El crédito fue informado ayer en los registros del Servicio de Electoral (Servel), sumándose a otros créditos para el candidato derechista, con lo que completa préstamos por 2.260 millones de pesos (equivalentes a unos 3,5 millones de dólares).

El magnate, según los antecedentes conocidos en campañas anteriores, no siempre dedica los dineros que recauda a su propia campaña sino que a sus negocios, sin embargo esta vez al ser sobre la mesa y no bajo cuerda, es posible una mayor fiscalización del destino de los fondos.

También se ha caracterizado por cobrarle al Servel productos que han sido rechazados por no ser aptos para una campaña electoral, como choripanes, muebles, completos y obras de arte.

Como se sabe, el candidato derechista además descuenta impuestos por las donaciones.

Parece un despropósito que el candidato derechista, un magnate domiciliado tributariamente en paraísos fiscales, uno de los millonarios más poderosos del mundo, le pida plata prestada al Estado, para intentar hacerse del poder. En su paso por el gobierno, su riqueza aumentó a más del doble en 4 años.

“Descriterio, impresentable”, se le imputó contra el préstamo anterior desde la otra candidatura de derecha, la de José Antonio Kast. “No tenía para qué hacer una cosa tan ofensiva. Es una provocación”, añadieron desde ese comando. ¿Necesita el acaudalado empresario el préstamo? ¿O se trata de una treta más como en 2009? Cuestión de impuestos.