Por María Cristina Prudant
Tras discusiones internas, el partido Revolución Democrática Revolución Democrática decidió pactar con Chile Digno, bloque que integran el Partido Comunista y la Federación Regionalista Verde Social junto a otras fuerzas políticas, para presentar candidatos a la Convención Constituyente.
En la consulta se impuso esta opción por un 66,6%, la que además incluye pactos con organizaciones sociales, movimientos territoriales e independientes.
La votación tuvo una bajísima convocatoria: 795 de sus militantes participaron y eligieron entre dos opciones de más de 40 mil militantes: si pactar con Chile Digno de cara a la constituyente o con Unidad Constituyente. La primera opción se impuso con el 66,67% de las preferencias contra un 27,92% de la segunda. Un 5,4% de los votos fueron blancos.
Esta consulta se hizo solo para militancia activa en una plataforma interna dijo Pérez. “No quisimos ampliarla mucho, no es como las votaciones de directiva nacional. Votó solo la militancia más activa, más dura” explicó la presidenta de Revolución Democrática, Catalina Pérez, a Cambio21, quien conversó de la situación de su partido y del Frente Amplio en general. Además de la actualidad nacional.
¿Cuáles son las expectativas de Revolución Democrática ahora que definieron con harán alianzas con Chile Digno?
Primero, vamos a seguir empujando la necesidad de generar acuerdos amplios para alcanzar los dos tercios que nos permitan buscar las transformaciones que nuestro pueblo demanda. Por lo que optamos hoy día es por posicionarnos desde un lugar, a propósito de cómo se van cerrando cada vez más las puertas de la conformación de una lista unitaria. Esta lista unitaria fue y es la estrategia del Frente Amplio y vamos a seguir buscando crear puentes ahí, pero lamentablemente hemos visto cómo se van cerrando las puertas tanto por omisión, en el caso del Partido Socialista, como por acción en el caso dela Democracia Cristiana, que cerró desde el día uno la puerta a que una estrategia como esta pudiese ser viable y ante esa imposibilidad, hay que tomar posición y en este caso decidimos consultarle a la militancia y optamos por una alianza con las organizaciones sociales, con los independientes y también con los partidos y organizaciones políticas de Chile Digno.
¿Cuáles son los principales factores que impiden que ustedes lleguen a acuerdos con Unidad Constituyente?
Creo que ha habido falta de voluntad política derechamente de los partidos. Creo que hay que reconocer y creo que ahí ha habido poca sinceridad en la falta de reconocimiento de que los partidos de la ex Concertación volvieron a optar por la tesis de gobernanza de los últimos 30 años. Esa es la receta con la que decidieron enfrentar la crisis política de representación en la crisis social que trae la revuelta del 18 de octubre. Decidieron reeditar la tesis de la Concertación y nosotros somos uno de los convencidos que más que mirar hacia el pasado, más que reeditar viejas fórmulas hoy día debemos mirar hacia el futuro y hoy día podemos mirar hacia el futuro.
Estamos nosotros para decirles que es posible imaginar alianzas, propuestas más allá de lo que se pudo hacer en Chile 30 años hacia atrás. Imaginémonos 30 años hacia adelante. Yo lamento mucho que esa haya sido finalmente la decisión política que tomaron los partidos de la ex Concertación. Pese eso, nosotros, incluso, estábamos disponibles a armar una alianza unitaria con la Democracia Cristiana si es que eso permitía que también estuviese considerado sin vetos el Partido Comunista. Yo no quiero adelantar diferencias programáticas porque creo que incluso yendo en dos listas distintas debiésemos avanzar en algunas ideas comunes, otras van a separar aguas, por cierto, pero podemos avanzar, por ejemplo, en un reglamento que asegure la participación de la ciudadanía en el proceso y espero que pese a la decisión que Unidad Constituyente ha tomado estén disponibles a seguir construyendo con todos y todas.
Es público que la DC tiene un conflicto con el Partido Comunista. ¿La Democracia Cristiana ha entregado sus argumentos para no ir en alianzas con el PC?
