El diputado Patricio Melero de la UDI lleva más de 30 años en el Parlamento por lo que no podrá repostularse. Como dirigente estudiantil de la Universidad de Chile, en 1977 participó en el simbólico encuentro con que la dictadura militar conmemoró el día de la juventud en la cima del Cerro Chacarillas de Santiago, acto que fue presidido por Augusto Pinochet. En 1985 fue nombrado secretario nacional de la Secretaría Nacional de la Juventud y en septiembre de ese mismo año fue designado por Pinochet como alcalde de Pudahuel.

 

Yo creo que hay un hecho evidente e indesmentible que hay una leve mejoría. Cuando el número de infectados ha caído un 14%, cuando el número de fallecimientos empieza también a declinar y cuando los pacientes o la congestión en las UCI también tiende a atenuarse. Una leve mejoría es una expresión de lo que está ocurriendo y no debe leerse como un triunfalismo ni mucho menos como la posibilidad de bajar los brazos o pretender una vuelta a la normalidad. Es una pequeña luz al fondo del túnel después de semanas de malos resultados.

 

Creo que más que un cambio de estrategia es un cambio de táctica, porque la estrategia siempre ha sido testear la mayor cantidad de personas y no en vano Chile ya superó el millón de test que nos pone en un lugar de bastante vanguardista si nos comparamos con otros países, especialmente de Latinoamérica. Y ampliarlo ahora es seguir la misma estrategia que es testear, trazar bien, buscar trazabilidad y aislar y, claramente aun y a pesar de la enorme cantidad de test que se hacen hay ampliarlos aun más para poder tener mayor eficacia en eso, por consiguiente creo que es una ampliación de una estrategia ya definida con una acción táctica distinta como es la medición a través de la saliva y no solamente a través del PCR.

Pareciera ser que este veleidoso y civilino virus que actúa de formas desconcertantes y que la verdad obliga a estar en el combate mismo simultáneamente aprendiendo como atacarlo no se va mostrando un camino más nítido. Yo hoy día siento que hay un acuerdo más amplio de lo que hay que hacer entre el gobierno, las sociedades médicas, el comité social y distintas organizaciones y se podrá criticar si se debió haber hecho antes, si se demoró o no, pero seamos justos ningún país en el mundo salvo quizás Nueva Zelandia y uno que otro, han acertado en una política eficaz para este tema, aun desde las potencias más ricas y desarrolladas del mundo.

 

Entonces, creo que Chile en ese marco sigue exhibiendo algo que es muy importante que tiene y sigue teniendo una muy baja letalidad y si nos comparamos con Italia, por ejemplo, que tuvo prácticamente la misma cantidad de infectados tiene cuatro, cinco veces más fallecidos que Chile y también creo yo que es importante al momento de  evaluar resultados ponerlos sobre la mesa.

 

Creo que es múltiple factorial. No es una causa. Creo que en un inicio se subestimó la virulencia de esta pandemia y la capacidad letal que tiene el virus y, especialmente las generaciones más jóvenes pensaron que no les iba a tocar y se les tocaba no les iba a pasar mucho. De manera tal que, hubo una falta de solidaridad intergeneracional de los más jóvenes hacia la población de más riesgo o más adulta y eso contribuyó a expandir el virus porque muchos no lo tenían o eran asintomáticos, o no le tenían miedo, pero eran grandes transmisores. Después, hay sin duda una suerte de anomia de la sociedad como la ha descrito tan acertadamente, Carlos Peña que es esa resistencia de los chilenos, por distintas razones, que se vienen arrastrando desde el estallido de violencia y social y desde antes  y esta dificultad que estamos teniendo los chilenos para cumplir con las normas, obedecer a la autoridad y que tiene que ver con la crisis de las instituciones en el país, en que hay un sector de la sociedad chilena que se siente muy libre para opinar y actuar subjetivamente, según su punto de vista, y que tiene poca disposición a seguir lo que las normas  y las prohibiciones que el decreto de catástrofe de salud estableció y sin duda también errores comunicacionales en un momento de parte del gobierno sobre  lo que realmente se quería pedir a la población.  

Creo que4 es una mala solución para un problema grave. Y me parece que la solución es mala porque los fondos previsionales en Chile son muy bajos, la densidad en la cantidad de ahorro que hay para las jubilaciones es muy bajo. Las cifras nos señalan que si tomamos a los segmentos menores de 45 años los ahorros para las mujeres son del orden de los 4 millones 800 mil pesos y en el caso de los hombres levemente superiores a los seis millones, lo que significaría que de ese enorme grupo etario de menores de 45 años lo que podrían sacar son cifras en 400 y 600 mil pesos que es más menos el equivalente al ingreso familiar de emergencia le entrega a un hogar de cuatro a seis personas. Entonces, me parece que hay un problema objetivo que debiera impulsarnos a elevar o ampliar el ingreso familiar de emergencia hacia segmentos de la clase media que hasta ahora no lo ha podido recibir porque está muy focalizado en la población de menos recursos. Aunque el IFE 2.0 lo subió a un 80% de la población respecto al 60% que tenía el IFE 1.0. Pero Hay una necesidad que cubrir y creo que buscar una ayuda para la clase media tiene que hacerse con el bolsillo del Estado y no con los futuros jubilados. Me parece que echar mano a los fondos de las AFP en un 10% es perjudicar las jubilaciones futuras y obligar a solucionar un problema transitorio, pero contundente como es el del covid con recursos personales ahorrados en circunstancias que creo que debe hacerse dentro del marco de los 12 mil millones de dólares que el acuerdo político generó para enfrentar todos los elementos laborales, sociales y de salud pública que el covid nos está generando.

