Por Alfredo Peña R.
Este domingo hay elecciones internas en la Democracia Cristiana. Se elige a la directiva que gobernará el partido en momentos complejos para la DC debido a las bajas votaciones que ha tenido en los últimos eventos electorales.
Por la lista 1, el candidato a Presidente, es el alcalde de La Granja, Felipe Delpin. En la lista del actual vice presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, va también en una vice presidencia, la senadora Yasna Provoste, reciente candidata presidencial de la DC y la coalición Nuevo Pacto Social.
Esta fue la conversación que tuvo el profesor Felipe Delpin con Cambio21.
¿A horas de la elección en la DC, qué mensaje le daría a los militantes?
Les diría que entiendo claramente que nos encontramos frente a un momento histórico para la DC, donde nos jugamos mucho más que la sobrevivencia de un partido. Estamos frente a una elección que va a definir el rol que los humanistas
cristianos vamos a jugar en el futuro de nuestro país: si vamos a ser actores relevantes, no en el número, sino en la acción política. Si vamos a ser como lo definieron nuestros fundadores, un movimiento de vanguardia, que acompaña,
impulsa y produce los cambios que nuestro país necesita, que es revolucionario en cuanto entiende que es necesario sacudirse de las eternas trabas que impiden que tantos compatriotas vivan mejor y se sientan dignos y orgullosos de haber nacido en esta tierra o, por el contrario, vamos a seguir siendo simples espectadores de la historia y agonizando quizá por cuanto tiempo enterrados en nuestras propias indefiniciones y siendo percibidos por la ciudadanía como un
grupo irrelevante, pendiente solamente de sus propios intereses.
¿Es la primera vez que un alcalde o alcaldesa postula a ser Presidente de la DC? ¿Qué piensa de este desafío?
Primero, déjame decirte que lo considero absolutamente justo y apegado a la realidad de nuestro partido, la gran fuerza que puede impulsar este golpe de timón tan necesario para la Democracia Cristiana es justamente aquella en la que
estamos mejor posicionados respecto de las otras fuerzas políticas, y esta no es otra que la de alcaldes, concejales, cores y gobernadores regionales.
Por otro lado, es obvio que uno siente orgullo personal producto de que le toca abrir espacios que hasta ahora parecía que estaban reservados solo para ciertos niveles de la política nacional. Y más aún, soy alcalde de La Granja, una
comuna que para nada se parece a la cuna desde la que han venido prácticamente la totalidad de nuestros altos dirigentes, pero esto también es como el sino de los nuevos tiempos, ¿no te parece?
Hay una contradicción eso sí, entre la alegría, pero también la pena de que sea necesaria una crisis para que nos demos cuenta, de que dentro de nuestro partido, que en sus principios se define como democrático y popular, la verdad es
que tanto en lo popular como en lo democrático dejaba bastante que desear.
¿Cuál será su primera acción política si elegido Presidente de la DC?
Vamos a hacernos cargo de un partido en crisis, que algunos califican de “enfermo terminal”, diagnóstico con el que no estamos de acuerdo para nada. Y desde ese análisis, vamos a trabajar incansablemente en un camino de cambios. La historia nos enseña que todos los grandes cambios están siempre precedidos de grandes crisis y con ese convencimiento enfrentamos este proceso. Lo que sí es real, es que estamos frente a una crisis que requiere ser enfrentada con definiciones claras, la primera es la cohesión de propósitos, para que la ciudadanía nos perciba clara y definidamente como un actor relevante para los cambios que vienen y no como un grupo de “ derechistas-centristas de izquierda” que actúa más bien con una visión individual frente a los grandes temas; aquí está definida por necesidad la primera acción, todos los esfuerzos y el trabajo que sean necesarios para avanzar en la cohesión partidaria.
La DC ha ido bajando notoriamente en las elecciones. En estos últimos comicios, sólo obtuvo cerca del 5% de los votos para diputados. Singularmente tiene muchos alcaldes y concejales elegidos. ¿Por qué se produce este fenómeno político?
