La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, participó de un conversatorio organizado por la Universidad de Chile para evaluar la respuesta de los Estados frente a la crisis sanitaria, social y económica que ha dejado la pandemia del coronavirus en el mundo, y señaló en este sentido que se trata de un momento “que ninguno de nosotros jamás podrá olvidar” y que, además, representa un desafío para las autoridades y organizaciones.
Así, aseguró que por meses y años la población mundial estará sometida a “duras pruebas”, pero que pese a esto se presenta una oportunidad para aumentar los esfuerzos “y asegurarnos de que todos, incluso los más vulnerables, disfruten de las ventajas del desarrollo. Tenemos que redoblar los esfuerzos para forjar sistemas económicos más integradores, sostenibles e inclusivos”.
Sobre la respuestas de los países a la pandemia, la expresidenta manifestó que se generó una oportunidad “para entender que tenemos la posibilidad de que nos vaya bien, de trabajar en conjunto. Cuando nos recuperemos de la pandemia, tenemos que aprovechar la oportunidad de nuestras vidas y reconstruir mejor, es decir, no debiéramos aspirar a volver al día antes de la pandemia, debiéramos aspirar a pensar en forma conjunta, no solo en el mundo de la salud, económico y social”.
“Las protestas en Chile del año pasado, y en otros 80 países, con gente en las calles, demostraron que este es un mundo que siente que la democracia no está generando los productos que uno esperaría, que los políticos no lo están haciendo y que hay una falta de confianza en las instituciones políticas y del Estado, pero también una convicción de que el modelo económico no da respuesta y no ha ido acortando la brecha entre los países más pobres y más ricos y tampoco al interior de los mismos países”, agregó.
Sobre la situación en Chile, la Alta Comisionada aseguró que no tiene antecedentes de que en el país se estén violando los derechos humanos en medio de la pandemia, como sí se ha visto en otros países en los que se ha evidenciado un exceso en el uso de la fuerza para que se cumplan las medidas de confinamiento. “Lo que ha pasado y nosotros no hemos recomendado, es que se ha detenido gente porque traspasa el toque de queda. Pero si tienes a gente en prisiones, sin distanciamiento social, esto puede agravar el problema”, dijo.