El ministro de Salud, Jaime Mañalich, afirmó que la falta de confianza es un factor importante para explicar la situación de la pandemia de Covid-19 en Chile, que después de 2.600 contagios en un día obligó al Gobierno a decretar cuarentena total en todo el Gran Santiago y comunas aledañas.
“No podemos minimizar el contexto sociopolítico en el que la pandemia se desarrolla. Y si bien es cierto que el brote del coronavirus ha puesto en paréntesis la crisis política de Chile, que comenzó el 18 de octubre, decirle a la gente que confíe en lo que el Estado le dice como conducta correcta es muy difícil. Ese trasfondo de falta de confianza recíproca nos jugó una mala pasada en la lucha contra esta pandemia“, dijo.
“Nosotros hemos tenido una capacidad de respuesta rápida que Ecuador, Perú y Brasil no tienen. Pero, efectivamente, creo que no hemos logrado encontrar un mecanismo de diálogo con la ciudadanía transparente y de buena fe. Y una responsabilidad importante de eso reside en el Ejecutivo, en nosotros. No es fácil cuando un agente público está en un matinal todos los días no encontrando nada bueno, se producen reacciones de defensa y no de colaboración. Tenemos que lograr que haya una confianza recíproca, el enemigo es un virus que se mira por el microscopio”, agregó.
Además, el secretario de Estado apuntó a la conducta de la gente como responsable del alza de infectados en la región Metropolitana.
“Por razones que no me corresponde juzgar, creo que la conducta de las personas, una vez que había un levantamiento de las restricciones en la Región Metropolitna, no fue la deseable. Se produjo una liberación en términos de hacer fiestas en departamentos, clandestinas, que significaron un potencial de riesgo enorme, y eso me llevó a mí, antes de que empezaran los casos, a hacer una declaración de guerra en el sentido de que todo se jugaba en la batalla por Santiago, hasta que los números lo avalaron y llegamos a las acciones en que estamos hoy día”, dijo en entrevista con La Tecera.
Mañalich afirmó estar “intensamente preocupado”, porque las cifras de contagio llevaron al ejecutivo a desplegar un plan que tenía pensado para junio, de acuerdo a sus proyecciones de la enfermedad.
“Hemos diseñado un adelantamiento de la respuesta que creí que iba a ser más necesaria hacia el mes de junio. La hemos tenido que adelantar a mayo. Las medidas extremas, que son durísimas, tienen que lograr un objetivo, y ese es que el número de contagios diarios baje, a como dé lugar, a menos de 2 mil. Me angustia y me preocupa que saltamos rápidamente de 300 a una media de 700, y de ahí a un promedio de 1.400. Este informe de hoy es muy preocupante y significa que hay que trabajar más”, dijo.
“Si no logramos efectivamente que haya un entendimiento de lo que está en juego, y seguimos confiando en que va a haber un militar en cada esquina, o que vamos a seguir reduciendo los permisos de la comisaría virtual -cosa que va a ocurrir- estamos descansando en un pilar que es frágil, muy débil”, agregó.