Por Mario López M.
Durante toda la administración pasada las encuestadoras se encargaron de mostrar a la entonces Presidenta de la República, Michelle Bachelet, con una alta desaprobación y un apoyo que rondaba el 18%, sobre todo en el periodo eleccionario.
Hicieron extensiva esa supuesta desaprobación a las reformas estructurales y políticas públicas que la exPrimera Mandataria encabezaba. Pasadas las elecciones, en un golpe de magia, en solo un par de días su aprobación aumento en un cien por ciento terminando su administración, según esas empresas, marcando un 40% de aprobación.
Investigaciones periodísticas acreditaron que los máximos ejecutivos de dichas encuestadoras, eran amigos personales del entonces candidato derechista y trabajaron en la primera administración Piñera.
Pero no fueron los únicos que se ensañaron con la otrora Presidenta. Desde la prensa adicta a la derecha y grupos empresariales afines, los encargados de imponer la pos verdad fueron muchas veces periodistas. Por eso no deja de ser a lo menos susceptible de conjeturas que muchos de esos periodistas al día siguiente de instalado en el gobierno, aparezcan situados en importantes y lucrativos cargos públicos.
¿Fueron cooptados? ¿Realizaron un trabajo ecuánime en sus análisis políticos al momento de evaluar al entonces gobierno, sabiendo o debiendo saber que de perder accederían ellos a importantes designaciones? Preguntas que rondan el ambiente y cuya respuesta que se aprecia más claramente es que no fueron imparciales.
Veamos parte de una larga lista de periodistas que pasaron de la trinchera al poder.
Desde luego el caso más sobresaliente es el de la actual ministra de Cultura, Alejandra Pérez, quien se desempeñaba como directora y presidenta de Canal 13. Y esa casa televisiva "prestó" a varios profesionales de la prensa a la actual administración.
Entre ellos, Paulina Bravo, quien de periodista de política Canal13 emigró al ministerio del Interior. Lo propio hizo el periodista del mismo medio Christian Rendic, quien pasó de editor de política del mismo Canal13 a transformarse en el poderoso segundo hombre de la Secretaría de Comunicaciones del Gobierno. Los acompañó David Muñoz, periodista de de política del canal 13 que aterrizó en el ministerio de Vivienda como flamante jefe de comunicaciones.
Otro medio que instaló en el gobierno una importante "cabeza de playa", fue el "Diario de Agustín", sí, El Mercurio, aunque de seguro no sorprenderá a nadie. Desde ese holding salieron Manuel Valencia, periodista que se fue a al Ministerio de Transporte; Camila Miranda, que pasó de editora de Economía y Negocios al ministerio de Hacienda, como jefa de prensa y Mariana Penaforte que emigró al ministerio de Obras Públicas.
De Mega, el "agudo" Germán Oyarzún, recaló en la Dirección de Prensa de la Presidencia. Por su parte el periodista Uziel Gómez, de el ultra derechista (pinochetista, derechamente) medio online El Libero, llegó al ministerio de Energía.
No son los únicos. Hay otros periodistas que también trabajaban en medios y que ahora son parte de este Gobierno.
Nadie duda de sus "capacidades", e incluso usted no recuerde sus rostros, pero sus afiladas plumas lanzaron envenenados dardos contra la Presidenta Bachelet. Como díría el Bombo Fica: "sospechosa la w..."