La exconcejala de Lampa, Alejandra González, valoró el fallo que condenó a la alcaldesa Graciela Ortúzar por discriminación al no respetar su identidad de género.

 

El pasado martes la Corte Suprema acogió la demanda por Ley Zamudio interpuesta en contra de la alcaldesa, ratificando la existencia de trato discriminatorio contra la mujer trans.

 

Según se pudo acreditar, la alcaldesa Ortúzar se refería a ella públicamente y de manera reiterada como "Felipe" y no por su nombre social.

 

“La discriminación era latente y partía de los malos tratos. Se me empezó a lapidar como un objeto y no como persona. Me decía maricón pobre (…) Aquí están los resultados, no mentía, nunca mentí”, expresó.

 

La alcaldesa Graciela Ortuzar fue condenada al pago de una multa de 5 UTM, equivalentes a 234 mil pesos y al cese inmediato de los tratos discriminatorios en contra de Alejandra González.

 

 

Desde el Movilh aseguraron que la resolución del máximo tribunal del país marca un precedente.

 

"Nos parece positivo que la Corte Suprema haya sancionado una discriminación por identidad de género. Las leyes las tienen que obedecer, particularmente, las autoridades y la Corte Suprema puso las cosas en su lugar", aseveró el dirigente Rolando Jiménez

 

Jiménez recalcó que "es una buena noticia, porque los tribunales están variando sus fundamentos en términos de reconocer la legislación internacional contra la discriminación y aplicando de manera correcta la ley antidiscriminatoria, que es una herramienta que tiene deficiencias, pero que sirve sin ninguna duda para combatir la discriminación arbitraria, como en este caso", expresó.

 

 

Para el sociólogo Andrés Morales, la problemática de la discriminación es una situación transversal a la población del país y que “faltarían muchos años para así poder superarla. Es un trabajo de largo aliento”, comenta.

 

“Es urgente que se fortalezca la educación, y con más fuerza, en la edad temprana, pues son ellos los que pueden realmente hacer un cambio. Nosotros, los adultos mayores de 50, tenemos una formación que no siempre nos juega a favor”, analiza.

 

“Nuestro problema como sociedad es que durante muchos años no hemos aceptado ni reconocido todas estas diversas formas de ser. Es más, hoy muchas personas no concuerdan con la igualdad de derechos entre la diversidad”, finaliza el sicólogo.