Por Teresa Frías K.
Sebastián Piñera fue electo presidente, y si bien aún no asume su cargo, su historial ya es más que conocido, pues durante su pasado mandato (2010-2013) fuimos testigos de sus tics, reiteradas equivocaciones y falta de conocimiento gramatical.
De hecho, las piñericosas se volvieron no solo un fenómeno nacional, sino que también a nivel mundial, que daban cuenta de estos lapsus que tenía el representante de Chile Vamos, lo que conllevó a cientos de análisis de expertos de su personalidad.
Ahora se suman nuevos antecedentes. La popular revista Vanity Fair (su versión en español) realizó un perfil del presidente electo publicado en su sitio web, el que tituló: "Bromas desacertadas y desplantes a su esposa: el nuevo presidente de Chile tiene un problema de machismo".
El machismo de Piñera
La publicación recoge una serie de intervenciones y apariciones de Piñera con las que ha generado polémica y recibido acusaciones de machismo y sexismo. Una de ellas es la del comentado "codazo" a su esposa, Cecilia Morel, en una conferencia de prensa tras la primera vuelta.
El artículo cita las reacciones de prensa internacional y local para el hecho: 'Sebastián Piñera codeó a su mujer en público y lo acusan de maltrato', en Clarín, o 'Todo un caballero: Piñera da codazo a Cecilia Morel para abrirse espacio en conferencia de prensa', en El Mostrador.
También lo hace con las explicaciones posteriores de Cecilia Morel: 'No lo sentí como una agresión', dijo pocos días después en una entrevista en el programa televisivo 'Las dos caras de la moneda', añadiendo que su marido 'estaba apretado y necesitaba hablar, y los candidatos que quieren salir en la foto me empiezan a apretar a mí y él me apreta [sic]. Pero no fue codazo ni nada'".
Vanity Fair escribe que tras este episodio "tampoco faltaron las comparaciones con Donald Trump, fuertemente criticado por su actitud de desprecio hacia las mujeres".
Otro momento que la publicación cita es del domingo 19 de noviembre cuando se dirigía a sufragar. El entonces candidato le dijo a la periodista Constanza Santa María -que lo acompañaba en su trayecto- "¿Vieron lo que la pasó al pobre de Spacey?", en referencia al actor estadounidense acusado por abuso sexual. "Ambas mujeres lo corrigieron rápidamente: 'No, nada de pobre'", reproduce.
La publicación también recuerda la intervención de Piñera en un acto de campaña en junio pasado cuando contó un chiste sobre la violación y otra de 2011 cuando también bromeó -en el mismo tenor- con el consentimiento que dan las mujeres.
Sus tics recurrentes
Aunque si analizamos aún más a Piñera, sus tics ya se han vuelto parte del día a día. De hecho se filtró un video en que se muestra al presidente electo esperando el llamado de la Presidenta Michelle Bachelet luego de su triunfo, y en tan solo un minuto se vio su “ataque” de tics, que a más de uno dejó perplejo.
Frente al tema, el sociólogo de la Universidad de Chile Raúl Núñez dijo en conversación con Cambio21 que “él tiene una fuga de ideas, en su curso en general hay una falta de continuidad, como que no se concentrara, que estuviera ido, y pensando en otra cosa. No se a qué atribuirlo”.
A ello, agregó que “hace mucho tiempo que es parte de lo nuestro, y no ha cambiado, y sin duda no lo hará” destacó el sociólogo, agregando que “quizás lo haga inconsciente o no, pero lo cierto es que se nota que el nerviosismo es parte de él, cuando le dan estos tics los tiene una persona nerviosa, y que en ciertos casos se ve tan apretado que su cuerpo saca su energía de la forma más impensada, si a él le dan tics otros se ponen rojos, otros tartamudean otros transpiran y así”.
Por su parte, el siquiatra Jorge Sanchez en diálogo con nuestro medio reconoció que “no lo conozco en persona, solo se cómo es por todo lo que lo he visto a través de la pantalla”, agregando que “pero puedo decir que ni yo como profesional puedo asegurar si hace las cosas a propósito o no”.
“Esto que lo tilden de machista, no corresponde, sabemos cómo es, que hace las cosas y dice cosas sin pensarlo, no es como otros personajes o los que están acusados de abuso o de machismo. El solo habla, no piensa, y es por eso que no razona si está o no en lo correcto con lo que hace”, puntualizó.