Esta semana nos reunimos con representantes de los profesores de siete liceos emblemáticos de Santiago y Providencia, quienes nos expresaron “su preocupación por el abandono, la falta de recursos y la ausencia de acciones oportunas frente a los incidentes violentos en sus comunidades escolares, enfatizando la necesidad urgente de implementar medidas efectivas para frenar la violencia y fortalecer la convivencia en estos espacios educativos”.
Junto a senadores de la Comisión de Educación del Senado solidarizamos con sus preocupaciones y nos comprometimos a plantear transversalmente la urgencia de un Plan de Recuperación de Liceos Emblemáticos en el presupuesto 2025 del MINEDUC.
Donde hay violencia no hay educación.
Queremos ser contribuyentes para tener escuelas no violentas donde todos sus actores sepan resolver pacífica y dialogantemente los problemas que naturalmente suceden en cualquier organización donde conviven muchas personas, y más aún, en la escuela chilena, organización que todos sabemos que está en procesos de cambio y requiere con urgencia importantes mejoras.
Requerimos una convivencia escolar donde predomine un clima dialogante y que enfrenta y resuelve creativamente las tensiones para que los estudiantes aprendan y la institución escolar se desarrolle.
Quien quiera entrar a un recinto escolar con artefactos incendiarios, con armas o con drogas se pone en contra de la comunidad educativa y se posiciona en el lado del delito.
Necesitamos una respuesta más rápida y proactiva ante esta crisis que viven muchos colegios. Necesitamos una intervención de crisis, con equipos especializados, con psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales, que comiencen ahora ya a trabajar en la recomposición de la convivencia en los establecimientos más afectados.
Necesitamos dotarles de recursos especiales hoy y crear un Programa de Recuperación de los Liceos Emblemáticos en el presupuesto 2025.
El gobierno tiene que entender que en lugar de seguir insistiendo con una reforma que no funciona, creando servicios locales que hoy enfrentan serias dificultades de financiamiento para su funcionamiento cotidiano , la urgencia es hoy poner los recursos y el esfuerzo necesarios en desterrar la violencia de nuestras escuelas, reforzando el rol de las y los docentes, de los directivos y de los asistentes de la educación.
Recuperar una convivencia escolar debe ser una tarea transversal, debe actuarse de manera coordinada para que las instituciones educativas reconstruyan un clima de paz, diálogo y tolerancia que caracteriza la formación cívica de nuestra juventud y que lamentablemente estamos perdiendo ante tanta violencia.