 

Sin duda, que duda cabe que hay un problema social y real desde el minuto que las guarderías infantiles o jardines infantiles están cerrados producto del covid y muchos padres que tienen que salir a trabajar o que pueden y necesitan hacer teletrabajo no tienen con quien dejar a sus hijos y creo que el problema es real y necesita urgente solución, pero nuevamente nos encontramos con un problema real, pero con una solución negativa como es la extensión del posnatal que resulta de muy baja cobertura dado que en Chile, nacen aproximadamente entre 20 y 22 mil niños al mes, pero contrato y posnatal tienen aproximadamente siete mil mujeres y por consiguiente tiene baja cobertura y además es regresivo e injusto porque  a las mujeres que ganan el tope imponible  de 80 UF le resulta muy adecuado que se le prolongue el pos natal, pero eso es regresivo para la mujer que tiene sueldos promedio, como es en Chile, de 470 a 600 mil pesos en las mujeres que hace que reciban mucho menos y los recursos del Estado son únicos, entonces el grueso del beneficio se lo llevarían, entre comillas, las mujeres de mejores ingresos.  

 

Además, obviamente, que no es un tema menor, el tema de la inconstitucionalidad de este proyecto que tiene que solucionarse porque ya se ha ido haciendo un hábito el llevar adelante iniciativas inconstitucionales usando el expediente que un sector tiene mayoría en el Congreso para hacer constitucional lo que a todas luces es inconstitucional. Por eso que me gusta mucho más el proyecto que ingresó el gobierno que incorpora a la Ley de protección del Empleo de Emergencia, no solamente las mujeres sino también a los hombres y las personas que son cuidadores de menores, en un rango mucho más amplio hasta los 6 años porque no veo razón para darle protección con ayuda a un niño que no se puede mandar a la guardería que tenga 6 meses respecto a uno que tenga 2 0 3 años. Creo que hay que hacerse cargo de una visión más amplia y por eso que la proyección de ese proyecto llega a 850 mil versus los 20 mil que protegería la extensión del pos natal.

La presidenta del Senado lo que tiene que hacer es cumplir con la Constitución y la Ley y no tener una conducta que induzca a aprobar normas que no están dentro de las facultades que el Parlamento tiene. Todo lo demás es opinable, pero lo que un presidente de cámara no dejar de hacer es cumplir con las limitaciones que la Constitución le establece a la iniciativa de los parlamentarios.

 

Yo hoy día no puedo porque el cargo de diputado es irrenunciable. Yo si quisiera ser candidato a alcalde tendría que esperar para las elecciones del año 2024, tendría yo que terminar mi período de diputado que termina en marzo del 2022 y ahí esperar para el 2024 para ser candidato. No así los alcaldes porque ellos sí pueden renunciar y tú vas a ver que si esta ley de las inhabilidades no se aprueba van a haber alcaldes que van a renunciar en noviembre para cumplir con el requisito de renunciar un año antes de la elección de diputados, a costa de que la alcaldía quedaría en manos de algún concejal hasta mayo.

Los ministros pueden renunciar, los subsecretarios, intendentes, cores, concejales, pero los diputados y senadores no podemos.

 

Yo tengo la fortuna de haber sido las dos cosas; alcalde y diputado y creo que son dos formas de servicio público distintas, pero en los tiempos actuales si uno tiene una vocación social la alcaldía con los poderes y con los recursos con que cuentan es muy atractiva como un camino eficaz de ayudar al progreso de las comunidades y de la gente y sin duda, para mí no sería un

camino ajeno, es una opción que me convoca y que me seduce, pero que obviamente no he tomado ninguna decisión porque no tengo esa posibilidad, si no hay cambio en las leyes y porque tendría que ver realmente  que posibilidad electoral uno tiene. Pero por disposición y por vocación, en el caso mío podré dejar el parlamento pero no voy a dejar la política ni mucho menos mi compromiso de vocación pública y social.

 

 

 

Sin duda, porque son verdaderos presidentes de la República en chico. Tienen mucho poder, tienen muchas facultades porque el legislador  les ha dado muchas facultades para meterse prácticamente en todo. Hoy día un alcalde tiene que ver con la Educación,  salud, desarrollo social, seguridad ciudadana, desarrollo urbano, prácticamente no hay un área de la actividad del país que les esté vedada, salvo las relaciones exteriores, pero en el momento de las competencias, prácticamente se puede estar en todo y por consiguiente es un cargo muy atractivo para ejercer una acción social y de desarrollo local importante.

 

Es demasiado importante el rol de un Tribunal Constitucional, que recordemos que desde 1970 ha cumplido una función muy importante de ser contraparte de los parlamentos y de los gobiernos en el irrestricto cumplimiento de las normas constitucionales. Las situaciones que hemos conocido que demuestran conflictos internos, declaraciones inadecuadas, acusaciones sin fundamento o resoluciones no debidamente consultadas, sin duda que debilitan la potencia, la relevancia y la gravitación que el TC debe tener en la sociedad chilena.