Sebastián Piñera desistió de la designación de su hermano Pablo Piñera como embajador de Chile en Argentina. Dentro de las razones el Mandatario estipuló que el nombramiento del embajador en el país es “urgente y no es compatible con los tiempos estimados por la Contraloría”.

Lo cierto es que la oposición al nombramiento incluso dentro de Chile Vamos, informes internos que daban cuenta que ello ya había impactado en la imagen del mandatario e incluso amenazaba transformarse en un escándalo de proporciones internacionales, motivaron la medida de revertir el evidente error de criterio.

El jefe de Estado reiteró que el economista “reúne todas las condiciones necesarias” y “cumple con todos los requisitos legales” para el cargo diplomático.

En esa línea insistió con las palabras que no hubo “ningún acto de nepotismo, ni mucho menos, descuido del interés público, pues su nombramiento no obedecía al hecho de ser mi hermano ni a ningún interés particular, sino solo a un legítimo interés público”.
 
La decisión se da luego de que el contralor Jorge Bermúdez señalara que una resolución sobre el caso tomaría en torno a seis meses, ello en respuesta al recurso ingresado por un grupo de parlamentarios de  la bancada comunista y socialista -liderada por Daniel Núñez y el subjefe Boris Barrera, para que el nombramiento fuera retrasado.

A raíz de ello, el jefe de Estado anunció que el nombramiento iba a ser suspendido hasta conocer el dictamen del organismo.

De acuerdo a la información entregada desde Palacio, Piñera se reunió con su hermano para comunicarle personalmente la decisión. Instancia donde agradeció la actitud del economista “de anteponer el interés de Chile a cualquier consideración personal, poniendo permanentemente su nombramiento a mi disposición”.

De momento el proceso de designación para el cargo inició en conjunto con el gobierno de Argentina.