Oh I'm just counting

Denuncian que Alcaldesa Cathy Barriga recibe millonarios "regalos", uno es un auto de una empresa con negocios con la municipalidad

Un auto de regalo, una noche en hotel Monticello y miles de entradas de alto costo recibió Cathy Barriga, las que usó para "regalar", lo que es considera al borde de las malas prácticas y sancionado por Contraloría, sin perjuicio de otras responsabilidades legales. 

¿A cambio de qué estas millonarias "donaciones"? Esa es una pregunta incómoda, porque puede constituir cohecho.

Recién, en el pasado mes de julio, la alcaldesa de Maipú regaló un auto de más de $7 millones y una noche para dos en el hotel Monticello. 41 días después, la municipalidad pagó $16.648.100 a la misma automotora por una camioneta 4x4 doble cabina.

Una nota de La Segunda (que no la podrán acusar de marxista u opositora, exactamente), dio a conocer que un Kia Río 4 de $7.390.000, es el regalo más caro recibido por la alcaldesa. El móvil fue obsequiado por la automotora -a la misma a la que más tarde se le compró, sin licitación de por medio un lujoso vehículo-. El "regalo" fue objeto de un sorteo organizado por el municipio, efectuado el 20 de julio pasado en plena plaza de Maipú y con la presencia de Nicolás Massú como embajador de la marca.

Pompeyo Carrasco Distribuidora Automotriz S.A. es la empresa que donó el vehículo a Barriga, que figura en el registro público de la Ley de Lobby.

Y si le parece poco, sepa que desde enero a agosto de este año, la particular alcaldesa ha recibido más de 5 mil regalos. “Quiero agradecer la responsabilidad social de la empresa por hacer este regalo, ya que son una empresa vecina y que hacen su aporte a la comunidad”, dijo Barriga el día del sorteo. Además del Kia Río, el sorteo incluyó una estadía de una noche para dos en el hotel del casino Monticello, empresa a la que ella personalmente fue a buscar acuerdos.

Especialistas que cita la misma nota, están de acuerdo que el regalo de un auto no entra dentro de lo que la ley del lobby define como regalos de “cortesía” que las autoridades pueden recibir.

De acuerdo a la ley, “solicitar, hacerse prometer o aceptar, en razón del cargo o función, para sí o para terceros, donativos, ventajas o privilegios de cualquier naturaleza (…) contravienen especialmente el principio de la probidad administrativa”.

En un precedente, la Contraloría respaldó al entonces canciller Heraldo Muñoz, quien en abril de 2017 devolvió un reloj de lujo que le regaló el embajador de Emiratos Árabes Unidos, pues el regalo era lujoso. El contralor Bermúdez señaló en la oportunidad, que el regalo “no cumplía con los parámetros que se fijan para la aceptación de donativos” y que “debiera recomendarse un monto máximo de valor de los regalos que pueden aceptar las autoridades públicas”.

“Un regalo de ese monto no es algo que un funcionario público debiese aceptar bajo ningún motivo. Ya la recepción de un auto por parte de la autoridad, a mi juicio, debería ser reprochable por la Contraloría”, afirmó el director de Chile Transparente, Alberto Precht.

Según el reportaje, 41 días después del sorteo, la municipalidad de Maipú pagó $16.648.100 a Pompeyo Carrasco una camioneta 4×4 doble cabina.

Además del vehículo, Barriga recibió en los primeros ocho meses del año un total de 6.316 entradas a eventos y el 68% de ellas fueron regaladas por el casino Sun Monticello. Se trató de 250 entradas para Café Tacuba; 400 al munical Mamma Mía; 300 para Village People; 6 a Residente y a otros eventos como boxeo. Los precios de los eventos variaron entre los $17 mil  y $93 mil pesos.

Barriga también ha recibido packs de agua mineral y bebidas cola de parte de la Embotelladora Andina y un dispositivo móvil Huawei.

Para el cientista político Claudio Fuentes, ex integrante de la comisión Engel, “es improcedente que una autoridad reciba un auto y lo regale en un concurso; eso puede ser interpretado como un intento de influir en la percepción de los ciudadanos. Lo mismo las entradas; creo que constituye un problema de proselitismo”.

Lo anterior viene a sumarse a millonarias compras para regalar de ositos de peluche, collares, bailes al lado de un vehículo municipal en marcha -que le valió una reciente sanción por la Contraloría-, sesiones en que los invitados eran peluches y hasta ponerle a una plaza municipal, "Sábados Gigantes".