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Oposición se pone de pie y logra un primer reencuentro entre PS, PPD y PR: otros si quieren pueden ponerse bajo este paraguas

Por María Cristina Prudant



Por primera vez desde que se terminó la Nueva Mayoría partidos de oposición al gobierno de Piñera lograron recomponerse después de muchas diferencias. Las mesas del PS, PPD y del PR que presiden Álvaro Elizalde, Heraldo Muñoz y Carlos Maldonado, respectivamente, lograron aunar ciertos criterios, en una primera instancia, y crear un espacio propio para la oposición que decidieron denominarlo “Convergencia Progresista”.

Partieron por reunirse periódicamente para coordinar un trabajo en común en medio de los problemas e indecisiones que han manifestado como oposición y que no lograban encontrar puntos de acuerdo que los unieran. Después de la derrota de la Nueva Mayoría, una vez terminado el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, los mantuvo alejados durante siete meses y cada uno actuando por su lado. En adelante todo puede cambiar si esta “Convergencia Progresista” logra proyectarse.

 Pese a todo, hubo un trabajo conjunto que adoptó una forma concreta, luego de que los timoneles lo anunciaran que. 

Carlos Maldonado, presidente del Partido Radical, dijo: “Sobre este espacio de convergencia progresista que conformamos el PS, el PPD y el PR, hemos acordado profundizar ese trabajo conjunto dándole una dimensión programática de futuro (…). Vamos a levantar una propuesta electoral, programática, política, y esperamos que esa propuesta interprete a amplios sectores de la centroizquierda y podamos tener una convergencia crecientemente amplia”.

Heraldo Muñoz, presidente del PPD,  apuntó a que el objetivo es que “a partir de estos tres partidos podamos tener un núcleo fundamental que enfrente las elecciones municipales, pero entendiendo que no somos suficientes y que tenemos que ampliarnos, y para eso tendremos diálogo con otros partidos hacia el centro y la izquierda”.

“Este es un espacio de coordinación entre los partidos que comparten una historia y valores comunes. Esta coordinación no constituye una alianza política propiamente tal, porque aspiramos a un entendimiento mucho más amplio con otros sectores”, señaló Alvaro Elizalde. Aunque los tres timoneles hablaron de ampliar el arco hacia otros sectores, en el PS remarcaron que no se está formando una alianza política.

Posición de la DC

El presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chaín, no se mostró muy contento por el nuevo espacio político. “Nos parece bien que se hagan esfuerzos para ir generando convergencia, pero estas debieran ser programáticas, no un eslogan”, planteó.

La declaración del líder de la DC se produjo en momentos en que Chahín ha recibido reparos internos por el bloque acordado entre el PS, el PPD y el PR.
 

Polo articulador 


El cientista político y académico Eugenio Guzmán opinó que “a simple vista porque llevan casi un par de días y hay que darle un poco de beneficio a la duda. Hay que mirar con cierta prudencia y ver qué ocurre. Yo diría que es una cosa que genera cierta inquietud en los sectores que han quedado fuera y un poco esta sensación me da la impresión de generar un polo articulador respecto de los otros”.

Planteó que “a la DC, PC y Frente Amplio puede generarles cierta incomodidad que aparezcan tres partidos como articulando un proceso que requiere la participación de todos de una vez, requiere una mesa un poquito más amplia. Ellos aparecen como partiendo, articulando una mesa de negociaciones, una mesa que debería haber partido con todos”.

Según dijo, debido a que se acercan distintas elecciones, “se debió intentar sentarlos a todos a la mesa, a todos los actores que, finalmente van a participar en este eje. Entonces, creo que por ese lado puede generar un poquito de ruido. Puede que en los próximos días hayan señales más claras y por lo tanto no se hieren susceptibilidades”.

A su juicio, “si hay sensatez van a tener que de alguna manera entrar todos. Eso no está en discusión, pero no es una buena partida que traten de hacer una diferenciación y decir: mire nosotros vamos a organizar la izquierda como puede pasar con el PC que es un partido chico, no tanto como el Partido Radical,  y no aparece como gestor de este proceso, entendería que estén molestos”.

En cuanto a si esta “Convergencia Progresiva” tiene proyección Guzmán dijo “por qué no, o sea, hay incentivos fuertes como para que hay articulación el problema es otro, cuando tu te sientas después a mirar los números no es menor el tipo de sesiones que van a tener que ocurrir al momento de negociar alcaldías y más aún en las intendencias. No hay espacio para todos y ahí vendrán las sesiones y maratónicas conversaciones”.

El ex PS, Gonzalo Martner, académico de la Usach precisó que “con el pretexto de la coordinación, de lo que fue tanto la Nueva Mayoría como fue la lista de Fuerza de Mayoría, esa lista de 4 partidos tuvo candidato presidencial y una lista parlamentaria. Lo bueno es que al menos tres de  las agrupaciones puedan coordinarse me parece bien”.

