Oh I'm just counting

Ex canciller Juan Gabriel Valdés a Cambio21: Piñera ha fomentado reacciones violentas al declarar la guerra a los chilenos

Por María Cristina Prudant
 
El ex canciller, Juan Gabriel Valdés evalúa muy mal el rol de Piñera en la crisis social, y el manejo de carabineros. En opinión de Valdés es incomprensible que carabineros responda por su cuenta los informes de derechos humanos, algo que antes no se vio. A su juicio es importante refundar el cuerpo de carabineros por su violencia y acusaciones en cinco informes de abusos y violaciones a los derechos humanos.
 
¿A dos meses de la crisis social cuál es su análisis al respecto?
Ha sido el hecho histórico más importante probablemente, desde el golpe militar y desde la recuperación de la democracia, sin duda. Creo que tiene algo magnífico en cuanto refleja una voluntad popular de cambiar esta sociedad  y el rechazo completo a la forma como ella está organizada en el sentido de su estructura social, principalmente y al mismo tiempo creo que es un remezón muy fuerte para quienes creyeron que habían fijado la rueda de la historia en torno a un modelo neoliberal que está capotando en el mundo entero y que va a seguir capotando con el problema más grave aún, que es el calentamiento atmosférico que va a obligar que va a obligar a cambiar las normas de una economía que  está pensada solo para el lucro en algunos  y no está pensada para resolver los grandes problemas de las mayorías.
 
¿Y qué pasa con la democracia?
En el curso de todo esto podemos poner en riesgo la democracia, por supuesto, por la violencia que de alguna manera ha enfrentado el movimiento social, yo siempre he visto la violencia como un riesgo para el movimiento social, no como un producto del movimiento social. Entonces, creo que estamos completando un cuadro en el cual un gobierno perfectamente incompetente se enfrenta de pésima manera a la movilización popular, insinúa que está en guerra, intenta militarizar el problema, retrocede luego y en realidad muestra una capacidad para entender la dimensión del asunto muy militada. El hecho que haya ministros con talentos de la nueva generación, no alcanza a mejorar el cuadro y naturalmente creo que lo que está pendiente es un pacto social que tenga la misma dimensión de ambición  que tiene el pacto constitucional.
 
¿A su juicio cuál ha sido el rol que ha tenido el Presidente Piñera en este estallido social?
Creo que el Presidente Piñera ha tenido una incomprensión permanente de la dimensión de lo que significa la movilización social. Creo que por lo tanto, su rol ha sido extraordinariamente negativo en este período. He manifestado públicamente mi opinión en el sentido que la acusación constitucional que se realizó era mal pensada y no tenía utilidad alguna, no solamente el proceso de cambio sino que también para el proceso democrático.
 
Por lo tanto, no estoy haciendo un juicio que lleve a una crítica radical del punto de vista institucional, pero lo que sí digo es que su manejo de la situación política ha sido desastroso y creo que Piñera ha fomentado, de alguna manera, una reacción violenta de muchos actores. Por cuanto declararles la guerra, decir que estamos en guerra,  de alguna manera, hasta el día de hoy, subrayar una suerte de misión conspirativa, de operaciones militares programadas y concertadas en vez de entender la enorme presión de molestia que expresó la ciudadanía, muestra que aparentemente no tiene la capacidad para entender lo que sucede.
El gobierno ha puesto énfasis en criminalizar la protesta porque no ha entendido su objetivo y producto de la violencia policial tenemos serios problemas de violaciones a los derechos humanos
Así es. Las graves violaciones a los derechos humanos como lo dice muy bien el informe de Naciones Unidas parten con la permanente tendencia de la policía chilena de atacar a manifestantes simplemente porque están manifestando. Hay una resistencia en este país que viene del período de la dictadura, de los carabineros aceptar que la gente tiene derecho a gritar, a sacar banderas, a juntarse y a marchar y por lo tanto, el Presidente cuando dijo lo de la guerra, en el fondo estaba aludiendo sin querer a lo que es la expresión de la protesta popular y creo que , en el fondo en algunas oportunidades por cierto sin alcanzar las dimensiones que alcanzó hoy día , yo no puedo más que recordar las famosas protestas del año 83, 84, en las cuales la gente salió a protestar a las calles y se encontró con los militares, con el encarcelamiento de muchos de los líderes de la oposición de esa época. Creo que de alguna manera la reacción de Piñera fue muy parecida a esa.
 
¿En su opinión cómo evalúa usted el trabajo de carabineros?
Yo creo que, efectivamente carabineros se ha salido de todos los marcos aceptables de cómo debe comportarse una policía en un país democrático y en un país en que existen instituciones, normas y que ellos operan de acuerdo a estatutos e indicaciones que son precisas de un punto de vista profesional. Ahora, al ver eso, al darnos cuenta de que hay tres informes de derechos humanos internacionales que cuestionan de manera muy radical, el comportamiento de la policía resulta sorprendente que  el gobierno esté permanentemente actuando de manera reactiva en que insiste que son problemas individuales, son excesos que son adjudicables a una persona, pero  no se da cuenta que hay algo en el comportamiento mismo de la institución que no se hace ya aceptable en un marco democrático. A mí me impresiona mucho que, en realidad el gobierno no sea capaz de sentarse con la oposición  y discutir  el problema que tiene y es que carabineros no le hace caso.
 
