El expresidente Eduardo Frei presentó su defensa ante el Tribunal Supremo de la Democracia Cristiana luego de que la directiva, encabezada por el senador Francisco Huenchumilla, pidiese a la instancia un pronunciamiento por la reunión que sostuvo el 24 de noviembre con José Antonio Kast a pocos días de la segunda vuelta presidencial.
Aunque no manifestó explícitamente su apoyo al republicano, se trató un duro golpe para la candidatura oficialista de Jeannette Jara (PC), quien siempre lamentó no contar con el respaldo del exmandatario DC.
Otros militantes DC también presentaron recursos en contra de Frei, que apuntaban también al hecho de que haya votado Rechazo en el plebiscito constitucional de 2022, que se haya decantado por el A Favor en la elección de 2023, y que haya apoyado a candidatos a alcalde que no son del partido en 2024.
En un escrito de siete páginas, el exmandatario aludió a su padre, dijo sentirse “profundamente desilusionado y desencatando” y sostiene que “es necesario señalar que todas las referencias a hechos anteriores a un año, como ocurre con la presentación del camarada Pedro Vera Castillo y suscrito por varios otros camaradas, se refiere a hechos que estatutariamente se encuentran prescritos por haber ocurrido un año antes de la presente denuncia”.
“Por encontrarse prescritos para su juzgamiento no habrá referencia a ellos por cuanto no pueden ser juzgados”, afirma.
Reunión con Kast
Respecto a su encuentro con Kast, asegura: “No se indica en la acusación más que una referencia a la existencia de una reunión. Me solicitaron una audiencia en mi domicilio particular y consideré que no tenía motivos para rechazar”. También marca otras posiciones.
“Esta acusación así presentada afecta el derecho a la libertad de acción en el ámbito privado, por cuanto, cada militante mantiene su derecho a actuar libremente y como no existe una relación que exprese en qué consiste la infracción a los acuerdos, estatutos o principios no es posible elaborar una defensa sin saber de qué se me acusa”.
“Es absolutamente impropio no acompañar la documentación y solo hacer referencias a páginas electrónicas que no se acompañan. En ningún tribunal de la República, la simple indicación de una referencia a la página electrónica sin acompañar su contenido, puede ser considerado un documento (…). De esta forma la acusación no cumple con los requisitos estatutarios y debe ser desechada de oficio”.
“En la nota enviada por la directiva se acompañan algunas fotografías sin indicar cuál es la falta a los estatutos y sólo hay referencia a la existencia de una reunión que se me solicitó, hecho que no puede constituir infracción estatutaria”.
“No deja de llamar la atención, que hayan salido voces airadas de descalificación, sin que nadie haya tenido la voluntad ni la diligencia de preguntar en qué consistió este momento de diálogo. El hecho de reunirse con una persona, cualquiera sea su posición política, no atenta contra los principios partidarios”.
¿De qué hay que defenderse?
“Esta situación deja en la indefensión, por cuanto la pregunta es ¿de qué hay que defenderse? No identifica el hecho punible, ni qué norma ha sido transgredida con lo cual no es posible defenderse sin que se establezca en la resolución más que una reunión privada solicitada en mi domicilio particular como hecho grave. Esto no es una infracción estatutaria”.
Tras solicitar que se declaren prescritas las acusaciones, el exmandatario adjunta una carta a la militancia DC en la que expresa que “me duele el daño que han causado a nuestra historia las decisiones erróneas adoptadas por la DC en el último tiempo: primero, apoyando una propuesta constitucional que, de ser aprobada, hubiera causado un irreparable daño a Chile; y ahora, apoyando una candidatura que no encarna nuestra ideología, principios y valores”.
La DC es apenas una sombra de su esplendoroso pasado
“Nuestro partido ha perdido toda credibilidad y hoy es apenas una sombra de su esplendoroso pasado que era motivo de orgullo para todos sus militantes”.
“La inconsecuencia y la ligereza traen consecuencias en política. Hoy el partido ha quedado reducido a su más mínima expresión en el Congreso Nacional, mientras que su institucionalidad sufre un progresivo deterioro y su militancia se reduce cada vez más”.
“Tengo la profunda certeza de que no soy yo quien se alejó de los principios que formaron el partido, sino que fue éste el que se apartó de sus valores y trayectoria histórica. Me provoca un profundo sentimiento de desilusión y desencanto constatar que los ideales y propósitos que motivaron mi afiliación a la DC han sido dejados de lado o distorsionados por intereses ajenos a la esencia que le dio vida”.
