El Gobierno tomó distancia de los parlamentarios que se mostraron a favor de modificación la agenda legislativa durante la visita del Papa Francisco a Chile, entre el 15 y el 18 de enero.

 

Lo anterior, luego que el propio presidente de la Cámara de Diputados, Fidel Espinoza, optara por postergar la discusión en Sala sobre el proyecto de ley de identidad de género, el cual tiene urgencia suma de parte del Ejecutivo y que tenía fecha tope el 16 de enero para superar dicha etapa.

 

Ante ello, el ministro secretario General de la Presidencia, Gabriel de la Fuente, evidenció las diferencias del Gobierno respecto a la molestia que según Espinoza podría provocar ese debate en la Cámara Baja.

 

“Creemos que son materias totalmente distintas, que corren por cuerdas totalmente separadas. La tramitación de un proyecto no tendría por qué significar una afrenta, un agravio, una molestia, una complicación para una visita que va a ser muy bienvenida por todos los chilenos”, aseguró.

 

El Ejecutivo reveló su postura pese a que diputados como José Antonio Kast le habían pedido un “gesto” a la presidenta Bachelet para postergar la instancia y así facilitar que algunos congresistas puedan acompañar al Papa en la actividad que sostendrá en la región Metropolitana.