Entrevista que aparece publicada en el Semanario Cambio21
Por María Cristina Prudant
Adriana Delpiano ha sido ministra en tres oportunidades. Ocupó la cartera de Educación en tiempos difíciles con reclamos de los universitarios y secundarios. En el plano político plantea hoy que el tema más importante en este momento es que la oposición logre formar una Asamblea Constituyente mayoritaria para lograr los cambios que la ciudadanía ha estado pidiendo. En cuanto a la seguridad ciudadana considera que nadie debe tener un arma si no es de las fuerzas armadas y de orden.
¿En su opinión cómo ha funcionado en el país la política durante 2020?
Creo que es un año raro en todo tipo de ámbitos. Un año que recordaremos por siempre creo yo como un año que venía en un sentido con toda la protesta social. El propio gobierno enredado en sus distintas situaciones de pronto viene esta pandemia que todos hemos tenido conocimiento de otras pandemias que hubo en el pasado, pero así vivir una cosa de esta naturaleza yo creo que no tenemos nadie vivo que haya vivido esto.
La magnitud de esto es un hecho que nos ha removido en muchos planos y por cierto que, cualquier programa de cualquier gobierno se habría visto alterado ante una situación como esta y pasa a ser evaluado el gobierno, por cómo enfrenta una situación de esta naturaleza. Ya lo que quiso hacer o no hacer el gobierno, salvo que lo haya hecho en los dos primeros años, ya este su tercer año, en política, ha estado muy marcada.
¿Y cuáles son esos elementos?
Yo diría por dos elementos claves: uno es el análisis del comportamiento del gobierno en su conjunto frente a esta situación y no ha sido fácil y no lo ha hecho siempre bien y creo que sobre todo los mayores problemas no han estado solo referente a salud, que yo creo que ahí hubo algunos avances, incluso, se pudo adelantar el tema de no quedarnos sin unidades de respiración, etcétera, pero creo que todo lo que es el apoyo a la ciudadanía cuando la estás encerrando ha sido brutal. Es como un segundo capítulo diría yo de la molestia social que se expresó en octubre del año pasado con esas marchas multitudinarias.
Esto fue encontrarse de cara también con un país pobre, con una parte muy pobre de este país en el cual todos los indicadores habituales para medir el nivel de desarrollo del país, dejan una imagen que no tiene nada que ver, que es un promedio, no tiene que ver con lo que le sucede en concreto a la gente y creo que el no tener con qué comer, el haber tenido muchos problemas para poder obtener recursos dignos. Se demoró mucho el gobierno en resolver ese punto, que fue e la mayor ineficiencia más que en el tema propiamente sanitario.
El tema sanitario ha afectado al mundo entero, los países incluso con altos niveles de desarrollo y con sistemas de salud de larga data y valoración también han tenido problemas muy serios para enfrentar la pandemia, así es que yo creo que el problema mayor ha estado en este tema, de una ciudadanía que venía en una situación de descontento muy grande, en que ha perdido mucha credibilidad la institución. Recién vi un programa que recordaba cómo años atrás la autoridad determinaba que había que vacunarse, o había que comer todo cocido, y nadie cuestionaba eso. La gente rápidamente se ponía a la cola por decirlo de alguna manera.
Hoy día hay una cosa como que no estoy tan seguro, de cierta rebeldía y también una cierta incredulidad frente a la autoridad Yo espero que, genuinamente todo el mundo ha aceptado porque la pandemia no es un invento de nadie, es concreta y esto de poder contar con vacuna de poder resolver este tema, ojalá de aquí a junio, julio estemos la mayor cantidad de chilenos vacunados es una expectativa para toda la gente.
El estallido social se produce en octubre de 2019, pero se mantuvo durante el 2020, no con la misma intensidad. ¿A su juicio qué consecuencias trajo, posteriormente al país?
Creo que fue un campanazo fuerte de alerta y creo que el Parlamento, al haber tomado la decisión de firmar el acuerdo por una nueva constitución, hizo bien en términos de canalizar políticamente, en el mejor sentido de la palabra, un camino hacia una salida para un país más justo. Creo que en ese sentido hay que valorar, se critica tanto a la clase política o al mundo de la política creo que ese fue un momento de gran política de poder llegar a un acuerdo entre gente que piensa muy distinto, de decir aquí hay un desacuerdo básico de lo que son las bases de cómo nos organizamos y cómo creemos y esa salida fue importante y eso se demostró por la gran votación para el Apruebo de poder hacer el cambio constitucional, que no se lo esperaba nadie en esas magnitudes.
