Por María Cristina Prudant
Soledad Alvear ex ministra de Justicia, Relaciones Exteriores y la primera ministra de la Mujer (Sernam), es abogada de profesión. Se constituyó en la única mujer, hasta ahora, en llegar a ocupar el cargo de canciller en la historia de Chile. Fue senadora por la región Metropolitana de Santiago en representación del Partido Demócrata Cristiano (2006-2014), al que renunció en abril de 2018. En la actualidad, junto a su esposo, el ex diputado DC Gutenberg Martínez, formaron el movimiento Comunidad en Movimiento para promover el humanismo cristiano. Además, fue precandidata de su partido para competir en las elecciones presidenciales del año 2005.
Solo dos hitos bastan para demostrar la importancia de Alvear tras la vuelta a la democracia: fue la principal articuladora del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y encabezó la profunda reforma procesal penal que hoy rige en el pais.
Fallo contundente en La Haya
¿Cuál es el balance que usted hace del fallo de La Haya que favoreció a Chile?
Muy positivo. La Corte de La Haya falló a favor de Chile, recogiendo incluso los argumentos que nuestro país hizo en los alegatos. Bolivia presentó ocho supuestas fuentes del derecho internacional para fundamentar su demanda y la verdad que la sentencia destacó que nuestro país, bajo ningún aspecto, tiene una obligación de negociar una salida de Bolivia soberana al mar. Lo que señaló adicionalmente es que este es un triunfo en realidad de la diplomacia de nuestro país, de todo el mundo. ¿Se puede imaginar usted lo que significaría que cualquier país por el solo hecho de conversar generara una obligación?; o sea, ningún país conversaría con otro.
Es un triunfo del derecho internacional, me alegro mucho que el fallo se haya forjado con argumentos jurídicos para rebatir todas las pretensiones de Bolivia en su petición de una salida al mar.
¿Usted considera que después del fallo Chile debería dar por cerrado el tema y no seguir contestándole a Evo Morales?
Respecto a este tema está completamente cerrado ya no solo es la posición de Chile sino que es la posición de La Haya, con un fallo contundente. Ahora, creo que hay que respetar también los duelos que está viviendo Bolivia. El pueblo boliviano creyó que podría ser realidad lo que le decían comunicacionalmente a diario y la verdad es que, como todos los duelos, hay que procesarlos y yo espero que en algún momento existan las condiciones para que Bolivia y Chile como países vecinos puedan tener una relación bilateral, positiva, constructiva, en aras del bien de ambos países.
¿Usted cree que se deberían retomar las relaciones diplomáticas?
Relaciones, ojalá diplomáticas.
El NO fue una gesta histórica
Respecto a los 30 años del NO. ¿Cómo ha visto usted la previa para la celebración?
Yo diría que se ha generado, en primer lugar, un recuerdo de un hecho histórico en nuestro país y que generó una misión en un momento determinado para quienes estábamos en contra de la dictadura para lograr, nada menos que con un lápiz y un papel, derrotar a la dictadura.
Pienso, y eso lo digo personalmente, que, además, valoro que Chile, en definitiva, haya optado por una salida pacífica. Recordemos que había movimientos en Chile, en ese entonces, que creían en una vía violenta para derrotar a la dictadura y eso habría sido un desastre porque habría habido una presión mucho mayor de parte de la dictadura y muchas más víctimas de las violaciones de derechos humanos que ocurrieron en nuestro país.
Por último, creo que es muy importante reconocer a Patricio Alywin, que justamente vio la salida que podía tener Chile aunque eso significara aceptar la Constitución del 80 para ir al plebiscito. Significaba inscribirse en los registros electorales y por cierto la incredulidad de nuestro país era razonable, sin embargo él con una claridad meridiana vió que esa iba a ser la salida democrática que Chile podría encontrar, como efectivamente ocurrió.
¿Cómo considera usted la actitud que tuvo al principio el Partido Comunista que no quería participar del plebiscito?
Bueno, efectivamente fue esa la tesis del Partido Comunista. Recordemos al Frente Patriótico, en ese entonces, que era un ala desprendida del Partido Comunista que quería la vía armada. Esa parte de la historia está clara; el PC se opuso a esta salida y fue a última hora que nos oyó. En definitiva, llamó a inscribirse en los registros electorales y a votar por el NO.
En lo personal, ¿usted cómo vivió esa noche del 5 de octubre?
Uff...bueno desde la noche del 4 de octubre empezamos a vivir el drama. Había apagones en Santiago, me recuerdo que yo estaba a cargo de un local en Ñuñoa, el Liceo Augusto Dalmar y junto con una amiga caminando con una vela como a las 4 de la mañana para llegar al local y la verdad que era todo muy fuerte, muy impactante. Uno llegaba a los recintos y veía a los militares, los mismos que estaban comprometidos con la dictadura que había en ese momento a cargo del lugar.
Bueno, estuve todo el día en el local y empecé a ver los resultados cuando se abrían las mesas me dí cuenta que el NO iba a ganar porque la comuna de Ñuñoa es bastante representativa de lo que es el país.
Cuando vino la contundencia del resultado fue emocionante. Recordemos como fue la organización, especialmente los jóvenes que hacían los enlaces ("chasquis")que iban en bicicleta para llevar los resultados de las mesas al Comando del NO por si se caía el sistema computacional.
Fue todo hermoso, trabajamos con mística, con entusiasmo, porque luchábamos por recuperar la democracia en Chile que fue una gesta histórica, inolvidable.