Patricio Melero, el diputado milita en la UDI hace más de 30 años casi los mismos años, que es parlamentario en representación de las comunas de Colina, Lampa, Tiltil, Pudahuel, y Quilicura. No cree que la derecha esté en crisis, pero sí cree que Mario Desbordes, presidente de RN está equivocado.

 

No, para nada. Lo que hay es una dificultad para resolver las controversias  o los desacuerdos, sin que ello signifique u n quiebre de la coalición. Ceo que esta oportunidades determinante para establecer una cultura de coalición hacia adelante con un mecanismo, previamente acordado que permita resolver las visiones legítimas o disímiles que se puedan dar respecto a un proyecto de ley o a una posición, pero que implica el tener una forma civilizada de resolverla sin que eso signifique una expresión de dificultad que tiene una mala lectura la opinión pública. Entonces, creo que esto se va a solucionar no da para crisis es un interdicho mal delineado, pero que a futuro no debiera continuar.

 

No es positivo y no es primera vez que ocurre en la política chilena. Recuerde el desaire que le hace el Presidente Lagos al presidente de la Cámara de Diputados, Pablo Lorenzini a propósito de la caída del Puente Loncomilla, y lo dejó con la mano estirada en una ceremonia en la Escuela Militar. 

 

Desaires en la política chilena ha habido en la izquierda y en la derecha y son una expresión de molestia, pero que no da para una crisis. De manera tal, que no son únicos en nuestro sector, los ha habido en el pasado reciente en el mundo de la Concertación y la Nueva Mayoría, y a veces son propios de la naturaleza humana, pero por la misma senda también se encauzan adecuadamente y evitan que pase  mayores.

No comparto la situación de que sean diferencias notables y mayores. Son diferencias estratégicas en un momento determinado, es un error político de Mario Desbordes, que teniendo minoría en su propio partido, lleva un acuerdo que termina beneficiando a la izquierda y a la oposición, si usted suma son muchos más los parlamentarios de Chile Vamos y desde luego mucho más los de Renovación Nacional que rechazaron la propuesta de Mario Desbordes, que los que la aprobaron.

 

Entonces, Mario Desbordes tiene un problema grave al interior de su propia colectividad porque tal como se lo dijo el diputado Diego Shalper, no puede con una minoría forzar a una mayoría en una dirección distinta y para estar con el Frente Amplio y la izquierda. Chile Vamos no respalda eso.

La mayoría de los parlamentarios estamos por una paridad de origen, pero no en una paridad de salida que altere lo que democráticamente se resolvió y por consiguiente, cuando Mario Desbordes dice que está dispuesto a revisar el tema de la paridad, es también una expresión de que él reconoce algún grado de equivocación en la forma como llevó a su propio partido. Y eso se va a solucionar también.

 

Yo estoy seguro que en el Senado, las cosas se van a aprobar de forma distinta a como se aprobaron en la Cámara. Y hay mecanismos para lograr una adecuada paridad sin asegurar resultados en las salidas que vayan en contra de lo que la mayoría estableció a través de la igualdad de voto. Lo que ha ocurrido en la Cámara es una cosa única, son poquísimos los sistemas en el mundo que contempla algo tan sui generis como lo que se aprobó en la Cámara de Diputados, yo estoy seguro que el Senado lo va a corregir, pero no porque estemos en contra de la paridad sino porque el sistema utilizado es malo.   

 

Yo considero que la Constitución requiere reformas importantes y urgentes, pero no considero que sea necesario llevar esto a un proceso que parta de una hoja en blanco y de cero. Creo que la Constitución del Presidente Lagos del 2005 ya tuvo más de 200 reformas resueltas democráticamente por el Congreso y creo que esa Constitución es muy distinta a la de 1980 del general Pinochet.

 

Yo soy reformista, pero no soy asambleísta, no creo que estén dadas las condiciones, ni la necesidad como para llevar adelante un  proceso que tengamos que  partir de cero en materia constitucional

 

Sin duda, es un  informe que se suma a otros como el de Naciones Unidas, Human Rights Watch. Tienen todos un  eje común que, en general, han existido violaciones a los derechos humanos, en el marco de la crisis de violencia  inédita también en la historia de Chile y que son hechos que, obviamente no cabe más que repudiarlos, investigarlos y sancionar a quienes sean los responsables de ello.