 Por lo tanto, ese es un tema que no solamente es preocupante para un gobierno sino que también para la oposición, porque carabineros es necesario absolutamente, es esencial para la mantención del orden. Soy absolutamente contrario a sacar a los militares a la calle, me preocupa mucho ver que el ministro Alberto Espina está diciendo en distintas entrevistas  que se está procurando conseguir  instrumental para que los militares tengan la capacidad  de enfrentar problemas de  orden público, que no les corresponde, no están preparados para eso y lo deben  hacer. Por lo tanto, aquí hay que fortalecer carabineros y yo he usado la palabra refundar el cuerpo de carabineros porque creo que  lo merece. En este contexto que estamos y después de leer el informe que proviene de Michelle Bachelet, la verdad que lo que corresponde es refundar esa organización sobre la base de otra lógica de relacionarse con estas entidades.
 
Al informe de ONU se le bajó el perfil, con la insistencia de que fue el propio gobierno que le pidió que enviaran una misión al país. Y el canciller Ribera dijo que el informe ONU tampoco hablaba de que haya violaciones sistemáticas a los derechos humanos. ¿Qué le parece a usted?
Creo que en realidad siempre he pensado que este canciller era distinto a Ampuero, pero las declaraciones que ha hecho son absolutamente desafortunadas y además, absurdas desde el punto de  vista de que el mismo gobierno pidió el informe, por lo tanto no puede ser  de que se reaccione como si fuera Bolsonaro frente a estos temas. He leído que el canciller ha dicho  que no podemos estar preocupados de informes más o informes menos. Ellos pidieron estos informes, ellos son responsables de contestar lo que se les está planteando  en un  informe del principal organismo de los Derechos Humanos en el mundo. Por lo tanto, es al menos irresponsable responder una cosa de  manera.
 
El general Rozas apareció, justo el mismo día que se conoció el informe ONU, con nuevas normas y cambios en carabineros que en el fondo más parece un pequeño maquillaje a la institución. Cambiarle el nombre a las fuerzas especiales no significa que cambien el procedimiento.
No, por supuesto. Yo pienso que aquí esta crisis ha mostrado que nosotros, el mundo civil, tenemos una relación todavía muy deficiente con el mundo tanto militar como con el mundo de la policía  y de carabineros. Nosotros deberíamos revisar lo que dicta el mando civil en esta materia porque el mando civil no se está ejerciendo de la manera como se debería. Los carabineros son absolutamente dependientes del Ministerio del Interior y este debe tener control  y una capacidad de redefinir como trabaja carabineros, lo mismo con las fuerzas armadas.
 
El ministro de Defensa no puede permitir que las fuerzas armadas  o el comandante en Jefe, o lo que sea, le conteste a organismos de derechos humanos por su cuenta, eso no corresponde en absoluto al tipo de democracia que somos y se suponía que no correspondía al tipo de desarrollo democrático que teníamos. Hoy día estamos comprobando todos con mucha preocupación que hay unos niveles de autonomía y unos niveles de manejo y manipulación de las informaciones que son muy peligrosas, porque esas cosas terminan mal en el tiempo y el tiempo a veces es mucho más corto de lo que uno cree.
 
¿Qué opina usted de la pugna que se está produciendo entre el Ministerio Público, la justicia y el gobierno producto de las investigaciones que deben realizarse para detener a los culpables de la movilización, las violaciones a los derechos humanos, los incendios y saqueos?
La administración del orden público no está en Chile en los Tribunales de Justicia, ni las manifestaciones. El control del orden público está en manos del Estado, del gobierno, del Ministerio del Interior y ellos tiene que hacerse responsables de lo que sucede y desde ese punto de vista no me cabe duda que el Senado dio un paso importante cuando terminó por aprobar la acusación constitucional contra el ex ministro Chadwick.
 
Hay violencia que sólo quiere destruir
 
¿Ese fue un dardo fuerte que le llegó al Piñerismo?
Yo siento que sin duda es una manifestación de que el Senado simplemente reflejó el malestar de una ciudadanía con el pésimo manejo del orden público que ha hecho el gobierno y la incapacidad de hacer respetarlos derechos humanos de las personas que decidieron salir  manifestarse. Creo que, efectivamente es un golpe al gobierno, es un golpe a la manera como el gobierno ha mirado esto. Pero, me temo que ni siquiera así parecen comprender la dimensión de lo que ocurre y la necesidad de hacer algo que es fundamental; que es que se establezca, así como se estableció pacto constitucional, un pacto social que responda de manera seria y profunda a las demandas de la ciudadanía en materia de cambio de sociedad y de cambio en la forma cómo se administra la economía.
 
Creo que este gobierno no lo ha entendido, nosotros no le podemos pedir  al gobierno que sea distinto porque no lo es, pero efectivamente debiera darse cuenta que en esta emergencia debía reaccionar de manera más profunda, eso me parece a mí que es importante subrayar. En este cuadro, sin embargo también la oposición tiene que hacerse cargo de que el vandalismo y la destrucción, la violencia  va en contra del movimiento social, no es que solamente genera un espacio para conseguir que el gobierno los escuche sino que termina por destruir al movimiento social y la historia está llena de casos.
Recuerdo los últimos, que se llama la primavera árabe, en la cual movimientos sociales que amenazaron en cambiar países de manera histórica, enfrentaron a muy corto plazo las acciones de derecha y terminaron destruyendo todas las ideas democráticas. Hay que tener capacidad para que al mismo tiempo que se apoya el movimiento social y ser fuerte en las demandas que se han hecho se rechaza, de manera clara, la violencia y la brutalidad de gente solo parece interesada en destruir.