Por Alfredo Peña R.
El exsenador por la Araucanía, exsubsecretario y exembajador designado por Michelle Bachelet en Colombia, Ricardo Navarrete está trabajando intensamente por el Rechazo a la propuesta constitucional.
El expresidente del Partido Radical contraviene lo que ha expresado oficialmente su partido de centro izquierda que ha señalado que sus militantes deben votar por el Apruebo.
En conversación con Cambio21 dio a conocer su postura frente a la decisión que tomará el país el próximo domingo 4 de septiembre.
¿Porque se decidió por el rechazo en el plebiscito de salida del próximo domingo?
Una constitución debe ser el producto de un amplio consenso nacional. Jamás la confrontación entre buenos y malos, entre izquierda y derecha le hace bien a un país. O la falaz idea que el texto que se propone es para sepultar la constitución del 80. Votaré Rechazo a este texto para evitar, entre otras consideraciones, que se profundice la polarización, la división entre los chilenos y en el país. El Rechazo es una manera de invitar a la concordia, a serenar las voluntades para concordar una constitución que nos una y sea la plataforma para reemprender un camino de progreso y bienestar.
¿Qué aspectos aprecia como críticos del texto constitucional?
Es evidente el grado de relativización del concepto de estado unitario que nos ha sostenido como país por más de 200 años. La propuesta de crear, la plurinacionalidad sobre la base de una mal entendida defensa de los pueblos originarios, tantas naciones como etnias existen y que en algunos casos existían, es una grave distorsión no solo de la historia. Es también una afección al carácter mestizo del pueblo chileno. No es la forma de rescatar y promover sus culturas y derechos que por cierto deben ser asumidos por el estado.
Se distorsiona el ejercicio de la democracia que por naturaleza es un ciudadano un voto. Una supra o sobre representación por la vía de privilegios en materia de representación.
Preocupan a su vez, ciertas normas que no dan cuenta de la gravedad que representa el clima de inseguridad y no contribuyen a mejorar la tranquilidad y confianza ciudadana.
¿Usted cree que se pueden generar conflictos entre chilenos por lo que acaba de señalar?
La segregación territorial y la instalación de autonomías administrativas pueden generar conflictos de competencias permanentes entre chilenos y afectar incluso la integridad territorial.
Es paradojal, por otra parte, que el rescate de las cosas por hacer en materia económica y social que sin duda es una deuda permanente de las políticas públicas sea un enunciado sin una base real cuyo logro sólo es posible con crecimiento económico y en buen acuerdo entre el sector público y privado. Más bien se omite el relevante rol que en este plano tiene el emprendimiento y un mercado con mecanismos regulatorios para mejorar las pensiones, superar las deficiencias en salud, educación y vivienda. Un país mas equitativo y un mejoramiento en la distribución del ingreso debe promover la confianza y dar garantías de certeza jurídica, nada de eso se encuentra en la propuesta de constitución. Y es grave porque así cómo está sólo es humo o falsas promesas.
Y respecto del sistema político. Usted fue senador volviendo a la democracia. ¿Qué piensa de la propuesta?
El régimen político que se sugiere es un experimento inédito a escala mundial. Se elimina el Senado, se pretende reemplazar el poder judicial y se abre una compuerta para una serie de sistemas de justicia que nadie sabe en qué consisten.
En definitiva, el estado social democrático de derecho, que permítaseme recordar desde la década de los ochenta en plena dictadura proclamáramos los radicales con Enrique Silva Cimma, es una quimera sin mayor contenido ni esperanzas.
¿No teme ser expulsado por contravenir a su partido?
Para nada, uno es sujeto de sus principios y convicciones, ejercerlos en libertad como un valor inalienable a la condición humana es la fuerza vital para vivir en consecuencia no solo cómo individuo, también como ser social. He sido radical desde joven , desde su trinchera he luchado en defensa de los desposeídos, como dijeran los radicales a comienzos del siglo pasado para hacer más ricos a los pobres no para hacer más pobres a los ricos. Luché junto a millones de chilenos por recuperar la libertad y la democracia. El partido me ha conferido altos honores y creo haber consagrado buena parte de mi existencia a sus anhelos por un mejor país para todos. Todo ello me hace ser y seguir siendo radical, por mas que alguno denosté la consecuencia o pretenda erigirse como catón de un extraviado radicalismo que hizo grande a la República.