Primero, por la cantidad de gente que votó y segundo por la cantidad de gente que votó Apruebo. Creo que ese es un mandato muy claro y creo que estando ese mandato por ser cumplido, claramente lo que podemos ver de expresión, de molestia ciudadana, más bien, bastante marginal. Porque la gente está concentrada en poder elegir a los constituyentes, ver cómo va a participar en esto, cómo construimos. O sea, cuando una ciudadanía había estado tan involucrada en los temas constitucionales, es un hecho pese a que hubo un esfuerzo muy grande más de 300 mil personas, participaron durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, en estos cabildos auto convocados. Fue una experiencia muy bonita, a mí me tocó participar en ello. Creo que esto se ha retomado con una fuerza y unas expectativas muy grandes.
Piñera tiene muy baja aprobación de la ciudadanía. ¿Cree usted que demostró estar a la altura de las circunstancias cuando las cosas se pusieron más difíciles en el país?
La respuesta más fácil es decirle no, no está a la altura. Creo que ha sido un muy mal gobierno. Creo que merece analizarse las distintas razones de este mal gobierno. Primero, la gente votó por Piñera y lo eligió Presidente. Esto tiene que ver, en parte, con algún nivel de molestia o no le gustaron las ofertas alternativas que hubo, en fin. Pero ahí hay un tema que vale la pena analizar. Por qué además a un gobierno que ya había gobernado. No era una apuesta a lo novedoso, no, se estaba repitiendo un plato. Creo que Piñera 1 fue un gobierno más realizador, el actual es el peor gobierno. Le tocó difícil, pero todos los Presidentes enfrentan algún drama durante su mandato sobre todo los movimientos telúricos.
Y el estallido social de la manera que se dio, con la violencia que se dio, de alguna manera también le tocó el 2011 con las marchas estudiantiles. Creo que, efectivamente no ha habido en este gobierno una buena lectura de la realidad y cuando la hay como que no se actúa coherentemente frente a eso. Yo siento que la relación entre el gobierno y la oposición es bien neurótica, por decirlo de alguna manera de loco. Un día te necesito, te pido apoyo a hacer una política de Estado, después mando mensajes que todos son espantosos, que nadie me apoya. Hay una cosa muy poco articulada, tal vez por problemas propios de la oposición.
¿En el contexto que ha vivido el país este año qué le ha parecido la actuación de la oposición?
Aquí no hay una oposición hay varias oposiciones y cuando la oposición se ha puesto de acuerdo le ha ido bien, pero creo que aquí no ha habido la paciencia, ni el diálogo suficiente. Hay una necesidad de auto afirmativa de cada sector o grupo que prima por sobre la eficacia de actuar en conjunto porque actuar en conjunto no significa que estemos todos de acuerdo en todo. Significa que tenemos objetivos comunes prioritarios y que después se pueden definir las diferencias por supuesto si existen una cantidad de partidos políticos, movimientos diferentes, es porque habrá diferencias entre ellos, pero creo que ha habido mucha dificultad y falta de liderazgo en poner de acuerdo los elementos sustantivos y no este momento de la auto definición de que yo soy distinto a ti, no me vayan a confundir contigo porque tú eres más socialdemócrata, que tú eres pasado y yo soy el futuro.
No sé, siento que eso es lo que más me preocupa en política. Creo que el próximo año el gobierno va a salvar el año en términos que las elecciones van a copar gran parte del tema y la pandemia va a ocupar la otra parte y lo otro es atender a las necesidades básicas de la gente. Pero, así como un gran cambio, iniciar ahora un proceso en algún momento, no creo, pero sí pienso que quien se juega mucho en esto es la oposición por eso el gesto comunitario, que prime el sentido común y que logremos sacar adelante el tema de la Constitución a mí me parece lo más importante.
No es cuántos concejales, cuántos alcaldes tiene este partido y este otro, sino cuántos constituyentes somos capaces de escoger que estén de acuerdo con los cambios, que sea gente capaz de dialogar con el del lado y no de imponer porque esto no es solo un tema numérico. Cada tema se va a debatir y discutir, van a haber diferencias entre gente que teóricamente pudieran pensar más parecido. Eso es parte de la democracia, ese creo que es el elemento esencial en este momento.