No. La Democracia Cristiana siempre ha cerrado las puertas a una alianza unitaria de la oposición y creo que es mero cálculo electoral. Quien gana con la reedición de la Concertación es la Democracia Cristiana subsidiada por el Partido Socialista y creo que la tesis de Fuad Chaín ha hegemonizado la construcción de políticas de alianzas que tenía Convergencia Progresista, la ha transformado en una sola y lo considero lamentable. Se pone aún más cuesta arriba la apropiación de un proyecto político transformador cuando quien llega a una coalición es la Democracia Cristiana, que construyó las mayorías no en función de la oposición sino en función del gobierno que ya tenemos experiencia de gobiernos anteriores desconociendo el programa .
Creo que la Democracia Cristiana no es un actor confiable si de alianzas transformadoras se trata y, lamento mucho que sea la DC la que esté hegemonizando la política de Unidad Constituyente.
¿El Partido Socialista se había mostrado más abierto a una alianza de la oposición e incluso con el Frente Amplio?
Creo que el Partido Socialista tiene la responsabilidad histórica de generar la unidad necesaria para intentar este proceso y creo que, lamentablemente por omisión ha contribuido a que estemos hoy día en esta situación. Por supuesto que hay responsabilidades compartidas de todos los actores también del Frente Amplio, pero yo esperaría de un partido con vocación histórica, el partido de Salvador Allende que estuviesen a la cabeza de la conducción de un proceso de transformación y de la construcción de mayorías sociales en un momento tan relevante como el que hoy día está atravesando el país. Lamentablemente, ese liderazgo no lo he visto en el PS.
El Partido Socialista tiene una historia y por lo mismo deberían tener una mirada más clara de lo que está pasando en el país que vive una crisis política profunda y que no sabemos adónde nos puede llevar.
Hay una crisis profunda en la política, pero por sobre todo creo que hay una oportunidad muy grande en la política. Por eso digo que desde aquí, el camino que decidimos correr hoy hemos optado por construir mayorías sociales que tienen que transformarse en mayorías políticas para que nunca más en Chile gobiernen unos pocos a muchos y muchas.
Creo que ahí no hay que equivocarse, nosotros no vamos a dejar de tender puentes. Nuestra invitación tiene que seguir siendo abierta a Convergencia Progresista, a Álvaro, Heraldo, Carlos Maldonado que no se equivoquen de rumbo. Yo esperaría que en esa invitación el Partido Socialista, efectivamente esté de nuestro lado. A mí no me cabe ninguna duda, lo he dicho otras veces también aquí mismo que las bases del PS y no me cabe duda que las bases de los partidos de Convergencia Progresista, tienen mucho más en común con el Frente Amplio que con la DC. Yo esperaría que ahí pudiésemos construir un arco unitario desde el Partido Comunista hacia el centro político que nos permita construir esas mayorías y estar a la altura del desafío histórico que hoy tenemos al frente. Creo que ellos tienen la oportunidad de ejecutar lo que no pudieron ejecutar por 30 años porque ahora estamos más, porque estamos aquí para decirles que es posible. Entonces, creo que hay que seguir haciendo una invitación a construir, creo que no hay que desistir en esa vocación de construcción de mayorías, de puentes más allá del lugar en el que hoy día hayamos decidido estar.
¿Cree que es el momento en que toda la oposición debiera detenerse a pensar en lo que significa entregarle de nuevo el país a una derecha que tiene a un presidente con el 7% de aprobación?
Es una responsabilidad muy grande para los proyectos transformadores. Creo que hay que dejar de definirse como oposición porque no estamos aquí para oponernos al gobierno. Estamos aquí para ofrecer proyectos de cambios a los chilenos y chilenas. Estamos aquí para sellar la oportunidad histórica que el pueblo de Chile abrió para habilitar esos cambios. Los partidos progresistas debiesen ser herramientas al servicio del pueblo movilizado y, lamentablemente se transforman en cajas pagadoras o en agrupaciones que funcionan en torno a intereses particulares y no en torno a una vocación transformadora que hoy tenemos enfrente. Creo que desde ahí hay que seguir empujando, transformando y seguir como apelando a dicho espíritu y espero que ahí encontremos también resonancia en otras organizaciones y sobre todo en las bases de los distintos partidos.
