Oh I'm just counting

Adriana Muñoz, próxima presidenta del Senado a Cambio21: “La derecha borra con el codo lo que firmó con la mano”

Por María Cristina Prudant

La senadora del PPD, Adriana Muñoz está ad portas de convertirse en la segunda mujer en dirigir desde la testera el Senado de la República. Como ya estaba acordado al PPD le corresponde continuar a la cabeza del Senado y por ello el senador Felipe Harboe asumiría la presidencia, pero en tiempos de paridad de género, le cedió a la senadora Muñoz  el cargo, así es que a partir de marzo será la nueva presidenta del Senado.  

En el marco de la discusión por la paridad el senador Harboe decidió cederle la posibilidad de ser la presidenta del Senado a partir de marzo. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Yo he valorado muchísimo la decisión, el gesto del senador Felipe Harboe que en un gesto humano, político que de acuerdo a lo que él mismo señaló se da en medio de saber leer, saber percibir lo que está sucediendo hoy día en tiempos de mujeres, con la búsqueda de más presencia de mujeres en los cargos de decisión  y este movimiento grande por la paridad en la constituyente que se ha ido extendiendo también  a otras instancias, otras instituciones como el Parlamento, donde ha habido una demanda, una carta de cientos de mujeres que circuló durante una semana y media planteando la paridad en el Senado, que asumiera una mujer la testera y también en la Cámara de Diputados.

 Entonces, yo he valorado muchísimo el gesto porque en nuestro medio en la política, esos gestos políticos, humanos son bastante escasos y por cierto es muy valorable lo que ha hecho el senador Harboe.

¿No habría problema que usted asuma el cargo. Hay acuerdo?
Hay un acuerdo que se decide al inicio de la legislatura, donde se distribuyen las presidencias y el año pasado le correspondió al PPD y lo asumió Jaime Quintana y este año 2020 también le corresponde al PPD. Y el PPD tenía que decidir cuál era su candidato o candidata a ocupar la testera. Hay que respetar los acuerdos dentro de los partidos de la oposición.

Respecto a lo que ocurre con el país ¿cuál es su visión de lo que está pasando en estos momentos a más de tres meses del estallido social?  
El nivel de conflictividad se mantiene, hay una demanda por transformaciones y cambios profundos de todo el país. Creo que lo que vimos durante los meses de octubre, noviembre, parte de diciembre, la masividad de las movilizaciones deja ver claramente que hay un malestar profundo por los abusos, la injusticia, por la desigualdad y eso está ahí. Creo que es gran tarea nuestra, de la política,  y por eso tenemos que mejorar la calidad de la política recuperar la legitimidad social, el respaldo ciudadano, estamos muy bajos. Porque no hay otro espacio para resolver los conflictos que no sea la política, si es que queremos tener una vida en paz y ese espacio, que tenemos que resguardarlo y centrar ahí los debates, los diálogos, la búsqueda de acuerdos y también una comprensión real de lo que está sucediendo, lo que nos está demandando el país.

Que la movilización, la gran cantidad de personas que se ha expuesto a cierta represión que ha sido muy dura, tenemos personas fallecidas, mutiladas. Las personas que se han expuesto es porque se la están jugando por un cambio real, profundo, muy transformador y si no somos capaces de leerlo con generosidad y saber que tenemos que hacer cambios reales y no cosméticos como parece que percibe la ciudadanía lo que hemos hecho hasta ahora, por la agenda social del gobierno que, en definitiva a través de recursos públicos y fiscales está entregando una serie de beneficios, pero entiendo yo y entiende la oposición que la demanda es más profunda y tenemos que avanzar en modificar sustantivamente aspectos, elementos, dimensiones muy discriminadores, muy abusadores que genera el actual modelo económico.

Entonces, hay que conversar sobre aquello, no seguir eludiéndolo para poder tener sintonía con las demandas que tiene hoy día el pueblo de Chile. Eludirlo o soslayarlo, o hacer algo muy cosmético va a generar, yo creo, todavía críticas y va a generar malestares y seguramente la insistencia a través de movilizaciones a lo largo del país en que centremos el debate en la respuesta y las decisiones en lo que Chile está demandando.

La derecha está borrando con  el codo lo que escribió con la mano

¿Usted cree que la derecha ha tenido esa mirada profunda de la situación que está viviendo el país?   
A mí me dio mucha esperanza el acuerdo político a que se llegó el 15 de noviembre al alero de todos los partidos del espectro político del país de centro, de izquierda y derecha en relación a una nueva Constitución y a decidir todos un proceso de cómo llevar a cabo esa nueva constituyente. Y el plebiscito, las leyes que aprobamos, el tiempo a recorrer por fechas como el 26 de abril, con preguntas bien específicas y de la constituyente en octubre a través de elecciones.

A mí me dio mucha esperanza de que realmente habían todos los pasos en política de irnos bien y en profundidad lo que estaba sucediendo y demandando nuestro país. Sin embargo,  al pasar los días, las semanas, la derecha ha borrado con el codo lo que firmó con la mano y ya le ha costado mucho partir, por lo menos a Mario Desbordes, que logró libertad de acción para los de su partido, lo mismo ha sucedido en Evópoli, la  UDI rechaza completamente, entonces la derecha no está leyendo lo que pasa en el país  y con esta posición creo que se contribuye a polarizar posiciones. Lo mismo que la agenda que ha tirado el gobierno al Parlamento tampoco toca los ejes centrales de un modelo que provoca abuso y profunda desigualdad. Todo el país lucha contra la desigualdad y eso creo que pasa por una forma de acuerdo y el gobierno, creo yo, tiene que acercarse a entender  que en cada iniciativa estamos poniéndonos a prueba  en relación a la profundidad de la demanda de cambio y trasformación que reclama el país.