Obviamente, está de acuerdo en que deben unirse los otros partidos como la DC, PC y Frente Amplio, pero “al parecer no están nada de bien las cosas”.

“Lo que pasa es que además, de tomar la decisión de hacer política de camino propio y cuando hay esa decisión es medio difícil ponerse de acuerdo con alguien que no quiere estar en coalición. No entiendo esa tontera porque no sé para donde va porque con el 10% de los votos o menos en la presidencial no se llega a ninguna parte. Si se van a aliar con otros me parece bien que lo hagan  y que armen bloques, pero que tomen la decisión”, concluyó Martner.


"Geometría variable"

En tanto el analista político y académico de la Universidad de Chile Ernesto Águila, expuso que "este bloque es un intento muy tradicional. No hay un análisis de la derrota presidencial pasada y va a rigidizar el cuadro de alianzas", dijo, y anunció que en las bases del PS "este paso no generará acuerdo".

En la misma línea dijo que "en el partido se está iniciando un congreso partidario que tiene por responsabilidad definir entre otros aspectos la política de alianzas y esta definición de la directiva se adelanta a ese debate. El punto primero es definir un programa y en función de este definir la política de alianzas".

Del mismo, subrayó que "aquí no se observa acuerdo programático, es un acuerdo que pareciera querer instalar un eje equidistante de la DC, del PC y del Frente Amplio. Con este acuerdo el PS pierde capacidad de articulación de la oposición en su conjunto y de la izquierda y el PPD es el gran ganador con su tesis de la 'geometría variable'".

Consultado sobre si cree que este intento es un punto de inflexión para la centroizquerida, Águila subrayó que "no lo creo, porque no da cuenta de los cambios que han operado en la sociedad chilena y que se expresaron en la última elección con la emergencia de nuevos actores políticos y de nuevas subjetividades sociales".

"Es un acuerdo que al no partir de un análisis de la derrota, de sus causas políticas, sociales y programáticas, revive formas de respuestas y de alianzas muy tradicionales. No le veo mucha proyección, quizás tiene alguna en la esfera del parlamento, pero como acuerdo político-electoral no le auguro un gran futuro", concluyó.

Por su parte el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, cree que "este es un punto de recomposición. Estos partidos dieron el puntapié inicial y, por cierto, esperan que se sumen otros. Ellos comienzan jugando y, al parecer, el que inicia el juego pone las reglas".

En ese contexto, el académico explicó que "este esfuerzo, si bien en un principio parece ser muy tibio, pensando en que las elecciones locales y de gobernador regional son recién el 2020, el hecho de dar este primer paso parece positivo y natural para la centroizquierda luego del fracaso de la NM".

"Llama la atención y por eso me parece que es un buen paso, que este grupo germen esté constituido por el PPD, el PS y el PR, dejando fuera a dos actores polares de la antigua coalición, que eran la DC y el PC. El gran asunto que debe definir este grupo emergente es si quiere crecer hacia el centro o hacia la izquierda", indicó.

 En esa línea, sostuvo que "ambas cuestiones de manera simultánea hoy parecen ser inviables. La viabilidad de esta gran coalición, que sería desde la DC hasta el FA, tendría un camino netamente instrumental. Es decir, no constituirse como un pacto político programático, sino que constituirse solo como un pacto de estrategia electoral". Debido a que las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores de 2020 son uninominales, Morales sostuvo que "de manera natural va a existir algún mecanismo de coordinación.

En cuanto a ese mecanismo habló de que tiene dos posibilidades: “La primera es una gran coalición instrumental desde la DC hasta el FA. Dado que hay resquemores desde la DC al PC y al FA, entonces es muy probable que se constituyan dos coaliciones, la antigua Concertación y la coalición del FA y el PC", dijo, advirtiendo que la única forma de que ello funcione es que ambas compitan "pero de manera regulada. Es decir, mediante los conocidos pactos por omisión".

Acuerdo electoral 

El decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, sostuvo que "este intento de entendimiento lo que busca es articular un acuerdo electoral. El desafío de las próximas elecciones está llevando a los partidos a buscar un entendimiento que puede ser el punto de inicio de un entendimiento programático".

Empero, cree que "este primer paso tiene que ser leído desde una perspectiva más bien de pacto electoral. Evidentemente está abierta la puerta para que ingrese la DC, pero creo que para ellos es difícil, porque tienen mayor número de candidatos y ese ha sido históricamente la dificultad para armar las listas".

En cuanto a una eventual convergencia con el FA, "lo veo más difícil, porque en Chile como en España con Podemos, ellos siempre han visto a las fuerzas de centroizquierda como su enemigo, y por lo que hemos visto del discurso de quienes dirigen hoy día el FA, se ve lejana la posibilidad de un entendimiento con miras a las elecciones del 2020".

"También se ve complejo el entendimiento para una competencia presidencial y parlamentaria, donde el FA tiene como principal objetivo -y que fue el que lo vio nacer- ser el impugnador del sistema político. Por lo tanto, veo difícil por ahora un entendimiento electoral", finalizó.