¿Qué pasa en Revolución Democrática, por qué se han ido varios parlamentarios?
Primero, por un lado por errores y por otro lado por definiciones. En la medida que los partidos profundizan su apuesta estratégica, toman decisiones tácticas complejas también, Digamos que tomar decisiones difíciles implica que se enfrentan posiciones y a veces una posición se puede sentir más o menos considerada. Creo que hemos evitado por mucho tiempo profundizar ciertos debates, no están los tiempos para dejar de hacerlo. Hoy día es momento de definiciones estratégicas complejas y yo lamento que ahí quien pierde una posición decida salir en vez de empujar las definiciones colectivas que se toman dentro de esta organización. Nosotros velamos porque todas estas definiciones estratégicas además, sean debatidas de manera democrática y poder conciliar posiciones que a veces no lo son tanto. Desde esa perspectiva creo que vamos a tener que seguir tomando definiciones complejas, seguir asumiendo errores como la votación de las ley anti saqueos que implicó una traición a nuestra propia historia, es de los errores que más duelen de nuestra gestión en el último período, pero creo que hay que sumirlo sí, hay que rectificar el rumbo y hay que seguir atreviéndose a tener etas definiciones complejas por más que impliquen al exclusión de determinadas posiciones.
Coincidencias y diferencias con el PC
¿Cuáles son los puntos de mayor coincidencia que tiene el Frente Amplio con el Partido Comunista?
Creo que tenemos muchos puntos de encuentro con el Partido Comunista como también con el Partido Socialista y que, definitivamente hoy día lo que hay que hacer es tomar la determinación de un camino. Yo creo que compartimos con el Partido Comunista la vocación de la representación de un proceso político en Chile a partir de octubre en adelante. También tenemos profundas diferencias con ellos en materia de derechos humanos, de defensa de las democracias en Latinoamérica, pero me parece que hoy estamos llamados a construir una alianza más allá de nuestras propias identidades, reconociendo esas diversidades, esas diferencias en función de las mayorías sociales que hoy exigen la construcción también de mayoría políticas y por eso es que, insisto, a mí me hubiese encantado no tener que optar entre el Partido Comunista y el Partido Socialista. Creo que hoy Chile exige mucho más en la construcción de dicha política, pero insisto que eso requiere también voluntad por parte de otros actores y, lamentablemente eso no estuvo presente.
Piñera y el 7%: Un gobierno que está muerto
¿Qué opina usted de la ostensible baja en la aprobación del Presidente Piñera de un 7%?
Primero, tengo muy presente a la oposición de entonces, la derecha, cuestionando la legitimidad del gobierno de Michelle Bachelet en uno de los momentos de más baja aprobación que no estaba ni cerca del 7% (tenía más de un 30%). Me parece de un cinismo tremendo que hoy día se busque generar un respaldo político a un gobierno que está muerto. Un gobierno que ha propiciado un desgobierno en el país. Un gobierno que no le habla a nadie, ni a sus propias bases. Un gobierno incapaz de organizar su propia coalición. Ese es el gobierno que tenemos hoy.
Este es un gobierno que debe gobernar con las ideas de otros y esto lo siguen sin entender. El gabinete y el propio Presidente por mezquindad y exceso de arrogancia destacan la gestión que aquí se ha hecho. Creo que los resultados hablan por sí mismo. Otra cosa es que seamos capaces, realmente de ofrecerles a los chilenos y chilenas un camino distinto, una vida distinta y creo que en eso la oposición y el Frente Amplio han estado al debe y hay que rectificar ese camino. Creo que la derecha, Chile Vamos, no puede volver a gobernar porque le hace mucho daño al país y desde esa perspectiva tenemos hoy la responsabilidad de ofrecer un proyecto de cambio y para eso tenemos que tener más habilidad táctica, tomar mejores definiciones estratégicas y profundizar nuestra política, sin duda.