La ministra de Relaciones Exteriores (s), Gloria de la Fuente, en la foto, respondió a las acusaciones realizadas por el exembajador de Chile en Francia, José Miguel Capdevila.
Capdevila, quien por 43 años se desempeñara en la carrera diplomática, envió una carta a El Mercurio, donde arremetió duramente contra el Gobierno, apuntando que “la destrucción de una larga e impecable carrera en el servicio diplomático y de una familia nunca importó”.
El exembajador enfrentaba un sumario administrativo, ya que dos funcionarias diplomáticas denunciaron un presunto maltrato laboral. Esto también lo abordó José Miguel Capdevila en su misiva.
“Llevando un año en funciones en Francia, el canciller (Alberto) Van Klaveren decidió removerme del cargo aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral”, dijo.
“La determinación del ministro se adoptó violando el principio de inocencia y el debido proceso que la Constitución y las leyes garantizan a cualquier ciudadano. Tal decisión se materializó un mes antes de la visita oficial del Presidente Gabriel Boric a Francia”, se lee en la carta.
Sus dichos “decididamente faltan a la verdad”
Al respecto, la canciller (s) de la Fuente también respondió con una carta al medio escrito, apuntando a que Capdevila realizó “una serie de aseveraciones imprecisas o que decididamente faltan a la verdad”.
“El sumario administrativo contra el señor Capdevila por denuncias de dos personas por maltrato y acoso laboral en la Embajada de Chile en Francia, y por el cual fue sancionado con multa del 20% de su remuneración, no fue de manera alguna la causa para solicitar su renuncia”, agregó.
Asimismo, manifestó que le ofreció dos opciones al exembajador para que asumiera como jefe de Misión, donde Capdevila “rechazó ambas, solicitando exclusivamente una asignación que no estaba disponible”.
“En efecto, de formas muy poco cuidadas, tratándose de una instancia formal con su superiora jerárquica, exigió encabezar una división específica, bajo condiciones especiales, petición que por razones de forma y de fondo era imposible aceptar”, añadió de la Fuente.
“Como bien saben los funcionarios públicos, pero se hace necesario reiterar para mejor conocimiento de la ciudadanía, no existe un derecho de los empleados a demandar o exigir una determinada función, constituyendo la asignación de tareas una atribución exclusiva de la jefatura administrativa, de acuerdo a razones de buen servicio”, explicó.
Finalmente, la ministra (s) aseveró que “la Cancillería tradicionalmente espera que los embajadores y embajadoras estén disponibles para representar a Chile ahí donde su tarea es necesaria, para que nos represente con profesionalismo e integridad en el exterior”.
“La adaptabilidad que debe exhibir un diplomático debe reflejarse no solo en entender códigos y culturas de países distintos al nuestro. También, debe adaptarse a liderar equipos profesionales altamente calificados, bajo reglas, instructivos y normas, donde la aspiración final es construir espacios laborales basados en el respeto”, cerró.