Una expresión de la compleja situación económica que nos hereda la pandemia es el fuerte rebrote de la inflación que estamos viviendo, que en 12 meses ya llega a casi 8% y probablemente este 2022 -producto de la actual crisis internacional- llegará a más de 9%.
Este rebrote inflacionario que vivimos hoy, es algo inédito en los últimos 20 años, donde producto del rol del Banco Central la inflación se mantuvo a raya en torno a la meta del 3%; pero hoy no estamos en ese escenario de baja inflación.
También este 2022 volveremos a la realidad en materia de actividad económica y el mismo Banco Central proyectó un crecimiento en torno a 2% para 2022 y 2023.
Las cifras de IMACEC de los últimos meses han sido un simple rebote estadístico producto de la fuerte caída de la actividad vivida en 2020 por la pandemia.
Es un escenario riesgoso para el país que tengamos alta inflación (superior al 8%) y bajo crecimiento (en torno a 2%).
Esto es un desafío para la economía y sus instituciones.
Soy de las personas que creo que la calidad de las democracias están ligadas a la calidad de sus instituciones y el Banco Central ha funcionado controlando la inflación, pero hoy está desafiado por este complejo escenario económico de alta inflación y bajo crecimiento.
Entonces requerimos tener un Consejo del Banco Central completo, con una visión más amplia y más pluralismo, y que la consejera Griffith-Jones sea el nombre sugerido por el Presidente entrante habla bien de la adaptación de las instituciones económicas.
Pero así, como se debe controlar y bajar las presiones inflacionarias, porque los más perjudicados son las familias de menores ingresos del país; también es importante que el Banco Central juegue un rol de estímulo hacia una mayor diversificación productiva que nos saque de este “crecimiento mediocre” que hemos vivido en la última década y que probablemente se repetirá este 2022 y 2023.
Chile necesita nuevos motores para crecer, debe poner más valor agregado en lo que produce y exporta, la inversión pública debe ejecutarse con mayor celeridad, especialmente en regiones.
Es importante que reiteremos al Banco Central la necesidad de este 2022 se implementen políticas que permitan controlar y bajar la inflación, pero también debe abordarse una conversación de mediano plazo -que puede tener como sede al Senado- para empezar a salir de estos crecimientos mediocres en torno al 2%.
El Banco Central debe hacer su tarea con calidad y dialogando con Senado; pero también nosotros tenemos el desafío para 2022 -vía Comisión Mixta de Presupuestos- de ayudar a acelerar la ejecución de la inversión pública especialmente en Vivienda donde hay presupuesto para financiar 50.000 subsidios del DS 49, con lo cual puede iniciarse una política de reducción del fuerte déficit habitacional.
También debe fiscalizarse y acelerarse la ejecución de la Inversión Regional, especialmente este año donde los gobiernos regionales -electos democráticamente el año pasado- tendrán esa responsabilidad. También debemos cautelar que se ejecute el presupuesto para mejorar y modernizar la infraestructura hídrica que coordina el MOP.
Se requiere superar los crecimientos mediocres y ello exige ejecución acelerada de la inversión pública, tarea en que deben actuar coordinadamente Ejecutivo, los Gobiernos Regionales y el Parlamento vía la Comisión Mixta de Presupuesto.
Lo que se viene en la economía es complejo y debemos promover que funcionen adecuadamente nuestras instituciones como el Banco Central, pero también se requiere que estos temas sean prioritarios en la nueva legislatura y espero que para el nuevo gobierno.