¿La ciudadanía observa todo esto porque espera un cambio radical en el país. La oposición sigue sin ponerse de acuerdo y, al parecer, no están entendiendo que estamos ante un hecho histórico?
Totalmente. Incluso lograr sacar una constitución que logre ordenar el país por los próximos 40 o 50 años es el hecho más significativo que quien es el próximo gobernante. Así de concreto lo hallo yo. Esto es una oportunidad única, nunca habíamos tenido la posibilidad de democráticamente participar en la construcción de una constitución además paritaria con escaños reservados para el mundo indígena, es decir tenemos un dibujo para enfrentar esto que es muy adecuado, muy importante.
Y por otro lado, sabemos que es difícil hacer esta campaña en plena pandemia, que se den a conocer todos los constituyentes que haya gente nueva, que refresquen de alguna manera, pero que también que sean postulantes que la gente conozca porque si no la conoce, son territorios muy grandes que se votan, Hay ahí una situación que no es de fácil resolución, Cómo logramos que queden las mejores mujeres y hombres para hacer nuestra constitución y a la vez, se vote por gente , porque van a haber mucho candidatos, se vote por gente que tenga un grado de conocimiento que permita salir.
Es un tema complicado y en eso debieran estar puestos todos los esfuerzos y atención.
Toda la atención y llegar a acuerdos. Este no es el momento del polo A versus el polo B y el C y vamos a tener no una o dos listas sino 4 porque lo que importa es que nadie vaya a creer que yo voy a ir contigo en la misma cuando tú eres un reformista y yo soy un revolucionario o al revés, en fin, Creo que no se está entendiendo el momento histórico que tenemos entre manos y la responsabilidad frente al país de lograr la mejor Asamblea Constituyente que podamos lograr.
“Nadie puede llegar y tener un arma”
El crimen organizado y el narcotráfico se instalaron en el país. Mueren personas inocentes a manos de estos delincuentes. ¿Cuál es su opinión respecto a este tema?
Creo que de verdad el tema y yo no tengo por qué dudar de los que dicen algunos parlamentarios, que de alguna manera las leyes que endurecen la criminalidad, la tenencia de armas, entiendo que faltaban algunas correcciones que tenía que hacer el Ejecutivo. El Ejecutivo maneja los tiempos y si quiere hacer indicaciones mándelas y póngale la urgencia que se requiere para que eso se trabaje. La verdad es que el tema es amplio, escuché de alguien que de alguna manera en esta falta de identidad de la gente, muchas veces estar como cerca de los narcos les da como un prestigio como que soy alguien, pertenezco a algo, me da identidad.
“Hubo momentos en que se veía al gobierno más débil”
¿Cómo toma usted las palabras de la Presidenta de la UDI, que a esta altura plantea que el gobierno de Piñera estuvo a punto de caer?
Creo que ella verbaliza lo que pudo ver más cercanamente, o sea, tendrá un grado de cercanía mayor y yo creo que hubo momentos en que realmente se veía la debilidad profunda del gobierno, o sea, solo recordar las respuestas que daba el militar cuando sacaron a los militares a la calle y el Presidente dijo que estábamos en guerra y el militar dice: yo no estoy en guerra con nadie. Son pequeños gestos que dicen mucho.
Creo que al país no le hace bien tener un gobierno débil, aunque uno no esté de acuerdo con él. Creo que todo país necesita –además son gobiernos cortos de cuatro años- tener una conducción relativamente firme, que dé seguridad, que el equipo ministerial esté alineado. No sé si el Presidente no supo trabajar con el equipo completo y tomó muy directamente, en primera fila, con esos actos que uno no terminará de entender. Cuando está todo el mundo molesto, se está tratando de tranquilizar las cosas va el Presidente y se instala en la Plaza Baquedano, sin ningún sentido. Son cosas que uno dice adónde va con esto.
¿Entonces, que se espera del Presidente?
Yo siento que esperamos que el Presidente se concentre bastante en lo que viene de la pandemia y vienen elecciones muy importantes por delante. Este que es el año, se supone, del pato cojo creo que este año que estamos terminando también ha sido de pato muy cojo. Entonces, no es el último en que pierde relevancia el Presidente en ejercicio y aparecen los nuevos programas, las fuerzas políticas concursando de alguna manera frente a la ciudadanía por quien conduce el país, sino que, claramente el tema presidencial está bien adelantado, nos guste o no, pero el gobierno va a tener que hacer un plan muy de emergencia para su último año.