Oh I'm just counting

Si usted muere, sus bienes quedan como herencia a menos que usted esté en una AFP. Por Dr. Ingeniero Patricio Basso

Si usted tiene “la suerte” de morir sin estar pensionado en el sistema de pensiones de las AFP, sus bienes son entregados a sus herederos legales, normalmente esposa e hijos. En particular, cualquier ahorro que hubiese podido juntar en su vida para su vejez, es parte de su herencia.

En cambio, si es pensionado del sistema de AFP los fondos que queden en su cuenta de capitalización individual al morir no son entregados a su familia, sino que les son pagados en “cómodas cuotas mensuales”, cómodas para las AFP que podrán seguir utilizando sus fondos para invertirlos en los grandes grupos económicos o, como ellas dicen, generando utilidades para usted, aunque ya esté muerto.

Así, la igualdad ante la ley “se fue a las pailas” (locución verbal de uso exclusivo en Chile).

Para simplificar el análisis, pensemos en las pobre viudas cuyos maridos son pensionados de AFP. Al morir el cónyuge, la viuda comienza a recibir una pensión de viudez que es solo un porcentaje de la ya miserable pensión que recibía su marido: si no tiene hijos, recibirá el 60%. No se sabe por qué esto es así, tanto más cuanto que la pensión de su marido había sido calculado pensado en que era posible, aunque poco probable, que viviera hasta los 110 años. Por ello es que, al morir la viuda, todavía quedarán fondos sin utilizar que, esta vez, sí serán herencia para los demás herederos.

Nuestra estimación es que, en promedio, al morir un pensionado, el ahorro previsional que no se utilizó para pagarle pensión es del orden de un 70% del ahorro inicial que tenía el afiliado al momento de pensionarse.

Así, en la práctica, el ahorro provisional no tiene por principal objetivo financiar buenas pensiones si no buenas herencias.

Le he preguntado a muchos “expertos” por qué, simplemente, no se entrega a la viuda y demás herederos la herencia que les corresponde. Hasta el momento ninguno de ellos ha sabido responder. Bueno, salvo una autoridad de gobierno, de cuyo nombre no quiero acordarme, que me dijo que la viuda podía malgastar su herencia o podía ser engañada por los hijos para quitársela. No, no es la misma persona que dijo que con el retiro del 10% la gente se iba a comprar plasmas (televisores).

Resolver esta injusticia no tiene costo para el estado, por lo que cualquier parlamentario de buen corazón podría presentar una proyecto de ley que obligue a las AFP a entregar como herencia, y en forma inmediata, los ahorros del pensionado fallecido a sus herederos. Si usted conoce alguno, por favor avísele.

Supongamos -soñar no cuesta nada- que esta modificación legal ya se hizo. Sin embargo, aún nos queda un problema: ¿cómo hacer para que la mayor parte del ahorro previsional se le pague al pensionado en vida?

Si se pudiese hacer esto, las pensiones mejorarían en forma muy importante y de inmediato. Según mis cálculos, la mejora sería del orden de un 50%, en promedio, para todos los actuales y futuros pensionados. Suena bien, ¿no es cierto?

Existe, sin embargo, una pregunta previa que debemos formularnos: ¿por qué quedan tantos recursos sin utilizar para el pago de las pensiones al fallecer el pensionado? La respuesta está en el uso de las tablas de mortalidad que asumen que los chilenos podemos vivir hasta los 110 años, aunque, como dicen los defensores de las AFP, con una baja probabilidad.

La explicación de por qué esto es así es un poco más compleja, pero no se preocupe querido lector, pues no es necesario entender como se usan dichas tablas para explicar cómo se podría resolver el problema.

Hagamos un poco de ciencia ficción. Supongamos que usted se pensionó a los 65 años y que se sabe -esta es la parte ficticia- que usted vivirá hasta los 86 años. Si le parece muy poco, usted puede agregar los años que considere adecuado vivir.

En todo caso, y a modo de información, según la Superintendencia de Pensiones, si tiene 65 años su expectativa de vida es, precisamente de 21 años, es decir hasta los 86 años. El INE considera que es menos.

Si usted sabe que vivirá solo hasta los 86 años, podría pedirle a su AFP que calcule su pensión de modo que le alcance solo hasta esa edad. Verá que su nueva pensión sería mucho mejor y si muere antes, su viuda se lo agradecerá pues recibirá su saldo de ahorro como herencia.

Como en la realidad es posible que usted viva hasta más allá de los 86 años -yo no creo- tendríamos un nuevo problema. Como ya se habrán acabado sus ahorros, no tendría con qué vivir a partir de esa edad y su viuda se quedaría sin herencia.

Aparentemente el problema no tiene solución a menos que alguien se haga cargo de seguir pagándole su pensión hasta su muerte, es decir, en el peor o mejor de los casos según se quiera ver, algunos pocos años más.

Nuestra propuesta, junto a las Senadora Ximena Rincón, es que esa pensión de sobrevida se financiada por el Estado, ciertamente con un tope, es decir para favorecer solo a los que tenían menos ahorro previsional que suelen ser las personas de menores ingresos.

Como no faltará el defensor de las AFP que diga que esto puede ser muy caro, le informo que, según mis cálculos, el costo total para los próximos 10 años es solo de US$ 40,3 millones…. es decir, nada.

Esta propuesta se la entregamos al ministro de hacienda, don Ignacio Briones, el 6 de julio pasado, el mismo día que se la expusimos a la Comisión de Trabajo del Senado.

Hasta ahora no hemos recibido respuesta de ninguno de ellos. Están muy ocupados discutiendo como utilizar el 6% de cotización adicional que financiaría el empleador sin darse cuenta de que ese 6% no mejorará las actuales pensiones si no hasta dentro de muchos años más y que, para ese entonces, los chilenos tendremos una nueva constitución en la que, con certeza, habremos cambiado el sistema.

¿Es tan difícil entender que se pueden mejorar ahora mismo las pensiones si se acepta nuestra propuesta o existen otras oscuras razones para no querer hacerlo?