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Lo tenía oculto: Denuncian agresivo pasado militar de candidato a gobernador por Región de O’Higgins

Por Soledad Díaz


Este domingo 13 de junio, las miradas estarán puestas en los resultados de la segunda vuelta electoral que definirá a los gobernadores regionales, a lo largo del país. Palomas, material impreso y una fuerte presencia en redes sociales ha sido la tónica que han protagonizado las campañas que, en el marco de una pandemia debieron apelar a la creatividad y a un gran despliegue virtual para dar a conocer historias de vida de las y los candidatos, las distintas propuestas y miradas para una gobernanza regional; un contexto del que la Región de O’Higgins no estuvo fuera.

En el marco de un bombardeo de información virtual -potenciado con una fuerte inversión de recursos por parte de algunos candidatos- es que irrumpieron duros y complejos recuerdos para algunos habitantes de la Región de O’Higgins, quienes a partir de la imagen circulante del candidato de derecha Eduardo Cornejo reconocieron su nombre y su rostro, no como una opción de liderazgo, sino más bien como un violento ex militar.

Los hechos se remontan a los años 1993 y 1994 cuando, Eduardo Cornejo, era cabo segundo en el regimiento Caupolicán, la unidad militar más austral del ejército, donde su presencia no pasó desapercibida y marcó la vida de jóvenes que viajaron desde O’Higgins a Tierra del Fuego para realizar el servicio militar obligatorio.

Según el relato de quien identificaremos con las iniciales S.S.Z, el entonces cabo segundo Cornejo tenía una actitud sarcástica y agresiva: “Cuando llegamos a Tierra del Fuego el año 1993, él era ‘clase’, instructor. En ese entonces, Pinochet aún era comandante en jefe de Ejército y existía mucha violencia al interior del regimiento”.

“Me puso un combo que casi me mató”

Apelando a su memoria SSZ prosigue con su relato y plantea que: “Ahí estaba el señor Cornejo. Tuve un altercado porque él me llamó y solo porque no respondí con rapidez a ese llamado comenzó a insultarme, me puso un combo que casi me mató, y así funcionaba también con los demás soldados. Quedan los recuerdos de lo mal que se pasó, por eso estoy dando esta entrevista…porque pese a que han pasado muchos años considero que ese hombre no debiera ser candidato”.

Hubo torturas y malos tratos, sostiene SSZ, para finalmente señalar que “recuerdo que a este señor lo sacaron del regimiento porque consumía mucho alcohol, era bueno para tomar y llegaba casi curado en las mañanas, lo que producía que fuera más agresivo”.

El relato del ex conscripto es coincidente con el de dos hombres más que realizaron el servicio militar en la misma unidad entre 1993 y 1994.

Desde la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, JSS, tampoco guarda buenos recuerdos del candidato, Eduardo Cornejo, a quien califica como una persona “poca empática” y agrega que en todos los instructores de esa época actuaban con mucha violencia. “Recuerdo haber sido denigrado como persona, aún cuando ese año se había regulado el tema de violencia física… pero él generalmente tenía un trato violento, muchas veces nos puso las manos encima”.

“Me pegó combos y patadas…estuve tres días en cama”

Una situación similar es la que describe el testimonio de MJ de Rancagua, quien de forma directa explica que “este regimiento de infantería tenía un grupo de artillería donde estaba la batería de fuego, donde estaba Eduardo Cornejo como cabo segundo, eran tiempos complejos para quienes realizábamos el servicio militar, había permiso para golpear”, indicó.
De acuerdo con su relato en diciembre de 1993, específicamente en el cuartel de Manantiales “Cornejo me dio la orden de prepararle una leche y -a su criterio- demoré mucho en hacerla. El tipo fue al lugar directamente a golpearme, me pegaba combos y patadas, me botó como tres veces y quedé en cama tres días...Cuando se enteró el superior, el cabo Cornejo fue enviado de vuelta al regimiento Caupolicán, cuando regresamos de la campaña él ya no estaba y no lo vimos más”.

Agrega que “Cornejo era una tipo muy soberbio y pedante, con aires de superioridad, no generaba ninguna cercanía con nadie… alguna vez y años más tarde me lo topé en Santiago, pero los miedos se manifiestan…”

En medio de la recepción de estas denuncia, este medio logró comprobar que, efectivamente, Eduardo Alejandro Cornejo Lagos inició su acuartelamiento en la institución el 02 de enero de 1990; un episodio hasta ahora poco público entre los habitantes de la región de O’Higgins.

Cabe destacar que, para efectos de esta crónica, ninguno de los entrevistados accedió a identificarse por miedo a las estructuras de poder asociadas al candidato.