El Gobierno de Chile anunció esta noche de miércoles la decisión de "suspender de manera indefinida su participación" en el diálogo político entre el Gobierno y la opposición de Venezuela, que estaba teniendo lugar en Santo Domingo, la capital de República Dominicana.
La resolución se informó mediante un comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, pocas horas después de que Danilo Medina, presidente dominicano y mediador en las conversaciones, anunciara un "receso indefinido" en el proceso debido a la falta de acuerdos.
"El Gobierno de Chile ha seguido con especial atención y participado en las reuniones sostenidas en los dos últimos días en República Dominicana entre los delegados del Gobierno y de la oposición venezolana, y lamenta profundamente que no se haya alcanzado un acuerdo entre las partes que permita la convocatoria a elecciones presidenciales democráticas, transparentes y de acuerdo con estándares internacionales", dice la nota publicada por la Cancillería en su sitio web.
Frente a esta situación, y tal como se había advertido con anterioridad, "el Gobierno de Chile ha decidido suspender de manera indefinida su participación en el diálogo (...), pues no se han acordado condiciones mínimas para una elección presidencial democrática y una normalización institucional".
En el escrito, el Ejecutivo valora "altamente los esfuerzos desplegados por el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, y por su canciller, Miguel Vargas", a la vez que "reitera su convicción sobre la necesidad de que se restaure el orden democrático constitucional en Venezuela y se atienda con urgencia la crisis social y humanitaria que vive dicho país".
Al informar -más temprano- sobre el fracaso de las conversaciones, el mandatario dominicano aseguró que Nicolás Maduro le había "expresado su deseo de seguir el diálogo", al igual que la oposición había "pedido que las puertas del diálogo no se cierren".
Este proceso ha contado con la observación de Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas como países invitados por el Gobierno de Maduro, mientras que por la oposición participaron Chile y México.
México decidió retirarse tras la convocatoria unilateral de elecciones presidenciales por parte del régimen chavista, mientras que Chile advirtió el miércoles pasado que suspendería su participación como acompañante si no se concretaban "a la brevedad las condiciones" para unas elecciones "presidenciales democráticas, transparentes y conforme a estándares internacionales".
El propio canciller Heraldo Muñoz alertaba ayer en su cuenta de Twitter que la oposición venezolana estaba siendo sometida a "enormes presiones" para firmar un documento que no contemplaba "garantías".
Su colega venezolano, Jorge Arreaza, respondió acusándolo de "perjudicar el proceso de diálogo" y de haber "apostado por el fracaso".