 

Ni caben más interpretaciones sobre eso que trasladar a los tribunales de justicia las sanciones que correspondan, en un gobierno que, digamos también, ha sido muy transparente y convocante a   estas instituciones para hacerlo. Fue el propio Presidente de la República el que invitó, el ministro del Interior de la época, Andrés Chadwick a invitó a reuniones a distintos organismos de derechos humanos, de manera que aquí no ha habido ningún ánimo de ocultar lo ocurrido y tampoco, hay ningún ánimo para impedir que los responsables sean investigados y sancionados como corresponde.

Creo que esa es la razón que llevó al Presidente Piñera, desde el inicio de su mandato, a producir un cambio histórico de la cúpula, en la estructura directiva de carabineros y la necesidad urgente de llevar adelante un plan de modernización institucional.

 

Es indudable que en derechos humanos carabineros no estaba preparado para enfrentar una acción de violencia política, vandálica, delincuencial y narcotraficante de la magnitud como la que hemos vivido. El que haya más de 2.000 mil carabineros heridos y más de 2.150 personas detenidas consagran un cuadro que explica muchos de los hechos que el Instituto Nacional  de Derechos Humanos relata. De  manera tal que sin duda que en carabineros requiere ser modernizado en la propia institución y el gobierno están, desde antes de la crisis, trabajando en aquello. Ya en gobiernos anteriores como de la Presidenta Bachelet sufrieron estos efectos complejos como fue en su momento la Operación Huracán y otras que dieron señales que la institución de carabineros tenía graves falencias.

 

Creo que la inmensa mayoría de la opinión pública chilena quiere terminar o reducir en forma muy importante a grupos violentistas anárquicos que no responden al encausamiento democrático y de participación que la inmensa de la mayoría tiene como camino para salir delante de las demandas sociales y esos grupos violentitas tiene que ser explícitamente condenados y rechazados por los partidos políticos democráticos aunque desgraciadamente hay grupos políticos que todavía siguen contextualizando y justificando la violencia como forma y expresión de lucha.

 

De forma tal que, obviamente don pleno resguardo a los protocolos y al respeto irrestricto a los derechos humanos no se puede inhibir la acción policial que busca, justamente recobrar un orden que los grupos violentitas no están dispuestos a ceder.

 

Sin duda y yo creo que a cualquier Presidente le habría ocurrido algo semejante porque hay un consenso muy amplio que esta crisis social no se gatilló el 18 de octubre sino que es una crisis larvada por décadas como lo han reconocido muchos. De manera tal que creo que el Presidente es el que más rechazo ha tenido de la ciudadanía porque, claro,  es la cara visible hoy de los problemas, pero no hay ningún sector político que esté capitalizando el descontento social o esté creciendo en adhesión. El  Partido Comunista y el Frente Amplio están en el último nivel de adhesión ciudadana. Todas las encuestas señalan que lo único que les ha ocurrido es disminuir su adhesión En esta materia nadie gana y por eso es que es tan importante que todo el mundo político se siente interpelado por estas demandas y todos contribuyamos a lograr salir de ello.

Como dicen los periodistas: es una noticia en desarrollo porque esta no es una crisis que vaya a tener soluciones en el corto plazo. Esto requiere de cambios que la opinión pública los perciba como reales y tangibles y en la medida que ello se vaya dando uno debiera encontrar a una sociedad mejor dispuesta  entender que los cambios que se pidieron se están manifestando, No conozco ningún sector político que esté renuente a los cambios.

 

Todos estamos trabajando en ello, el Parlamento lleva más de 60 días de cabeza y sin  descanso tratando las iniciativas de ley. El gobierno promoviendo los cambios necesarios y todo esto en un marco en que la ciudadanía se sigue expresando.

 

Creo que, sin duda esta crisis va a servir para que nos aproximemos a un país y a un Chile más justo, pero también es muy importante que nos aproximemos a un Chile con mayor paz social y sin violencia porque de persistir la violencia y la desconfianza no hay sistema económico que permita prodigarle a esa enorme clase  media chilena bienes públicos de calidad y cambios como los que aspiran y por consiguiente el tema del crecimiento y el desarrollo económico tiene que estar en el conjunto de las prioridades más importantes de mantener en el tiempo porque si no hay recursos ni hay crecimiento, entonces tampoco hay recaudación, ni tampoco hay posibilidades de satisfacer las demandas.