Antes te dije que siento pena cuando constatamos esa realidad; la acción política y social de los humanistas cristianos se hace carne cuando la militancia se desarrolla junto y codo a codo con los pobladores, en los sindicatos, colegios profesionales, etc. Es desde esa realidad donde tienen que surgir las prioridades, las urgencias, necesidades y aspiraciones de la ciudadanía, y estas son las que deben ser representadas ante las instituciones que definen las
políticas públicas, léase parlamento y gobierno nacional, lamentablemente, ahí se ha producido una fisura, tanto los alcaldes, concejales, cores y gobernadores regionales están ahí, donde las papas queman, sintiendo en carne propia el dolor ajeno y comprometiéndose con su trabajo y acción permanente para ir transformando estas realidades, que en ocasiones son tremendamente dolorosas. La ciudadanía percibe que esto no ha tenido relación con lo ocurrido en ambas
cámaras al momento de impulsar leyes o acuerdos que tengan relación con estas realidades que antes te he descrito, y entonces es lógico que mientras los Demócratas Cristianos son percibido como agentes de cambio en sus respectivos
territorios, no suceda lo mismo con el parlamento o con quienes en muchas ocasiones han formado parte del gobierno, y volvemos a hablar de lo mismo, cohesión.
En la DC se habla que hay varias almas ideológicas. Y muchos militantes exigen un Congreso ideológico para saber qué son. ¿Será una de esas medidas si es elegido presidente?
Efectivamente, ese es uno de los compromisos de la lista que tengo el honor de encabezar. Haciendo un símil con el fútbol, un equipo tiene que tener claramente definido el lado hacia el que ataca, en qué arco tiene que hacer el gol y la posición que cada jugador ocupa en la cancha; lo otro es básicamente táctica, si no se cumplen estos principios primarios, claramente eso no es un equipo. La Democracia Cristiana aunque en algunos casos sea por instinto de supervivencia, tiene que ser capaz de redefinir y actualizar, si es necesario, las ideas matrices que impulsaron a nuestros grandes antecesores al dar vida a este partido que, cuando ha actuado en sintonía con la ciudadanía ha escrito páginas brillantes que han sido sin lugar a dudas una enorme contribución a lo que hoy somos como país.
La Democracia Cristiana en este momento y según su perspectiva, ¿es de centro, centro izquierda o de izquierda?
Nacimos a la vida política en Chile en plena época de la guerra fría, como una vía alternativa a las grandes fuerzas en disputa por la supremacía mundial en aquel tiempo, nuestro símbolo partidario es una flecha que rompe esos paradigmas que se pretendía instalar; el marxismo y el capitalismo, más allá de las derechas y las izquierdas decían nuestros antecesores, pero permíteme hacer una pregunta: ¿Dónde ubicarías al partido de la Reforma Agraria, de la Justicia Social, de la Redención Proletaria, de la Revolución en Libertad, la chilenización del cobre, la sindicalización campesina, la recuperación de la democracia?, ¿cómo catalogas a Frei, Seguel, Bustos, Tomic, Ruíz Di Giorgio, Jaime Castillo y varios más?
Para mí la respuesta es simple, somos un partido revolucionario, que busca romper con todas aquellas cadenas que impiden a las mujeres y hombres de esta tierra ser dueños de la dignidad y libertad, tanto material como espiritual que les corresponde por derecho, somos también un partido formado por hombres y mujeres humanistas cristianos cuya bandera también es la del respeto irrestricto de los derechos humanos y que creemos firmemente en la Democracia como el mejor sistema de gobierno.
Muchos se han intentado apropiar de nuestras banderas de lucha y entonces inventaron términos como centro derecha y centro izquierda, por defecto a nosotros nos pusieron como centro, pero yo prefiero apegarme a aquellos principios que nos hicieron nacer a la vida política y ese es claramente un camino de cambios.