La prueba de fuego ha sido esta reforma de pensiones y también como el pacto constitucional donde hay una resistencia del gobierno a crear en plenitud un nuevo Pilar Contributivo de Pensiones sustentado en la seguridad social y en la solidaridad. Creo que es una verdadera demostración que no se ha leído bien, de que si bien es cierto no hemos logrado tocar, porque el maximalismo al cual hacen alusión muchos criticando la posición bien unitaria y transversal de una posición en esta materia. El maximalismo hubiese sido el desmantelar ahora las AFP y lo que nosotros hemos hecho es querer armar hoy día ya, un sistema de pensiones mixto con un pilar solidario y un pilar contributivo sustentado en la solidaridad, la seguridad social.

El 6% adicional que va a contribuir  el empleador, vaya a un fondo de ahorro colectivo y desde ahí se destinen los recursos para mejorar las actuales  pensiones y otro porcentaje  a garantizar pensiones futuras decentes, dignas que es lo que quiere Chile y eso es lo que no se entiende, el gobierno insiste en cuentas individuales con lógica de capitalización de mercado y nosotros insistimos en que esas cuentas que son personales sean registrales, sean opcionales para que sean de capitalización colectiva porque no queremos que los sistemas de pensiones, como el que hoy día existe,  hagan retrotraer los vaivenes de las capitalizaciones, de las rentabilidades que pueden dar los fondos de ahorro, que nosotros tomaremos colectivos porque no queremos que las personas corran riesgos como corren en las AFP que cuando la rentabilidad baja, pierden los fondos de los cotizantes de los trabajadores y nunca la industria.

En cambio el gobierno quiere imponer esta otra visión que está muy alejada de lo que el país quiere y creemos que en esos puntos tenemos que buscar acuerdos, tenemos que salir adelante con acuerdo colectivos el gobierno y la oposición, de lo contrario estamos siendo bastante irresponsables  como gestores políticos ante lo que el país demanda, lo que necesita con urgencia.
¿Usted está de acuerdo en que ha habido una excesiva preocupación del gobierno por prepararse para un rebrote del estallido social en marzo sobre todo protegiendo a las policías?
El gobierno tiene el deber, la obligación de mantener el orden público, solo el gobierno tiene ese deber sin embargo, por lo que hemos visto en las manifestaciones sociales de octubre hasta el momento ha habido una represión desmedida. Se han violado extremadamente los derechos humanos y los derechos constitucionales que tienen las personas de ejercer el derecho a la protesta y a la manifestación social. Yo lo he dicho siempre, si esta situación no se resuelve, no se avanza con más represión, con más policías por muy capacitados que estén. Creo que esto se resuelve con trabajo y buena política, con una lectura real y efectiva de lo que Chile necesita con urgencia para terminar con la profunda desigualdad que existe en nuestro país.

El ministro Blumel anunció urgencia para el proyecto que protege a las policías ¿Qué opina?
Hay tantas leyes ya orientadas en ese sentido porque hoy día tenemos en la legislación que una persona que agrede a carabineros o que lo asesina, lo que es deleznable, yo no lo comparto, tiene muchas más sanción que cualquier otra situación. Entonces, creo que hay legislación que protege la acción, la vida de carabineros y estoy de acuerdo. Sin embargo, seguir respondiendo en esta situación  en que la crisis tiene un origen social, cultural. Hay una demanda profunda por cambiar un modelo  que genera, como he dicho, profundas desigualdades. Hay un mundo que quiere un cambio profundo radical desde las bases económicas, sociales y culturales y eso no  se está leyendo y se está respondiendo con  represión y con atropellos a los derechos humanos.  El gobierno ha dado respuestas contundentes en materias de orden público, pero mientras ello sucede vemos, por ejemplo, que recomendaciones que ha hecho las Naciones Unidas en materia de resguardo de los derechos humanos, no han sido consideradas ni respondidas por el gobierno. Entonces, tenemos un desequilibrio en la situación y no comparto que en lugar de la política se recurra a la represión y a la respuesta policial. Creo que avanzaríamos mucho más si discutimos sobre un salario mínimo digno, ese es un tema en el que debemos avanzar como en seguridad social de pensiones.

¿Cómo encuentra usted que está el panorama de la oposición?
Yo voy  insistir que en la oposición actuemos de conjunto. Chile necesita una fuerza política que entre a intervenir con fuerza, con claridad de propósito  en la situación que vive Chile. Yo no quiero renunciar a que una fuerza de centroizquierda pueda conducir nuestro país en esta convulsionada situación en nuestro país y que podamos sintonizarnos con lo que Chile demanda, Creo que la oposición está con problemas, con dificultades de articulación, de coordinación, de  coherencia porque hay algunos dirigentes, parlamentarios, yo no digo todos, que deciden el camino corto de negocio con el gobierno. No sé cuál es el propósito y el logro y el objetivo, el resultado y la conveniencia de actuar así. Existen ciertos liderazgos bastante individualista que buscan  protagonismo, caminos propios y prefieren el debilitamiento de propuestas colectivas de la oposición. Eso es lamentable.