Ministro Felipe Larraín en su habitual optimismo y arrogancia; pronóstico en enero pasado un crecimiento de 4,0% para 2019 –haciendo caso omiso al dato duro de 3% de Imacec del 2º semestre del 2018-; incluso reiteró que este Gobierno si sabía “hacer crecer” a la economía –no como el gobierno anterior-.

 

En estos 7 meses hemos visto como lo pronosticado por Ministro Larraín se ha ido estrellando con la realidad que ha ido ajustando a la baja sus proyecciones de crecimiento... Primero lo ajustó a 3,5% en mayo y después en julio lo ajustó a 3,2%; sin embargo, no tuvo credibilidad ni en la élite política ni en los analistas del mercado.

 

Incluso los diputados Ortiz y Auth en esa sesión pública del mes pasado le señalaron que veían imposible que economía en segundo semestre creciera al 4% y él volvió a señalar que la economía iría de “menos a más” y que se cumpliría su meta anual de 3,2% con “un crecimiento cercano al 4%” en 2º semestre.

 

Pero la realidad es más fuerte que el optimismo y la arrogancia de Felipe Larraín; ahora el Banco Central nos informa de un IMACEC “peor de lo esperado” para junio de 1,3% y que genera un Imacec para primer semestre del 1,7%.

 

Para los ciudadanos esto no es ninguna novedad. Las ventas del comercio hace ya largos meses caen en relación al año pasado, la confianza de los consumidores está “en zona pesimista” desde noviembre pasado, el desempleo en Gran Santiago es 8,4% -1,4% superior al mismo mes 2018-, la producción industrial cayó -2,9% en 12 meses a junio; la inversión pública en MOP –ministerio inversor- cayó 15,4% en relación a junio 2018.

 

Los analistas del mercado hacen rato estiman un crecimiento entre 2,5% a 2,8% para el 2019, no tienen credibilidad en las apuestas del ministerio de Hacienda que sigue apostando a un precio de cobre de US$ 2,85 la libra (hoy está en US$ 2,5)

 

O sea, hace rato la economía real viene dando datos que muestran a una economía estancada que Gobierno no quiere ver. Durante el gobierno anterior Felipe Larraín insistió que lo que pasaba en la economía nacional “era 2/3 responsabilidad interna y sólo 1/3 era explicado por factores externos” y aplicando su misma metodología quisiéramos escuchar sus respuestas para la caída del IMACEC y para el deterioro de la productividad que se viene.

 

La oposición desde 2018 viene alertando sobre la ausencia de plan b) ante los efectos de la guerra comercial entre China y EEUU y la respuesta gubernamental fue la arrogancia y el sobre optimismo.

 

Ahora que reapareció la realidad con estos malos datos económicos uno esperaría que Felipe Larraín asumiera su fracaso.

 

En especial porque en su gestión sólo está marcada por inflar las expectativas y después no logra resultados ni en crecimiento económico, ni tampoco tramitando proyectos de ley como la Modernización Tributaria donde lleva 1 año tramitándolo en Comisión de Hacienda de la Cámara, donde diputados opositores cuestionan su informe financiero por sobre estimación de la recaudación fiscal.

 

Para volver a crecer se requiere visión estratégica, construir consensos transversales y capacidad de diálogo, habilidades de las cuales carece el ministro Felipe Larraín, lo que no es bueno para el país.