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Cardenal Chomalí critica proyecto de eutanasia y dice que “con la eutanasia no se alivia nada, se termina con una vida”

La Comisión de Salud del Senado se encuentra realizando audiencias públicas en el marco del proyecto sobre muerte asistida. A la instancia han acudido familiares de pacientes que se encuentran en estado grave y expertos en bioéticas.

También acudió Freddy Maureira, padre de Valentina Maureira, paciente ya fallecida que en 2015 solicitó la eutanasia a la expresidenta Michelle Bachelet. Mientras que para este miércoles se contempla el testimonio de la paciente Susana Moreira, quien padece de distrofia muscular de la cintura escapulohumeral y quien ha solicitado al presidente Gabriel Boric muerte asistida.

El arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomalí, criticó la iniciativa y afirmó que “con la eutanasia no se alivia nada, se termina con una vida”.

El cardenal reiteró la visión de la Iglesia Católica sobre el valor inviolable de la vida humana y recordó que “detrás de la idea de ‘muerte digna’ muchas veces se esconde la pretensión de disponer de la vida de los más débiles y enfermos, en lugar de acompañarlos en el tramo final de su existencia”.

“Con la eutanasia no se alivia nada, se termina con una vida. Pero también hay que decir que con esa misma vehemencia tenemos que tener mucho cuidado con el ensañamiento terapéutico, que es una práctica indebida de la medicina”, remarcó.

Además, apuntó a que la iniciativa habla de asistencia médica, pero es una asistencia que pretende causar la muerte. Sin embargo, la medicina tiene otros fines específicos, como curar, prevenir y acompañar. “No tiene vocación de terminar con una vida humana”.

En esa línea, llamó a fortalecer la medicina paliativa en hospitales y clínicas, junto con promover políticas públicas en favor de adultos mayores en materia de pensiones y acceso a la salud.

“Lo que la Iglesia pide derechamente en esta sesión, es que se postergue este proyecto de ley y que se realice un verdadero tratado de cuidados paliativos. Pero la aplicación de una acción humana con la finalidad y con la intención de terminar con la vida, aunque esté gravemente enferma y aunque lo solicite, bajo ningún punto de vista“, cerró el cardenal.