Oh I'm just counting

Editorial: El plan económico del Gobierno en tiempos de crisis: insuficiente y débil

La propagación del COVID-19 está generando una recesión económica mundial,  no sólo en China, sino también en Europa ahora y en los países dependientes de la economía mundial. Ya la crisis llegó a Chile, el cobre cayó a US $ 2,15 la libra, lejos de los US $2,8 de enero, la actividad productiva y de consumo entra paulatinamente en un estado de hibernación, con la excepción de la cadena de abastecimiento de alimentos y productos sanitarios.
 
Tendremos varios IMACEC negativos y esa razón motivó que varios actores políticos pidieran un potente plan fiscal de aoyo a los trabajadores y a las empresas, en especial las PYMES que tendrán una caída en sus ventas y en su actividad.
 
Este jueves conocimos el plan económico del Ministro de Hacienda que –según cifras iniciales del gobierno- implican un gasto de US$ 11.750 millones equivalente al 4% del PIB. El plan trae la postergación de pagos de PPM, IVA, contribuciones y operación renta para generar mayor liquidez para las empresas con cargo a una postergación de la recaudación tributaria de 90 días. También se anuncian que el Gobierno central pagará las facturas atrasadas a sus proveedores que significan un mayor gasto de US$ 1.000 millones y se compromete el pago a 30 días en los meses futuros.
 
Para los trabajadores se propone que quienes tienen contratos formales se genere una nueva figura laboral de suspensión temporal que permita acceder a los fondos del seguro de cesantía, con similar tasa de reemplazo a la ley 19.728 de 70%, 55%, 45% 40% del último sueldo en los próximos cuatro meses y un bono para los perceptores del SUF por $50.000 que son personas vulnerables desempleadas.
 
Claramente es un plan desequilibrado ya que el esfuerzo fiscal para proteger a los trabajadores es débil  -ya que tendrán caída importante de sus ingresos-, pero el Ministro de Hacienda propone que en el Seguro de Desempleo se utilice primero los ahorros de los trabajadores que tienen en su cuenta individual y después los recursos fiscales empozados en el Fondo Solidario de Cesantía. O sea, en la práctica el Gobierno propone que los trabajadores se auto ayuden vía uso de sus recursos ahorrados y que el apoyo fiscal de US$2.000 millones vía Fondo Solidario de cesantía no sea la primera opción de uso.
 
¿Cuál es el apoyo fiscal entonces a los más vulnerables, a los trabajadores que transitoriamente sufrirán los efectos de esta suspensión temporal de la relación laboral?; según la propuesta de Hacienda es casi nula.
Los trabajadores independientes e informales que han crecido en los últimos años -alcanzando a ser 1/3 de la fuerza laboral- no pueden tener como apoyo frente a esta crisis sólo un bono de $55.000 para el mes de abril. Si se declaró estado de catástrofe por 90 días el bono de apoyo debe incrementarse y darse en los próximos tres  meses, tal como se postergó el pago de impuestos a las empresas.
 
Es preocupantemente débil e insuficiente el Plan de Apoyo a los trabajadores que sufrirán los efectos de esta crisis que en las próximas semanas sólo puede agravarse. En los países europeos se postergó el pago de servicios básicos (agua, luz, vivienda), aquí debiera proponerse un mecanismo de apoyo similar para a lo menos el 60% de las familias más vulnerables.
 
La información sobre el financiamiento de este Plan dadas por el  director de DIPRES revelan que el esfuerzo fiscal es mínimo –posterga en tres meses parte de la recaudación impositiva que serían alrededor de US$ 6.000 millones-, incluso señaló que “las medidas no van a requerir caja en el corto plazo” y que en el caso del aporte fiscal al Fondo de cesantía “esos recursos no se van a necesitar este año” revelador del escaso esfuerzo fiscal en beneficio de los más vulnerables.
 
Un Plan que no llega al 4% efectivo del PIB es débil, y es pequeño si se compara con lo que hacen otros países OCDEs que gastan 3 o 4 veces más –en relación al PIB- para ayudar de verdad a la población afectada económicamente y socialmente en la guerra contra el coronavirus.
Los trabajadores deben ser apoyados con los recursos fiscales que se ahorraron estos años para un momento de crisis como este. Es lo justo.