Por Alfredo Peña R.
El Presidente electo en la nominación de su equipo ministerial dio una fuerte señal de integración a sectores de la centroizquierda con 4 ministros ligados al PS más militantes de otros partidos como PPD, PL, PR y otros independientes cercanos a esa cultura; la señal dada fue de “un solo gobierno coexistiendo con 2 coaliciones en su interior”.
Al conocer la nómina de subsecretarios nos encontramos con un retroceso de esa decisión política en “la segunda línea”, ya que claramente se puede leer que cedió a la presión partidaria de Apruebo Dignidad colocando a 8 subsecretarios RD, 6 subsecretarios del PC (en Economía, Educación, Energía, Justicia, SEGEGOB, Defensa), 6 de Convergencia Social, 2 de FRSV y 1 de Comunes o sea ahí en ese nivel se vuelve a la hegemonía de Apruebo Dignidad.
En el caso de los pocos subsecretarios independientes, hay algunos de alto perfil técnico como en Previsión Social, Relaciones Económicas Internacionales, Turismo, Transporte. La nominación de Christian Larraín en Previsión Social anticipa un rol protagónico de ese espacio en la futura reforma de pensiones y nos imaginamos -respaldado por Ministro de Hacienda- se realizará un diseño fino de la reforma y su efecto en el marcado de capitales garantizando un manejo profesional del fondo de ahorro colectivo.
Lo mismo se prevé en Turismo donde la nominada Subsecretaria viene de FEDETUR organismo que agrupa a los empresarios turísticos y fue parte del equipo que en 2014-2018 armó la Subsecretaría.
Lo que resulta incomprensible es que el Ministerio de Agricultura haya quedado en manos de un solo partido como es la FRSV y que haya sido nominado como subsecretario MOP a un alto directivo del actual gobierno de Piñera 2 como es el actual Director Nacional de Obras Portuarias quién además tiene una querella por prevaricación administrativa presentada recientemente por la empresa Construcciones y Obras Marinas V y S S.A. por incumplimiento de un contrato de construcción de embarcación, suscrito por la Dirección Nacional.
La escasa presencia de liderazgos ligados a la centroizquierda se da en la subsecretarias de la Moneda -en Interior, Prevención del Delito y SEGPRES- donde aparecen el ex diputado Manuel Monsalve, el exjefe de seguridad Eduardo Vergara y la ex coordinadora programática de la campaña de Yasna Provoste, la abogada Macarena Lobos y en otros 2 subsecretarías menores como Educación Parvularia y Fuerzas Armadas.
Este retorno a la hegemonía de Apruebo Dignidad en la segunda línea es producto de la presión política ejercida por sus partidos políticos y puede ser leído como un retroceso en la voluntad presidencial de avanzar en un gobierno con dos coaliciones equilibradas, con la posibilidad de que Apruebo Dignidad pueda recuperar protagonismo hegemónico en el ejercicio de las prioridades programáticas que aún el Presidente Electo no presenta al país.
Con la conformación de la primera y segunda línea del gobierno, este se convierte claramente en un gobierno de minoría, que en el caso del Senado solo logra tener 40% de sus miembros lo que es claramente insuficiente para construir mayorías políticas en el Parlamento que le den viabilidad a su agenda de transformaciones.
Al excluir a la DC solo le queda negociar en el Parlamento con ese sector que tiene 5 senadores y 8 diputados y que por tanto, se convierten en actores claves para tener mayoría en el Parlamento para lo cual debe buscar una manera de relacionarse colaborativamente en Valparaíso.
Esa falta de relaciones políticas con la DC ya la resienten algunos parlamentarios, como el jefe de la bancada de senadores PS José Miguel Insulza quién señaló que sería bueno aclarar como va a ser la relación con la DC.
El nuevo equipo político del presidente Boric no ha dado señales de como va a construir su relación con un actor político que ha señalado su disposición a colaborar con los proyectos “que sean buenos para el país”.
Una posibilidad -que tiene nuevo gobierno el 11 de marzo- es respaldar la postulación del senador Francisco Huenchumilla a la presidencia del Senado y construir un pacto Legislativo qué apunte a recuperar la economía y los empleos, enfrentar el rebrote de pandemia 2022, restablecer seguridad en los barrios y en regiones como Araucanía e Iquique, implementar una reforma tributaria con foco en aumentar los impuestos personales, crear royalty minero y fortalecer combate a la elusión y evasión tributaria como principales ejes de esa agenda 2022.
Otra posibilidad que tiene gobierno es pactar con la derecha social en el Senado (Ossandón, Nuñez, Castro y Gatica parte de senadores RN) y con ellos lograr las mayorías requeridas.
Pero la nominación de “la segunda línea” abrió nuevas dudas sobre el camino que emprenderá el Presidente Electo, ya que señalizó que en su gobierno habrá una coalición mayor con más peso (Apruebo Dignidad) y otra menor (los nombres ligados a la centroizquierda) lo que vuelve a generar dudas e incertezas sobre cual será en definitiva la agenda programática.
El futuro de Chile requiere un gobierno que sea capaz de ir más allá de su militancia y generar las confianzas reciprocas con la ciudadanía que espera iniciar un nuevo ciclo de más seguridad, más calidad de vida, mejores pensiones y eso requiere a lo menos construir mayorías políticas para esos mínimos comunes que deben implementarse en 2022 y eso aún está pendiente.