El fundador de Educación 2020, Mario Waissbluth, y ahora integrante de la agrupación "Amarillos por Chile", criticó la idea de un Estado regional, como se ha planteado en la Convención Constitucional, lo que catalogó como un eventual "Estado fallido" o "un salto al vacío", y aseguró que "yo también quiero cambios profundos, pero no estúpidos".
Esta semana se dio a conocer a "Amarillos por Chile", un grupo transversal -liderado por Cristián Warnken- que reúne a 78 personalidades del mundo académico, social y político que tienen como objetivo advertir sobre los riesgos a los que se exponen a Chile en la Convención Constitucional, con la idea de apoyar pero ser críticos respecto el órgano constituyente, sobre todo por lo que catalogaron como "euforia refundacional".
En conversación con La Tercera, Waissbluth aseguró que esta agrupación compuesta por personas ligadas a la centroizquierda -en su mayoría de la ex Concertación- y centroderecha no busca ser un partido político, sino que sólo busca representar a aquellos que son "la vasta mayoría del país y que hoy no tienen voz".
Respecto a la "euforia refundacional", el ingeniero y experto en gestión pública aseguró que al interior de la Convención "hay un grupo instalado" que da la impresión de que "siente que no tienen ningún obstáculo político, institucional ni económico para refundar el país a su pinta. La realidad es dura y es otra" y que, en este línea, apuntó que ha "visto" actitudes sectarias.
"Es el 'nosotros, los puros y revolucionarios', contra ellos, los 'fascistas reaccionarios'. Así no llegaremos a buen puerto. Algunos y algunas no se dan cuenta, o no se quieren dar cuenta, de que la composición electoral de la Convención es radicalmente diferente a la que hubo en la elección parlamentaria", indicó.
Además catalogó como "delirante" la propuesta de norma que sugiere que Chile sea un Estado regional, porque expresó que están "diseñando un país que va derecho a ser un Estado fallido", debido a una excesiva división en los poderes Ejecutivo y Parlamentario al otorgar una autonomía, lo que significaría "un desmembramiento institucional completo, donde vas a tener no 15 islas, sino 40 islas si sumas estados, comunas y territorios", y recalcó que "creo en la descentralización, pero tiene que ser muy gradual".
"Tiene que ser primero administrativa, después traspasarles funciones a los estados regionales y después seguir traspasando cada vez más autonomía en lo financiero, y a la vuelta de 20 años, a lo mejor algo de autonomía fiscal. Pero esta cuestión que están planteando ahora es un salto al vacío", explicó.
Finalmente, recalcó que sólo votaría Rechazo en el Plebiscito de salida si "subsisten algunos artículos tan delirantes como el del Estado regional", porque "yo también quiero cambios profundos, pero no estúpidos", expresó. "Nosotros precisamente, los Amarillos, estamos ahora alzando la voz y no después de que haya un proyecto constitucional, porque queremos evitar cosas mientras están siendo discutidas, queremos que se nos escuche".
Y apuntó que buscarán "evitar que salgan propuestas inadecuadas en el proyecto final de Constitución y que eso conduzca a un Rechazo, por qué ahí sí que el país estaría en una inestabilidad terrible", concluyó.