procesal civil chilena”, la cual es dirigida en Chile por el profesor Goldenberg.
Durante su paso como ministra de la Corte de Santiago, también se pronunció sobre un tema especialmente sensible: la situación en que se encuentran los presos en las cárceles. Así, en febrero de 2016 se hizo público cuáles eran sus apreciaciones respecto a los internos que se encontraban en la ex Penitenciaría. Sus palabras relataron una dura realidad, indicando que este recinto los presos estaban en situaciones que “en ocasiones, llega a estar reñida con lo más elementales estándares que exige dignidad humana. La cantidad de internos que duermen casi apilados, unos sobre otros, en reducidos espacios, con nula ventilación y luz natural, en condiciones insalubres, con presencia de chinches y otros parásitos”.
Uno de los primero hitos en su carrera lo marcó como titular del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago. Ahí le tocó indagar el caso del Clan Mazza, logrando la primera condena en Chile de lavado de dinero por un monto cercano a los US$ 300 millones. Hoy este caso sigue siendo materia de estudio en la escuela de la PDI. También durante algún período encabezó indagatorias por casos de derechos humanos.
El 18 de noviembre de 2014 pasó a ser relatora de la Corte Suprema y en marzo del año pasado asumió el rol de ministra de la Corte Marcial, instancia en la que suele haber predominio masculino. Esta posición llevó consigo una nueva tarea: liderar las pesquisas por el fraude en el Ejército, con lo cual asumió el rol de ministra en visita.