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“Desconfianza y cuidado”. Pelea de Guillier con ME-O genera molestia en sectores del PS y el PPD

Desde el socialismo criticaron “esto de exacerbar las diferencias que pueden haber en un debate”. En el PPD, en tanto, desconfían de la actitud de ME-O en la segunda vuelta. Analista Alejandro Olivares: “no es una mala estrategia desde el aspecto que marca bastante poco en todas las encuestas”. Por Guillermo Arellano

El debate presidencial que organizaron en conjunto la Universidad de Chile y Radio Cooperativa, más que ser recordado por sus ideas y propuestas, quedará en la historia por el fuerte intercambio que protagonizaron los candidatos Alejandro Guillier (PR-PS-PPD-PC) y Marco Enríquez-Ominami (PRO).
 
El primero, mientras se refería a la iniciativa de rebajar la dieta parlamentaria, habló de buscar una “estructura tributaria más justa” y luego aludió a su lugar de residencia, Peñalolén, en contraposición al domicilio del exdiputado, Vitacura, lo que generó que desde el público Karen Doggenweiler, esposa de ME-O, tratara a Guillier de “machista”, sumado a la molestia del excineasta, que le exigió que pidiera “perdón” por sus dichos.
 
En respuesta, el periodista usó la frase del exmandatario uruguayo José Mujica: “un político debe vivir como la gente a la que representa y no puede tener dos discursos”. “Usted cobra 9 millones de pesos por ocho años, fue pagado y defendió a las isapres más abusadoras”, retrucó con dureza el exmilitante del PS.
 
El juego
 
Tras el foro del pasado martes, el coladero de reacciones fue variado al interior del eje de izquierda de la Nueva Mayoría.
 
Rabindranath Quinteros, senador PS, manifestó a Cambio21 que “esto de exacerbar las diferencias que pueden haber en un debate no me parece”.
 
“Lo otro, si la centroizquierda no se une, evidentemente que no tenemos ninguna posibilidad de ganarle al candidato de la derecha. Así que ahí verán los que son de izquierda y que no pasan a segunda vuelta: sin quieren que vuelva Piñera se restan, si no, nos unimos y seguimos haciendo las transformaciones en nuestro país. Así de claro”, enfatizó.
 
A su juicio, Enríquez-Ominami “está haciendo su juego porque marca muy poco y casi nada, yo diría nada en las encuestas. Por lo mismo, Guillier tendría que estar por sobre estos dimes y diretes y no debería caer en la trampa, dado que sabe que tiene todas las posibilidades de ser el candidato en la segunda vuelta”.
 
 
Por su parte, Jorge Tarud, diputado y postulante al Senado del PPD, sostuvo a este medio que “lo que busca ME-O es prensa y es capaz de cualquier cosa con tal de aquello. Por ende, es de un alto riesgo para los candidatos en general ir a debates con él, que está dispuesto a insultar y agredir y hacer cualquier cosa con tal de llamar la atención”.
 
“Está desesperado porque va a sacar medio punto más que Eduardo Artés, que es el hombre de Kim Jong-Un. Además que ni siquiera es dueño del punto que tiene en las encuestas. Tengo la más absoluta desconfianza ante Marco Enríquez. Ya lo hizo con Eduardo Frei (2009), a quien no apoyó. Por lo mismo, no espero nada de él”, alegó.
 
“Le puede generar algún rédito”
 
Para el analista y cientista político Alejandro Olivares, la agresividad de ME-O “no es una mala estrategia desde el aspecto que marca bastante poco en todas las encuestas”.
 
“Quien va abajo trata de pegarle y generar un debate abierto con quien considera que es su rival directo. En ese sentido está bien que quiera discutir con Guillier para demostrar que él está a la altura y al nivel y que tiene experiencia como candidato presidencial. Le puede generar algún rédito, dado que Guillier es un abanderado que aún está al debe en mostrar algunas cosas”, nos explicó.
 
 
Pero pensando en una eventual segunda vuelta, el profesional sostiene que “prácticamente todo lo que pasa en la primera campaña quedan en el anecdotario y al olvido al momento de sentarse a negociar. Y en ese caso, todo depende de cómo le vaya a la lista parlamentaria de ME-O y a él mismo”.
 
“Si a él le va bien y a la lista mal, tiene una capacidad de negociación importante en lo personal. Si ocurre al revés, buen resultado parlamentario y regular o mal en lo individual, puede negociar desde los escaños que tenga en el próximo Congreso pensando en una izquierda más amplia para derrotar a Piñera, lo que este tipo de discusiones no debe alterar”, concluyó.