Por Equipo Cambio21
Apenas terminó el proceso presidencial, con el triunfo de Sebastián Piñera ante Alejandro Guillier en la segunda vuelta, se comenzó a hablar de posibles ministros, subsecretarios, intendentes y embajadores.
De la lista de cargos, los últimos de la fila serán los cerca de cien representantes diplomáticos que el mandatario electo debe confirmar antes del próximo 11 de marzo, fecha de inicio del gobierno, por cierto, con la decisiva influencia del futuro canciller Roberto Ampuero.
Ante esta coyuntura, un parámetro importante será la designación de subsecretarios y jefes regionales, la que se reprogramó para la última semana de febrero por culpa de las densas negociaciones que se protagonizan en cuatro zonas del país: Metropolitana, Valparaíso, La Araucanía y Coquimbo.
Acá como es de esperar, los que no sean elegidos presumiblemente engrosarán los favoritismos para partir al extranjero.
En cuanto a criterios, prima lo de siempre, es decir, confianza y cercanía con el Presidente de la República, carrera diplomática, premio de consuelo para los derrotados en la última elección parlamentaria, reconocimiento para dirigentes emblemáticos que están sin cargo y, además, la típica maña política de mandar lejos a algún díscolo o posible contrincante interno.
Los comentarios en off y los rumores de pasillo están a la orden del día, como también la presión de los partidos de Chile Vamos que se ha observado en la prensa desde fines del año pasado, porque en este ítem la disputa también es grande en la derecha.
Para todos los gustos
Argentina es una legación “amiga” para Piñera, a causa de la amistad que tiene con el presidente Mauricio Macri. Por ende, se espera que algún amigo personal o un miembro del núcleo duro del mandatario recale en Buenos Aires. Se menciona a Pedro Pablo Díaz (RN), que fue embajador en Australia en el primer gobierno y que también suena en España.
Sin embargo, la UDI, por todo el interés que implica el caso de Galvarino Apablaza, uno de los culpables del asesinato de Jaime Guzmán en 1991, querría a uno de los suyos ahí. Los exsenadores Miguel Otero (RN) y Adolfo Zaldívar (exDC) ejercieron ese cargo entre 2010 y 2014.
Respecto a Washington (EE.UU.), en diciembre pasado se adelantó en un trascendido que Felipe Bulnes (RN), que ya estuvo en ese puesto después de integrar el gabinete, podría “repetirse el plato”. También hubo votos favorables para el exembajador Octavio Errázuriz, coordinador del equipo de política internacional de Piñera durante la campaña, y el excanciller de la dictadura militar Hernán Felipe Errázuriz.
Uno que le dijo que no a la tierra del “Tío Sam” o a cualquier otro lugar fue el extimonel de Renovación Nacional y exsenador Carlos Larraín. Al menos eso declaró en una entrevista con La Segunda hace unos días.
Brasil, Perú, Bolivia (donde se elige un cónsul), Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España, El Vaticano, China y Japón vienen en el orden de importancia. Más abajo se sitúan Portugal, Grecia, los países bajos, África, Centroamérica, el resto de Europa, Sudamérica y Asia y Oceanía.
En cuanto a nombres, La Tercera informó que RN se ilusiona con el saliente diputado Germán Becker, quien fue derrotado en la senatorial de diciembre; Sergio Romero, exembajador en España, y el dirigente Renato Sepúlveda. El PRI, a su vez, quiere lo suyo con el académico y excandidato presidencial Ricardo Israel (integró el equipo programático de Piñera) y Hugo Ortiz de Filippi, exsenador y excore de la UDI.
Además, el gremialismo tiene en vitrina a Jorge Ulloa y Andrea Molina, diputados derrotados en noviembre que así como se les da en alguna subsecretaría o intendencia también podrían irse como agentes diplomáticos.
Ojo con el siguiente listado de expostulantes que no pudieron continuar en el Congreso: Gustavo Hasbún (UDI), José Manuel Rojo Edwards (exRN), Claudia Nogueira (UDI) y Marisol Turres (UDI) y Germán Verdugo (RN). Todos tienen el cartel de “candidatos” a embajadores.